Por
Gustavo Veiga
Fernando Miele, por estas horas, acaso sienta que es un ser incomprendido.
Si mirara hacia atrás, advertiría que sus obras con
el estadio Nuevo Gasómetro en primer lugar ya no le deparan
un crédito abierto para hacer lo que le plazca. El ejercicio ininterrumpido
del poder desgasta y, a él, la gloria se le marchitó hace
tiempo. Hoy, la pasión parece haber detenido por un instante los
fuertes intereses que se expresan en una carta convenio de siete carillas
acordada entre San Lorenzo y la empresa multinacional ISL, con sede en
Suiza y cuya propiedad se atribuye a Joseph Blatter, el presidente de
la FIFA. Dos marchas que congregaron a cientos de hinchas lo obligaron
a esperar hasta el 30 de noviembre para determinar, por sí o por
no, el polémico gerenciamiento de recursos económicos vitales.
Lo curioso es que una parte considerable de los ingresos que podría
administrar San Lorenzo ya han sido confiados a la explotación
de terceros. Pero su máximo dirigente, empecinado cuan cruzado
en guerra santa de qué otro modo iba a ser en el club de
Boedo quiere ir por más y para ello cabalga confiado sobre
dos realidades: la situación económica de su institución
es muy delicada y, además, lo respalda Julio Grondona, el titular
de la AFA.
Hace un par de meses, los directivos opositores por la minoría
Jorge Aldrey y Alberto Barilari quisieron saber qué pensaba el
próspero empresario ferretero de Sarandí sobre la oferta
de ISL a San Lorenzo, consistente en 13 millones de dólares por
año, durante un lapso de diez, con opción de renovar por
otro decenio. Pensaban que Grondona iba a respaldar la iniciativa, pero
no que iba a llegar a tanto. Es mucho lo que les da ISL, así
que agarren viaje, los habría instado con su proverbial tono
paternalista.
Correo
desde Suiza
La lectura de la carta de intención cualquier semejanza
con el FMI y los países emergentes es pura coincidencia arroja
algunas perlas dignas del siglo XV, en que se comerciaban piedras preciosas
a cambio de espejitos de colores. En el punto 1, referido a la concesión
de derechos, el club debería comprometerse a otorgar toda
la publicidad, colocación del producto, patrocinio y otras oportunidades
comerciales en o en relación con cualquiera y todas las publicaciones
(ya sea en forma impresa, electrónica u otra) en relación
con San Lorenzo, los Derechos o los Sitios, incluyendo partido y/u programas
de evento, boletos de partido, carteles oficiales, guías, revistas,
mapas, folletos, libros, boletines, publicación electrónica,
discos compactos CD y discos compactos CD-ROM...
Más adelante, el convenio determina la cesión del derecho
para usar cualquiera y todas las marcas que identifican a San Lorenzo,
incluyendo cualquiera y todos los logotipos, mascotas, emblemas, designaciones,
palabras o sonidos que identifican a San Lorenzo, sin limitación...
¿Abarcará este ítem a los ingeniosos cantitos de
la hinchada? ¿Qué destino tendrá el legado del padre
Lorenzo Massa?
Como si todos los derechos que se transfieren a ISL fueran pocos, el club
por contrato cederá un número razonable
de boletos VIP y de primera categoría, libres de cargo, a cada
partido de fútbol del equipo de primera de San Lorenzo...
y, asimismo, también se permitirá a la firma suiza y a los
concesionarios que surjan la compra de boletos adicionales de primera
y segunda categoría a valor nominal en una base de prioridad con
respecto al público en general. No todo concluye ahí.
Porque en el punto 2.8 se sostiene: Las partes trabajarán
juntas en buena fe para mantener el estado legal exento de impuestos de
San Lorenzo. Si tal estado legal exento de impuestos es eliminado, entonces
las partes discutirán de buena fe caminos para minimizar los efectos
del impuesto en los pagos conforme a la presente. O sea, que se
comprenda bien: ISL, una empresa que obtiene enormes ganancias en el mundo
por la explotación de derechos, pretende seguir disfrutando con
la venia de San Lorenzo del actual marco jurídico de las
asociaciones civiles sin fines de lucro que no tributan en la Argentina.
