Por José Natanson A pesar de los intentos de Carlos �Chacho� Alvarez por aclarar las cosas, la confusión es usual en los despachos del Frepaso. Un partido que, ante la curiosa posición de su máximo referente, hoy forma parte de la Alianza, tiene funcionarios en el Gabinete y acompaña las leyes del Ejecutivo. Y que, al mismo tiempo, festeja el portazo de Alvarez y cada vez cuestiona con más fuerza la marcha del Gobierno. A continuación, los diez desafíos de una fuerza en estado de revolución. Cómo hacer para que el movimiento termine en algo concreto. Alvarez se entusiasma con la repercusión que obtuvo su proyecto a través de centenares de cartas y mails. Según explicaban en la Casa del Frente, hubo de todo: principalmente jóvenes, pero también profesionales de clase media, viejos militantes hoy alejados de la política y hasta algunos jubilados. Más allá de la repercusión, todavía no queda claro en qué desembocará la iniciativa. Ante las dudas generales, un dirigente frepasista explica que no se trata de convocar dirigentes, armar estructuras o fortificar aparatos. Y hasta se anima a trazar un paralelismo histórico. �La política hoy está tan desacreditada como en los años 40, después de la Década Infame. Hasta que Juan Perón empezó a apoyarse en los sindicatos, en los empresarios nacionales, en algunos referentes de la cultura. Creó un gigantesco movimiento de opinión, que después desembocó en su candidatura presidencial. Chacho busca algo parecido: generar una corriente de cambio que termine en una opción política�. Cómo compatibilizar el movimiento y el Frepaso. Por ahora, Alvarez viene haciendo malabares para explicar que su nuevo proyecto y el partido pueden convivir sin contradicciones. Recogiendo la confusión y hasta las críticas que generó su iniciativa, esta semana se tomó la molestia de hacer una de las cosas que más detesta: dar explicaciones. �Más que aclaraciones, que fueron de carácter general, lo de Chacho fue un gesto para dejar claro que no está afuera del Frepaso�, decía ayer un diputado cercano al ex vicepresidente. Cómo hacer para que el Frepaso no quede a la deriva. Alvarez seguirá moviéndose de acuerdo con la ecuación que eligió para silenciar sus críticas al Gobierno: esquivar las definiciones de coyuntura. Mientras tanto, un puñado de dirigentes comenzará a ocuparse del manejo cotidiano del Frepaso: Darío Alessandro coordinará una virtual mesa de conducción, en la que también estarán Aníbal Ibarra, Juan Pablo Cafiero, Rodolfo Rodil y Graciela Fernández Meijide. Cómo mantener cohesionado al bloque de diputados. Los 36 legisladores constituyen uno de los ejes de poder del Frepaso. �La convivencia con los radicales está garantizada. El problema son los nuestros�, explica un diputado frepasista. Y se entiende: antes la mayoría estaba dispuesta a votar algunos proyectos impopulares del Ejecutivo. Pero hoy, con Alvarez en un papel de filooposición, la situación se complica. Un ejemplo: las leyes más conflictivas, como la reforma laboral, generaron el rechazo de una docena de diputados frepasistas, mientras que el ajuste implícito del nuevo presupuesto ampliaría a veinte el bando de los rebeldes. Cómo mejorar algunas prácticas del Frepaso bonaerense. Es uno de los interrogantes que se formulan los frepasistas más cercanos a Alvarez, quienes acusan a algunos dirigentes de la provincia �principalmente a Alejandro Mosquera, pero también a Mary Sánchez� de haber copiado las formas tradicionales de construcción política: el aparato, la estructura y el dinero. �Chacho no da nombres, pero los viene cuestionando desde hace tiempo. En la reunión del viernes dijo claramente que el Frepaso muchas veces no logró sustraerse de estos vicios�, sostienen sus colaboradores. Sin embargo, Chacho aún no ha dado instrucciones para depurar a su fuerza. �Va a dejar que la transformación se dé naturalmente�, explican cerca del ex vicepresidente. Cómo discutir (si hay tal discusión) las candidaturas con la UCR. El portazo y la crisis que atraviesa la Alianza hacen imposible un pronóstico preciso. Hasta ahora, es muy probable que los socios acuerden un reparto equilibrado en la Capital y la provincia de Buenos Aires �los dos distritos en los que