El fiscal federal Guillermo Marijuán desestimó ayer la denuncia por falso testimonio que el juez federal Carlos Daniel Liporaci había presentado contra Horacio Verbitsky. Su dictamen dice que el periodista de este diario no calló ante las preguntas del juez y que fue Liporaci quien no lo interrogó con empeño. Por eso descartó �de plano� que hubiera existido delito. La resolución es un categórico aliento a la tarea de la prensa independiente y un cuestionamiento a la labor del juez. Verbitsky fue citado el martes por Liporaci, quien investiga los presuntos sobornos que se habrían pagado a senadores por la sanción de la ley sindical. El juez le hizo ver los videos de dos ediciones del programa �Día D�, del 12 y el 17 de octubre, en los que Verbitsky describió el funcionamiento de la cuenta blanca y las cuentas negras de la SIDE y dijo que cada cosa que supiera la informaría a la opinión pública porque ése era el único modo de que Liporaci investigara y no encubriera, en una causa que calificó como �farsa�. El autor de Robo para la Corona ratificó todo lo dicho. Liporaci le reclamó que lo ampliara y Verbitsky reiteró que se remitía �a lo que dije y diré, en el programa y en el diario Página/12�. Cuando el juez le recordó que estaba declarando bajo juramento de decir verdad, el periodista respondió que estaba diciendo la verdad y que no le diría al juez nada que no revelara a la sociedad. Liporaci afirmó que debía conocer algo más de lo que dijo. �Esas son presunciones suyas�, contestó el testigo. El acto judicial duró 12 minutos y es el más breve de la causa. Terminada la audiencia, Liporaci denunció a Verbitsky por falso testimonio aduciendo que se había manifestado en forma reticente. La Cámara Federal sorteó la denuncia y la remitió al Juzgado Federal Nº 1 de la doctora María Servini, quien está de licencia hasta la semana próxima. El juez subrogante, Juan José Galeano, dio vista al fiscal Carlos Stornelli, quien también está de licencia. El subrogante Marijuán dictaminó que no hubo de parte de Verbitsky reticencia alguna ni silencios cuando se lo interrogó. El periodista ratificó que no diría �nada distinto a lo que dice o dirá en su programa y artículos� y esto implica que �todo lo que sabe está plasmado en sus manifestaciones profesionales�. Al analizar la doctrina sobre el caso el fiscal recuerda que Verbitsky no incurrió en ninguno de los supuestos: ni hesitó, ni dejó de contestar ni con subterfugios evadió una respuesta. Por el contrario, �respondió y no hubo más preguntas ni se profundizó sobre el tema�. Con una cita del ex juez de la Corte Suprema Ricardo Levene, el fiscal dijo que �la reticencia depende del empeño del juez que interroga al testigo�. Marijuán añade que si Verbitsky se hubiera negado a declarar Liporaci hubiera podido imponerle el arresto de dos días previsto en el artículo 247 del Código Procesal Penal de la Nación, cosa que no hizo, �por lo que la ratificación por el testigo del contenido de sus notas fue y debe considerarse una respuesta general a algo muy amplio sobre lo que se lo interrogaba�. Al mismo tiempo que investiga al Senado, Liporaci es investigado por su colega Gabriel Cavallo y por el Consejo de la Magistratura. Ya son tres los peritajes según los cuales la casa que adquirió hace dos meses en Vicente López vale entre el 50 y el 100 por ciento más de lo que Liporaci declaró. Dos de ellos corresponden a inmobiliarias de la zona elegidas por sorteo y el tercero a los peritos de la Corte Suprema de Justicia. Además, ya está probado que durante un año Liporaci alquiló una lujosa casa en el country Golfers, por la que pagó 21.600 pesos, que obviamente deben restarse a la minuciosa cuenta de sus ingresos con la que intenta justificar la injustificable propiedad que adquirió. Esta semana, Cavallo obtuvo otra prueba que coloca a su colega al borde del abismo: la factura del servicio de televisión satelital de la casa de la calle Vicente López estaba a nombre del juez desde un mes antes de la fecha que figura en laescritura de compra. Uno de los próximos pasos de la investigación será determinar si además del precio pagado por la casa, Liporaci no le añadió mejoras, como los vestuarios construidos debajo de la piscina de natación. Las fotos de la propiedad tomadas por el semanario XXIII cuando Liporaci ya vivía en ella sugieren que estaba en obra.
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