Es que las penas son del estado y las vaquitas, de los suizos.
Por último, cabe destacar lo que figura en el punto 5.2, que en
términos futbolísticos sería como dirimir la condición
de local en el acuerdo. Miele y los fieles que lo siguen están
dispuestos a firmar que la carta convenio será regida e interpretada
de acuerdo con el derecho suizo y estará sujeto a la jurisdicción
de las cortes suizas. Cualquier litigio respecto de esta carta convenio
se resolverá con exclusión de las cortes ordinarias por
un Tribunal Arbitral de tres personas constituido de acuerdo con las Reglas
de Arbitraje Internacionales de la Cámara de Comercio de Zurich.
ISL gana por goleada y San Lorenzo se va al descenso de nuevo, como en
1981.
Negocios
de entrecasa
El 22 de diciembre de 1999, San Lorenzo modificó y extendió
un contrato que mantenía con la denominada San Lorenzo 2000 una
subsidiaria de Nuevos Clubes Argentinos (NCA) que de ahí
en más pasó a usufructuar Administración Deportiva
SA (ADSA). En aquella empresa, el directorio era integrado por Dardo De
Marchi como presidente; Ernesto Spolski, vicepresidente; Pablo Colaresz
y Fernando Kleiman, directores titulares, y Fernando Storchi, director
suplente.
ADSA, que se constituyó con un capital inicial de 12 mil pesos,
es presidida por Ernesto Teperman y mantiene como asesor a Spolski, hijo
de Alberto, quien fuera dueño del quebrado Banco Patricios. Sin
embargo, por contrato con el club administra la sede de avenida La Plata
y un centro polideportivo en Caballito, además de percibir el 100
por ciento de los denominados socios promoción pagan
40 pesos cada uno que utilizan las instalaciones concesionadas.
Natalia, la hermana de De Marchi, figura al frente de la explotación
del estacionamiento en el estadio.
San Lorenzo también le cedió a la tarjeta VISA-Banco Provincia
la comercialización de 6000 plateas correspondientes al sector
sur a cambio de una suma de dinero con la cual se levantaron los codos
de la cancha. Y la empresa Estática Internacional, de un paraguayo
apellidado Abdo, maneja los carteles de publicidad en el Nuevo Gasómetro.
Además, el merchandising y, por supuesto la televisión,
son controlados por Torneos y Competencias. Todos estos negocios, según
estimaciones de la oposición a Miele, significan casi el 70 por
ciento de los potenciales ingresos del club.
La desmesura de estas operaciones quizá impida percibir cómo
se realizan otras transacciones menos difundidas y que han derivado en
demandas penales contra el presidente por ejemplo, en el caso de
la incorporación del colombiano Fredy Grisales o le permiten
a ciertos empresarios hacer su agosto.
Un caso como éste es el del procesado ex vicepresidente del Banco
Nación y ex titular de la DGI Hugo Gaggero. Por disposición
de la comisión directiva logró que el oficialismo le apruebe
el pago del mayor porcentaje de plaza (un 40 por ciento) por los juveniles
que coloca en San Lorenzo y que surgen de su homónimo cordobés,
un club que el ex funcionario menemista gerencia en la Docta. A Miele
estas cosas quizás ni le preocupen porque lo único que lo
desvela es cómo aprobar el convenio con ISL.