nació la coalición, cuyos máximos dirigentes mantienen casi intacta la voluntad aliancista�. Todo esto, claro, suponiendo que la Alianza se mantenga viva hasta octubre del año que viene. En caso de que se evite el quiebre, el resto del país se convertirá en un complicado mapa de competencias y cabildeos. Cómo fortificar el Frepaso en el interior (por las dudas). Construido como un partido inorgánico, basado en el poder de seducción de un puñado de dirigentes, el Frepaso tuvo desde siempre inconvenientes serios en el resto del país. Por eso, Alvarez viene dedicándose a potenciar el despliegue territorial del partido, para el caso de una futura negociación con el radicalismo o una competencia con los dos partidos tradicionales. En Santa Fe, todas las fichas están puestas en la candidatura a gobernador en el 2003 de Hermes Binner, el exitoso intendente de Rosario. En San Luis, la idea es armar un gran frente liderado por el intendente de la capital, Carlos Ponce, un ex peronista que cosechó el 70 por ciento de los votos en las últimas elecciones. En Río Negro, un tradicional bastión radical, el Frepaso ha logrado sumar a los intendentes de las dos ciudades más importantes: el de Cipolletti, Julio Arriaga, y el de Bariloche, Leonardo de Ferraris. En Neuquén, la expectativa está centrada en el frepasista Oscar Massei, actual secretario de Medio Ambiente, y en una futura alianza con la senadora Silvia Sapag. Cómo apuntalar a Graciela. Los frepasistas no lo pueden creer. �Nunca fue una política en el sentido tradicional, pero tenía esa capacidad para interpretar lo que pensaba la gente�, recuerda, nostálgico, un dirigente cercano a Alvarez. Y enumera los tropezones que contribuyeron a diluir el perfil de quien en su momento fue la gran apuesta del Frepaso: el caso de Angel Tonietto, la demora en lanzar el plan social, la mala relación con la mayoría de los gobernadores, la crisis en su ministerio (con dos de sus principales colaboradores a punto de irse) y, finalmente, la decisión de viajar a Biarritz, Francia, en medio del conflicto de La Matanza. Aunque en el Frepaso sólo se escuchan críticas hacia Fernández Meijide, Alvarez todavía la respalda, por lo menos evita cuestionarla en público. �Está furioso, pero lo que pasa es que no nos sobran dirigentes�, explican sus allegados. Cómo pararse ante la crisis económica. Todos coinciden en que será la economía la que, en definitiva, aclarará la situación de la Alianza. Si el panorama se sigue complicando y José Luis Machinea abandona el Palacio de Hacienda, el nombre de su sucesor terminará por definir la confusa actitud de Alvarez ante el Gobierno. Un dirigente de diálogo cotidiano con el ex vicepresidente trazó el siguiente esquema. �Chacho está esperando. Si las cosas mejoran, Machinea se fortalece y la Alianza también. Pero si se profundiza la crisis, es probable que De la Rúa opte por un giro a la derecha, con (Domingo) Cavallo o (Ricardo) López Murphy. Chacho no lo dice, pero puede ser ése el argumento para romper en forma definitiva�, evalúa. En ese caso, el escenario cambiaría totalmente: el Frepaso deberá prepararse para competir con el radicalismo y el PJ, apostando a una construcción transversal que le permita seducir a dirigentes de otros partidos. �Si rompemos, Chacho va a tener que volver a la política. No le va quedar otra que presentarse como candidato�, explican los frepasistas. Cómo mantener la Alianza porteña ante una crisis nacional. Aníbal Ibarra lidera un gobierno de coalición, con una vicejefa �Cecilia Felgueras� radical y delarruista, con muchas secretarías en poder de funcionarios radicales y con un bloque de legisladores dividido en partes iguales entre los dos socios de la coalición. Por eso, si sucede un quiebre general, Ibarra intentará mantener la Alianza en la Capital. Una postura lógica, que apunta a garantizar el funcionamiento de su gestión,pero que corre el riesgo de llevarlo a un enfrentamiento con Chacho Alvarez. Algo que, en realidad, Ibarra ya ha hecho: no por casualidad fue el primero en cuestionar la idea del ex vicepresidente de lanzar un difuso movimiento por afuera del Frepaso (y también de la Alianza).
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