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| Página/12 en Perú Por Carlos Noriega Desde Lima 
Un primer intento por llegar hasta el comandante Ollanta Humala para negociar el final de su rebelión fracasó al mediodía de ayer. Un día después de que Humala expresara por TV, su voluntad de negociar con el gobierno, el general Abraham Cano, jefe del operativo para terminar la rebelión; el Defensor del Pueblo, Jorge Santistevan; y un hermano del sublevado, Ulises Humala, sobrevolaron en un helicóptero militar la zona de las alturas andinas por donde se desplaza Humala y la media docena de hombres que todavía lo acompañan para intentar localizarlo. No vieron nada y una hora después de haber despegado regresaron al aeropuerto de Moquegua. Se anunció que en la mañana de hoy se reanudarán los intentos de buscar un diálogo directo con los sublevados.Cuatro días después de haber iniciado su rebelión para presionar por la renuncia del presidente Alberto Fujimori, la detención del ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, y el cambio de la cúpula militar montesinista, Humala sigue inubicable mientras se desplaza por una inhóspita región de los Andes, a más de 4000 metros sobre el nivel del mar. Hasta ahora, el pequeño grupo de sublevados ha podido burlar el cerco de 500 comandos de elite. Luego del frustrado intento de conversar con Humala, Santistevan lanzó un llamado público al comandante rebelde para que �tome contacto conmigo o con su familia�. Humala cuenta con una radio de comunicaciones que le ha servido para contactarse con algunos medios periodísticos. En su llamamiento, Santistevan le aseguró a Humala que se había llegado a un acuerdo con los militares para que �se respete su vida, su seguridad y su dignidad como militar�. Este acuerdo se habría sellado luego de una reunión entre el general Cano, Santistevan, Ulises Humala y la esposa del sublevado, Nidia de Humala. Santistevan aseguró que se quedará en la zona �el tiempo que sea necesario� hasta lograr que Humala deponga las armas. �Hay el compromiso de que si se da una fórmula de punto final no se disparará un solo tiro. El general Cano me ha asegurado que el operativo militar que se realiza es de carácter disuasivo�, señaló Santistevan, cuya mediación fue pedida por el propio Humala. La posición de Fujimori se ha puesto más difícil. Sus intentos de recuperar fuerzas y prestigio encabezando una cinematográfica cacería de su ex socio y asesor, Vladimiro Montesinos, terminó en un estrepitoso fracaso y un ridículo general. Ahora, ninguna autoridad parece seguir buscando al hombre más odiado del Perú. Montesinos no sólo continúa libre, sino que su presencia e influencia sigue presente en las diversas instancias oficiales. Un juez complaciente atendió con rapidez una acción de amparo presentada por Montesinos desde la clandestinidad -.una clandestinidad que cada día se revela más protegida por las autoridades� para dejar sin efecto una resolución del Colegio de Abogados que le prohibía ejercer su profesión de abogado mientras continúen las investigaciones judiciales por el soborno al congresista Alberto Kouri. Pero ése no ha sido el único triunfo en estos días de este �monje negro� de la política peruana, que parece conservar muchos de los hilos con los que durante una década manejó su poder con la complacencia -.y beneficio� de Fujimori. La policía, insólitamente, ha ordenado a la Dirección contra el Terrorismo que investigue a la abogada Sonia Carmona por haber denunciado ante la fiscalía a Montesinos como responsable del delito de terrorismo por la matanza de 16 personas en una humilde casa de Barrios Altos en Lima, en 1991; el asesinato de nueve estudiantes y un profesor dela Universidad de la Cantuta, en 1992; y el descuartizamiento de Mariela Barreto y las torturas contra Leonor La Rosa, ex agentes del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN); en 1997. En opinión del general en retiro Walter Ledesma, Montesinos conserva todo su poder. �Los cambios en las Fuerzas Armadas han sido una simple rotación que deja intacta la influencia de Montesinos�, señala Ledesma, para quien �nadie puede asegurar que Montesinos no sigue cercano al presidente Fujimori�. El general en retiro Jaime Salinas complementa el argumento: �Diez años de complicidad son algo muy difícil de romper. Como en un matrimonio, ellos han tenido un disgusto transitorio, pero no se han divorciado�. Y sobre el paradero de Montesinos, Salinas suelta una tesis que puede parecer descabellada, pero que en el Perú de Fujimori ya no sorprende: �Montesinos debe estar en Palacio de Gobierno, porque ése es el lugar donde nadie lo va a buscar. Tenemos que pensar lo más increíble�.
Por C.N.
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