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Una maestra quedó atrapada en un 
tiroteo entre policías y ladrones

Salía de dar clase en una escuela pública de La Boca y quedó en medio de un tiroteo. Recibió un impacto en la nuca y ahora está gravísima, con pronóstico de quedar en estado vegetativo.
La profesora de inglés resultó herida en Hernandarias y Rocha, en el barrio de La Boca.
La policía dice que la bala provino de un arma de los ladrones, pero hay datos que lo ponen en duda.
t.gif (862 bytes) La seguidilla de inocentes que quedan atrapados en medio de tiroteos entre policías y ladrones sumó ayer una nueva víctima: Claudia Flamini, una profesora de inglés del colegio Jacinto Beruti, de La Boca, que ayer, a poco de salir de la escuela, terminó con una bala en la nuca en medio de un tiroteo policial en Hernandarias y Rocha. La balacera en la que quedó atrapada la docente ocurrió entre un patrullero de civil y cuatro tripulantes de un Land Rover robado que escapaban de la policía. Anoche, la maestra, de 27 años, estaba en el Hospital Argerich en estado vegetativo. El pronóstico, según los médicos, era irreversible.
A la tarde, Claudia terminaba de tomar examen en cuarto grado a Marina Villalba. �Mi hija �dice Susana� tuvo la última hora de clases con ella, le tomó una prueba a ella, y a mi hijo que está en séptimo. Hoy justo le entregó la nota: le puso seis.� Hacía dos años que Claudia era profesora en el Beruti. Cubría una parte de las horas de inglés de los dos turnos de la escuela del gobierno porteño ubicada en Irala y Quinquela Martín. Cursaba las últimas materias para recibirse de traductora. Para Susana, como para muchos de los papás que ayer corrieron hasta la escuela, lo de la maestra fue una fatalidad. �Eso fue �vuelve a contar Susana a Página/12�, fue una fatalidad: ella nunca tomaba por este camino, siempre iba por Quinquela Martín.� 
Ayer, Claudia salió más temprano de la escuela. �Siempre se quedaba hasta el final de clases, se iba después de las seis �explica ahora Susana Torres, casera del Beruti�, pero ayer se fue un poco más temprano.�
Apenas pasaban las cinco de la tarde. A esa hora, cuando Claudia ya se había alejado dos cuadras de la escuela y caminaba por Rocha, una estampida de balas y frenazos alarmaba al barrio. Dos policías de civil a bordo de un Renault 19, con la chapa WEJ 369, terminaban la persecución de los cuatro hombres de un Land Rover blanco.
Esa pesquisa había comenzado en el Puente Viejo que une La Boca con Avellaneda. Sobre la calle Pedro de Mendoza, una patrulla de Robos y Hurtos de la Policía Federal cruzó al auto blanco: �A través de la radio largaron la patente, que les resultó sospechosa, para ver si tenía pedido de captura y saltó que había sido robado hacía 48 horas�, explicaron fuentes policiales. Esos datos dispararon la persecución. El Land Rover intentó perderse por las calles de La Boca. La fuga continuó hasta Irala y Rocha. Allí, el rebote contra una de las veredas altas los detuvo. El auto de la policía avanzó unos dos metros más. Los del Land Rover abrieron las cuatro puertas del auto para escapar; tres de ellos consiguieron hacerlo.
Las marcas que anoche eran periciadas por la policía quedaron esparcidas a lo largo de Rocha. En un extremo quedó el Land Rover con la trompa y los vidrios destrozados. En el medio, hacia Hernandarias, el auto policial. Casi en la esquina, a unos 70 metros, el cuerpo destruido de la maestra de inglés. Aunque la policía apuntaba a la hipótesis de que la bala de Claudia hubiese salido de alguna de las dos armas 9 milímetros secuestradas a los ladrones, hubo un detalle que puede ponerlo en duda. Entre el cuerpo de Claudia y el auto policial quedó tumbado el único ladrón que no se fugó. Esa ubicación, que coincide con la dirección tomada por la maestra, fue blanco de disparos. �Puede ser que la mujer haya recibido los rebotes de alguno de los proyectiles, habrá que esperar las pericias�, conjeturó una de las fuentes vinculadas a la investigación.
Claudia entró al Argerich con un estallido cerebral por una bala que recibió en la zona frontal�, indicaron voceros del hospital. �Se encuentra en estado vegetativo con pronóstico malo y no hay posibilidad de recuperación �dijeron�: es irrecuperable y se espera un desenlace en forma inminente.� En los últimos meses, dos personas murieron y otras tres resultaron heridas por quedar en medio de la línea de fuego entre policías y delincuentes.

