Cuando el equipo de José Luis Machinea empezaba a respirar profundo después de algunos días de calma en los mercados, ayer volvieron a sacudirlo las malas noticias. La agencia internacional Standard & Poor�s (S&P) puso en �revisión con perspectiva negativa� la calificación de los bonos de la deuda argentina. Esto significa que la calificadora empezó a dudar sobre la capacidad de repago del gobierno argentino, lo cual será tomado en cuenta por los inversores, que seguramente le cobrarán una tasa de interés mayor en caso de que estén dispuestos a prestarle. El argumento fue que �la crisis política de las últimas semanas� afectó seriamente la economía. Además, envió otra señal negativa a los �mercados�: �es posible que no se cumplan los objetivos fiscales acordados con el FMI para el segundo semestre, y puede llegar a ser necesario más ajuste fiscal en el Presupuesto del año 2001�, advirtió S&P. En coincidencia con la noticia, ayer volvió a aumentar el riesgo-país, cortando cuatro días de bajas (ver aparte). El secretario de Financiamiento, Daniel Marx, dijo que la decisión de la calificadora �refleja hechos del pasado�. Pero desde S&P le retrucaron que �procesamos el paquete de Machinea y la conclusión fue que tal vez llegó tarde porque no tuvo una buena repercusión en los mercados. Se deben tomar medidas más sólidas para salir de la recesión y aprobar un Presupuesto 2001 con baja del gasto. Estamos preocupados en serio�, afirmó a Página/12 Viviana Zocco, Managing Director de la agencia en Argentina. S&P tiene sus cuarteles generales en Londres y Nueva York y es, junto a Moody�s, la principal calificadora de riesgo crediticio del mundo. Los economistas de la filial local sólo tienen voz, pero no voto, en el informe final sobre la situación de la Argentina. Según se explicó en el comunicado emitido ayer desde Nueva York, �la decisión de colocar a la deuda argentina en observación refleja el incremento de la incertidumbre política de las últimas semanas que, si persiste, neutralizará los esfuerzos del gobierno por reducir su déficit fiscal, promover una recuperación más sólida de la economía y asegurar el pago de la deuda pública�. El 22 de septiembre pasado, la agencia había mantenido estable la calificación de la deuda argentina. Pero desde entonces �tres miembros importantes del gobierno de la Alianza, incluyendo el vicepresidente, renunciaron en medio de un escándalo político. La consecuente incertidumbre ha afectado la confianza del mercado y elevado las tasas de interés de manera significativa�, explica el comunicado. Sobre la base de esta suba de la tasa de interés es que S&P considera que puede resquebrajarse toda la ingeniería fiscal urdida por José Luis Machinea para cumplir con el cronograma de vencimientos de intereses y capital de la deuda. La idea es que si la tasa aumenta mucho, entonces será necesario un mayor ajuste fiscal para cumplir con las pautas de déficit acordadas con el FMI después del pago de una parte de los intereses de la deuda. Si eso no se logra, entonces la desconfianza de los inversores aumentaría aún más, lo cual elevaría todavía más la tasa de interés, agravando en otro escalón la situación fiscal. El final de la historia, que es lo que verdaderamente preocupa a S&P, sería la imposibilidad del gobierno para enfrentar los vencimientos de la deuda, declarándose en cesación de pagos. Considerando los vencimientos de capital que deben refinanciarse (más de 15.000 millones de dólares) y el déficit fiscal pautado con el Fondo (4100 millones), el gobierno deberá conseguir financiamiento en el mercado local e internacional durante el año próximo por unos 19.500 millones de dólares. Para S&P, en el actual sendero que sigue la economía argentina, esto será muy difícil de lograr. Y por eso estima que el gobierno apelará a un apoyo extraordinario del FMI: �Podría ser requerido el respaldo de acreedores oficiales más allá del actual acuerdo standby por 7400 millones de dólares con el FMI para ayudar al financiamiento de las exigencias de endeudamiento del gobierno�, dice el informe. La agencia deberá decidir si ratifica la actual calificación de la deuda o si efectivamente confirma la baja �dentro de los próximos tres meses�. �Las calificaciones pueden mantenerse si los intentos del presidente De la Rúa de incrementar la credibilidad del gobierno derivan en medidas de política económica más sólidas y efectivas�, sostienen desde Nueva York. Por el contrario �disminuirían si se afecta la solidez fiscal y las perspectivas de recuperación económica continúan alejándose�. En tanto, disparan contra el plan de Infraestructura, porque �atenta contra la solidez fiscal�. �Esto es una luz amarilla. Si se producen malas noticias, la baja de la calificación puede confirmarse en el cortísimo plazo, en semanas. En cambio, recién a fin de año o en enero podríamos saber efectivamente si la situación mejoró�, señala Zocco.
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