Por Raúl Dellatorre El ex presidente Raúl Alfonsín volvió a disparar declaraciones sobre cuestiones económicas que volverán a levantar polvareda. Como cuando hace dos semanas calificó a la Convertibilidad como �el episodio más nefasto del último siglo� en materia económica, ayer volvió a utilizar las cámaras de televisión para lanzarse sobre otra �vaca sagrada� del pensamiento dominante: el pago de la deuda externa. �Si la Argentina pudiera esperar dos años para pagar los 20 mil millones de dólares que se deben (vencen) para el 2001, podríamos invertirlos y honrar más fácil nuestras obligaciones�, señaló entre plato y plato del almuerzo que compartió con Mirtha Legrand. La insinuación a una moratoria en el pago de la deuda le complicó la digestión a una parte del establishment, que pudo conocer en las primeras horas de la tarde las declaraciones del ex presidente. Ello obligó a Alfonsín a aclarar sus dichos pocas horas después. �De ninguna manera propuse no pagar la deuda; fue una expresión para que se conociera todo lo que tendremos que pagar�, intentó corregir. Explayándose, refirió que �la deuda total se fue a 150 mil millones de dólares, los intereses van a estar en 22 mil millones: si pudiéramos no tener eso (como carga), sería fantástico, tendríamos superávit fiscal�. Como cuando criticó la Convertibilidad, aunque advirtiendo que no estaba proponiendo salir de ella, es muy probable que la sentencia de Alfonsín poniendo en cuestionamiento el pago de la deuda provoque más ruido que el que pueda haber acallado sus aclaraciones. El ex jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, formuló ayer apreciaciones sobre el mismo tema al referir, en una entrevista radial (�Mate amargo�, Radio Splendid), que �la Argentina, técnicamente, está con superávit fiscal, resultado que se revierte cuando se computa el pago de intereses de la deuda�. Y advirtió que por el camino adoptado por el plan económico, �sin un plan de desarrollo�, difícilmente pueda salir de ese corset que carga sobre las espaldas de la población más relegada el costo de esa cuenta. �Sobre estos temas no se debate, desde la misma formación de la Alianza se buscó evitar meterse en este tipo de discusiones�, señaló. Las nuevas declaraciones de Alfonsín no pueden ser consideradas un descuido o producto de la inocencia, por la persona que las formula. Por el contrario, se observa la intención de poner justamente en debate temas �tabú� en la discusión política, aunque molesten al gobierno de la Alianza. En oportunidad de sus apreciaciones sobre la Convertibilidad, fue el propio presidente Fernando de la Rúa y el por esos días flamante jefe de Gabinete, Chrystian Colombo (a través de una declaración oficial), quienes le salieron al cruce, advirtiendo sobre el perjuicio que le provocaba al país este tipo de apreciaciones. Pero estas advertencias no lograron silenciar al ex presidente. Ni a Terragno. Cuando Carlos �Chacho� Alvarez renunció a la vicepresidencia, se distanció del Gobierno en base a cuestionamientos éticos y a la falta de voluntad para combatir la corrupción política, pero se cuidó de no atacar a la política económica. Los �disidentes� del radicalismo eligieron otra vía, que promete provocar nuevos dolores de cabeza al Gobierno.
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