La Gendarmería está lista

La Gendarmería tiene listos 600 hombres, un escuadrón móvil, en Campo de Mayo para intervenir en caso de que el juez federal Jorge Rodríguez dé la orden de despejar la ruta. Es un secreto a voces que la Policía Bonaerense no intervendrá en el conflicto, por cuanto las autoridades provinciales se muestran bastante cercanas a los piqueteros. En ese sentido, ante cualquier decisión del magistrado de desalojar a los que cortan la ruta, se pedirá la intervención de tropas federales, es decir la Gendarmería.
Fuentes cercanas a la fuerza confiaron a este diario que �por ahora, no recibimos ninguna orden del Gobierno�. Tradicionalmente, la Gendarmería ha actuado de noche cuando se trató de desalojar un corte de ruta. En ese momento es cuando no suele haber mujeres ni niños, lo que evita riesgos en la operación, en tanto que la oscuridad hace jugar a favor el factor sorpresa. Expertos en materia de seguridad le dijeron a Página/12 que �despejar una ruta no es en sí mismo difícil, pero no se gana nada si horas más tarde se produce otro corte a un kilómetro. En el caso de La Matanza, por su densidad de población, el operativo se hace difícil por eso: de inmediato surgirán otros piquetes. Por lo tanto, habrá que ver qué hace el Gobierno�. 

ROL PLAYING EN EL PJ
El protagonismo de Solá
Por Fernando Almirón

Carlos Ruckauf puso a su segunda línea al frente del cruce de acusaciones con el gobierno nacional a raíz del corte de la Ruta 3, en Isidro Casanova, que ayer cumplió su tercera jornada de actividad. El mandatario provincial �pese a que utilizó como excusa �la convulsión social� en su provincia para no viajar a La Rioja donde se encontraba Carlos Menem� le asignó el tema al vicegobernador Felipe Solá y al diputado Osvaldo Mércuri quien reclamó �medidas económicas para atender los legítimos reclamos del pueblo� y prevenir �que se desborde la situación en la provincia�.
Ruckauf se reservó el centro del escenario donde se dirime el Presupuesto 2001 que será debatido en el Parlamento. Por ahora prefiere evitar un enfrentamiento frontal con Fernando de la Rúa. 
En realidad, la situación de los piqueteros siempre estuvo a cargo del vicegobernador Solá y del intendente Alberto Balestrini. Ellos ocuparon la primera línea de trinchera en el cruce de acusaciones.
Solá y el jefe comunal fueron los encargados de �nacionalizar� las demandas de los dos millares y medio de desocupados que mantienen cortada la vía de acceso a la Capital, convirtiéndose en virtuales voceros de los piqueteros. Solá, por su parte, está demostrando que puede ejercer el rol que hace una semana le adjudicó Ruckauf, el de tomar las riendas del gobierno provincial mientras él se aboca de lleno a su proyecto presidencial. Balestrini intentará calmar los ánimos de los sectores más duros de su municipio con planes Trabajar. 
�Están jugando con fuego�, le aseguró a Página/12 un hombre cercano a Eduardo Duhalde que no ve con buenos ojos alentar este tipo de protestas en el conurbano. �Si hoy ganan los de Isidro Casanova todos los demás barrios del conurbano van a reclamar el mismo tratamiento�, agregó el dirigente. 
Pero tanto el vicegobernador, como Mércuri, que ayer se puso al frente del reclamo de los pobladores de un asentamiento que estaban a punto de ser desalojados por las fuerzas policiales, creen que se debe aprovechar la presión para que el gobierno nacional abra la mano a la hora de enviar más recursos a la provincia cuyas arcas están en crisis. 
De hecho, el presupuesto provincial no alcanzará para afrontar solo las demandas de más de dos millones de excluidos que viven en el conurbano.

Dos preocupaciones dominaron ayer la discusiones del Gobierno. La primera, la actitud de la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, que en medio de la crisis decidió viajar a París. La segunda, la posibilidad de que el piquete en La Matanza detone conflictos en otras zonas del país.
Desde que, hace tres días, un grupo de manifestantes cortó la ruta, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, y el intendente Alberto Balestrini coincidieron en responsabilizar al gobierno nacional por el conflicto. Ayer, Fernández Meijide señaló que �nosotros tenemos que hacer una razonable distribución y cumplir con lo que dijimos que íbamos a hacer. Pero, al mismo tiempo, la provincia debe mantener sus propios planes, porque La Matanza está en la provincia, no en Jujuy�. Más directos fueron los senadores bonaerenses de la UCR que, coincidiendo con la mayoría de los funcionarios nacionales, acusaron a Balestrini de avalar el piquete. �Alienta la insurrección para enrarecer el clima y desgastar al gobierno nacional�, afirmó Gustavo Marelli. 
Pero también se cruzaban acusaciones dentro del Gobierno, en donde ayer había más de un funcionario molesto con Fernández Meijide. �En medio de todo el quilombo decide irse�, se quejaba una fuente de la Rosada, por la decisión de la ministra de no suspender su viaje a París.
El conflicto detonó en el Gobierno dos preocupaciones. Según sostenía ayer un importante funcionario, en la Casa Rosada circulan informes de inteligencia que alertan sobre posibles conflictos en varias zonas del conurbano. �Las cuentas de la provincia están en desorden, tienen problemas de financiamiento heredados de la gestión anterior. Lo que pasa es que Ruckauf no puede decir nada porque tiene una alianza con Duhalde�, explicaba. Y agregaba que esto obligó a frenar muchos proyectos de obra pública y ayuda, agravando la crisis social. 
El segundo temor es más global. Recordando experiencias anteriores, en el Gobierno sostenían que cuando un corte de ruta adquiere magnitud nacional, suele generarse un efecto dominó en otras zonas del país. Por eso, en el Ministerio del Interior monitorearon con preocupación los piquetes que se produjeron en Neuquén, Jujuy, Chaco y Salta. Y, también por eso, Fernando de la Rúa salió a aclarar que no hay posibilidades de un estallido social. �Eso no está en el espíritu ni el ánimo de nuestro pueblo�, señaló el Presidente.