 

EL GOBIERNO PORTEÑO INTERVIENE POR LA DE SAAVEDRA
Voces a favor de la fiscalía

El anunciado cierre de la fiscalía de Saavedra generó el rechazo de los vecinos de ese barrio porteño y, además, la preocupación del Gobierno de la ciudad, interesado en mantener esa experiencia y en extenderla a otros puntos de Buenos Aires. Hoy, el secretario de Justicia y Seguridad de la ciudad, Facundo Suárez Lastra, se reunirá con el procurador general de la Nación, Nicolás Becerra �autor de la resolución que decide eliminar la Fiscalía�, para proponerle la �colaboración económica� del Gobierno porteño para la continuidad de esa unidad. 
La fiscalía descentralizada de Saavedra comenzó a funcionar en julio de 1999, en coincidencia con otro proyecto piloto, el de prevención del delito, que se implementa en ese barrio desde septiembre de 1997. Su creación fue decidida por el propio Becerra, y el coordinador del proyecto es, desde entonces, el fiscal de Cámara, Norberto Quantín. 
El pasado martes 24, Quantín acordó con Becerra extender la experiencia al barrio de Villa Lugano. Dos días después, el procurador le comunicó al jefe de los fiscales su decisión �ya plasmada en una resolución� de cerrar la fiscalía �por falta de fondos�, en febrero próximo.
El argumento no parece demasiado consistente si se tiene en cuenta que el funcionamiento de la fiscalía demanda la modesta suma de 20 mil pesos por mes: 3 mil de alquiler y el resto, correspondiente a ocho contratos de personal. �Poco dinero en comparación con lo que se logró�, dijo Quantín a Página/12. �Se han elevado a juicio casi el triple de causas que en el promedio de las fiscalías que funcionan en Tribunales, con muy buen nivel de instrucción: sobre 19 casos que llegaron a juicio, se lograron 19 condenas�, precisó el fiscal.
La eficacia, según Quantín, obedece a que los fiscales trabajan en el lugar de los hechos. �Es mucho más fácil que las personas citadas comparezcan a declarar�, afirmó. El fiscal defiende la descentralización de las fiscalías, especialmente en los barrios alejados del centro o de bajos recursos, �donde la gente teme ir a Tribunales o cree que debe hacer una denuncia con un abogado�.
Para el fiscal, el Gobierno porteño debería hacerse cargo del problema, y apeló a Aníbal Ibarra: �El usó en su campaña el slogan �un fiscal para el delito��, dijo.
La respuesta del jefe de Gobierno no se hizo esperar: el cierre de la fiscalía se contradice con su idea de extender la experiencia de Saavedra a otros barrios, como adelantó Página/12 en agosto. Suárez Lastra dijo a este diario que la ciudad podría aportar los edificios donde funcionen no sólo la fiscalía de Saavedra sino las futuras, en otros barrios. �Nuestro proyecto es descentralizar las fiscalías contravencionales, y en los edificios donde éstas funcionen podrían trabajar los fiscales del fuero criminal�, dijo el funcionario. Esa es la propuesta que le llevará hoy a Becerra. 
También hoy, el Gobierno porteño firma un convenio con la Nación para extender el plan de prevención del delito a tres Centros de Gestión y Participación, el 10, 11 y 12. �Nuestra propuesta es que allí, en un futuro, también funcionen fiscalías como la que ha dado tan buen resultado en Saavedra�, dijo Suárez Lastra. Una encuesta del Ministerio de Justicia revela que en 1999, el 22,3 por ciento de los vecinos de Saavedra fue víctima de delitos contra la propiedad, contra el 33,6 por ciento en toda la ciudad. 
Nadie sabe aún cuáles son las verdaderas razones de la decisión de Becerra. Sí se supone que puede ser una medida para congraciarse con la mayoría de los fiscales, que se oponen a la descentralización de fiscalías.

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