En el desarrollo de esta historia hay hombres clave que, cuando fue necesario,
dieron un paso al frente para apuntalar el gerenciamiento. Uno es el desconocido
Romeo Cotorruelo, español y representante de Inmark SA en la Argentina,
la misma firma que presentó un proyecto para reestructurar los
torneos en 1999 y fracasó. Pese a ello, ha cobrado suculentos honorarios
por su tarea que salieron de la tesorería de la AFA. El otro personaje
es Hugo Porta, ex secretario de Deporte durante el gobierno de Carlos
Menem y empleado jerárquico de ISL. También ha desempeñado
un papel funcional a los intereses de Miele el ex diputado peronista Fernando
Galmarini, quien cuando el dirigente pretendió venderles a sus
pares el más caro de todos los sistemas de seguridad de televisión
por circuito cerrado gestionó los créditos del Banco Provincia
para adquirirlos.
Todo es posible en la dimensión non sancta de un club que podría
ser -más allá de Quilmes la referencia obligada para
los gerenciamientos que esperan turno en el fútbol argentino. Todo
es factible, menos una cosa: que la pasión mayoritaria de sus hinchas
se venda como objetos de merchandising y decodificadores para la TV. En
San Lorenzo, los socios y simpatizantes ya se han movilizado dos veces.
Y prometen hacer otra marcha el 30 de noviembre para decir, una vez más,
basta. Aunque Miele se altere y diga, como lo hizo el 17 de setiembre
de 1996 en la revista El Gráfico: Al que hace daño
hay que matarlo, no físicamente, pero tratar de que no siga. Hay
fundamentalistas que se niegan al futuro.
Si Miele fuera el futuro, el refundador del club como
lo reivindicaron desde un volante la noche del viernes durante el partido
contra Talleres ya no goza de consenso para encarar la segunda refundación.
Drama
fiscal
Por G.V.
Pedro
Kondratiuk ha sido un hombre clave en la AFIP durante la administración
de Carlos Silvani y cuando era funcionario se ocupó, entre
otros, de temas tributarios vinculados con el fútbol. Hoy,
ya alejado del cargo y en su condición de hincha de San Lorenzo,
opina que la carta convenio entre el club e ISL va a traer
un problema fiscal, porque el gerenciamiento significa una actividad
gravada de impuestos que ahora no existe. Entonces, los ingresos
que se produzcan o que se lleve la empresa van a estar gravados
con IVA, por lo menos con el IVA. O sea, una de dos: o renuncia
a sus ingresos el beneficiario de la concesión o, en el caso
contrario, se los reducen a lo que va a recibir el club. Se dice
que a San Lorenzo van a entrar 13 millones de dólares. Sí,
menos la comisión que le da ISL. El IVA saldrá de
ahí. Aunque ése no es el único problema.
Por ésta y otras razones, Kondratiuk considera que el contrato
entre la institución de Boedo y la firma suiza es mucho
peor que el acuerdo que estarían negociando Boca e
ISL.
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�No
va a resolver la crisis�
Por G.V.
Alberto
Barilari y Jorge Aldrey son los dos dirigentes opositores que terminaron
con la apacible vida política de Fernando Miele. Ahora, desde
su agrupación San Lorenzo para todos, apuntan
y disparan contra el gerenciamiento.
Este contrato puede llegar potencialmente a los 20 años
de vigencia, o sea, a unos 260 millones explicó Barilari-.-
Si se habla de que las comisiones son de un 10 o un 15 por ciento,
por qué no pensar que puede haber corrupción en una
institución donde los directivos somos hinchas de fútbol,
gente común... Acá, salvo algún caso especial,
no hay gente poderosa. Por eso, hay que valorar la actitud de los
que se oponen, inclusive de quienes están en contra desde
adentro del propio oficialismo.
Según Aldrey, el contrato con ISL no va a resolver
la crisis desesperante del club y sí hipotecaría el
excedente. Lo que no le cierra a nadie es que el gerenciamiento
no se proponga en la plataforma electoral del oficialismo a un año
de las elecciones. Sabemos que hay asambleístas que tienen
dinero colocado en San Lorenzo que les reditúa intereses
mensuales. Llegado el momento lo vamos a hacer saber porque son
los mismos que están decidiendo ahora este tema crucial.
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