Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
ESPACIO PUBLICITARIO


Bush ya se siente ganador
y es por un tema personal

La personalidad, más allá de los programas específicos o la economía, es lo que está empujando al candidato republicano hacia la Casa Blanca, con una ayudita del candidato verde Ralph Nader.

Bush ataca al gobierno como Reagan, pero es más compasivo.
Y se concentra en presentar a Gore como un gran despilfarrador.

Por Martin Kettle *
Desde Minneapolis

t.gif (862 bytes) George W. Bush tiene el viento a su favor, y visto de cerca parece como si lo supiera. Atravesando el campo de batalla del Medio Oeste durante los últimos dos días de campaña hay más agilidad en su paso, una serenidad en su conducta y una confianza en su voz que se traducen en una misma cosa: está consciente de que está parado en el umbral de la historia. Cree que lo tiene. El liderazgo de Bush en las encuestas nacionales no es grande pero es persistente. El equipo de campaña de Al Gore puede producir una explicación detallada y casi plausible de por qué su hombre todavía puede salir adelante el martes al ganar en los estados clave, pero sus teorías fallan por un elemento devastador: Bush va primero y no está haciendo nada por estropearlo. 
Hasta los dioses del clima parecen estar de su lado mientras su avión de campaña, �Responsability One�, aterriza en Minneapolis después de un agotador vuelo desde Seattle. Llovió toda la mañana y las nubes están bajas, pero ahora el sol las atraviesa, con perfecta precisión, para producir una miniobra maestra de teatro político. Una banda de colegio toca el tema de �Misión Imposible� y la multitud que ha estado esperando durante casi dos horas grita hasta quedarse ronca. Chris Kavkashian dice que está sorprendido consigo por venir a ver el carro triunfal de Bush pasear por el �evento del aeropuerto�, que es típico de los últimos y excitados días de una campaña presidencial. �Les diré por qué estoy acá en una palabra �dice�. Integridad. Ese hombre la tiene. Gore no la tiene. El y Clinton sólo hacen cosas cuando tienen que hacerlas.� 
Palabras como integridad, responsabilidad y carácter se escucharon en los discursos de los políticos republicanos durante toda esta campaña presidencial. Son eufemismos que el partido estableció para tratar la cuestión Clinton sin parecer negativo y sin recordar a los votantes indecisos los fanáticos republicanos cuyo único proyecto público en los últimos ocho años ha sido desalojar al presidente demócrata. El tema está siempre en algún lado en los discursos, aunque siempre controlado para que no domine ni se salga de control. Pero el pensamiento de Kavkashian parece típico de la multitud que espera a Bush. Sólo uno en una docena entrevistada al azar elige los impuestos como el motivo más importante para apoyar a Bush en la elección. El resto, de una u otra manera, elige la personalidad. �Creo que Bush llevará integridad a la Casa Blanca. Tiene personalidad. Es la clase de tipo con quien uno querría estar �dice Chuck McShane�. Yo lo hubiera preferido a John McCain. Si McCain se hubiera postulado, esta elección no hubiera sido tan ajustada, aun en Minnesota. Pero un poco de pan es mejor que nada.�
Cuando llega al escenario, Bush no habla demasiado de personalidad. No necesita hacerlo. Lo haría parecer mezquino. Su mensaje, iluminado en grandes letras amarillas sobre una bandera azul detrás de sí, es �Uniendo a América�. Se concentra en su plan de recorte de impuestos y se toma bastante tiempo en atacar a Gore como un despilfarrador. �Ustedes están mirando 285 programas federales que mi opositor promete crear o expandir�, dice mientras sus asistentes corren una cortina para revelar una lista enorme que dice �Gore Promete Más Gran Gobierno�. Las promesas de Gore se traducen en �la mayor expansión del gobierno en 35 años �dice�. Se lanzaría a una farra de 2 billones de gastos�. 
Para esta etapa de la campaña, los mensajes se han reducido a lo esencial. �El confía en el gobierno. Yo confío en ustedes�, repite Bush, haciendo eco a lo que decía Ronald Reagan hace 20 años. Pero mientras Reagan normalmente basureaba toda la idea de gobierno, Bush es más cuidadoso. �Creemos en el gobierno que conoce sus límites, pero muestra su corazón.� Pero donde Bush teme tropezar, otros corren. Mucho antes que él llegue y antes que la mayoría de los medios se presenten para oír lo que dice, el candidato republicano para uno de los escaños del Congreso por Minnesota muestra menos escrúpulos. 
Mark Kennedy le cuenta un cuento a la multitud. Bill Clinton está desesperado para asegurar su legado presidencial, dice. No puede dormir. Mientras Clinton se retuerce en su sueño, se le aparece George Washington. ¿Qué puedo hacer para asegurar mi legado?, le pregunta Clinton. �Siempre di la verdad. Nunca mientas�, le contesta Washington. La multitud estalla en risa. La noche siguiente Clinton sueña nuevamente. Esta vez Thomas Jefferson se le aparece. Clinton le pregunta sobre su legado. Jefferson contesta rápidamente: �Recorta los impuestos y devuelve el gobierno al pueblo�. La gente estalla nuevamente en risas. Ahora Clinton sueña una tercera vez. Esta vez le toca a Abraham Lincoln la pregunta. ¿Qué debe hacer Clinton para asegurar su legado? Lincoln piensa un largo rato, luego habla. �Ve al teatro�, dice. Una multitud que diría sin dudar que representa los valores norteamericanos grita deleitada ante la idea que Bill Clinton puede morir de un disparo.
Esta semana, una encuesta mostró a Gore todavía adelante en Minnesota, pero sólo por el 44 por ciento al 41 por ciento. El candidato verde, Ralph Nader, cuya compañera de fórmula Winona LaDuke vive en Minnesota, está fortaleciéndose y creció en las encuestas en un 8 por ciento. Nader puede entregarle Minnesota a Bush.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

 
 

 

KIOSCO12

PRINCIPAL