Concebido
exclusivamente para el Salón de París, el Peugeot Promethee
es un vehículo espectáculo. Gracias a una notable anchura,
apoyada por grandes ruedas, no es sin embargo tan inocente como puede
parecer. Representa un vehículo al mismo tiempo dinámico,
gracias a la motorización diésel HDi equipada con un filtro
de partículas, y tranquilo, con una transmisión mecánica
a dos ruedas motrices realizada para la carretera como para otros terrenos
más dificultosos.
Presentando una forma similar a la de un monovolumen, recibe una estructura
de acero y recupera el espíritu de la antigua break 402. La madera
de estas versiones, tan apreciada en su época, ha sido sustituida
por un material más resistente, el aluminio pulido, ligeramente
satinado. La forma de la parte delantera muestra un encadenamiento al
mismo tiempo fluido y dinámico del capot, de los parantes y del
techo. El conjunto presenta un contraste de elegancia y potencia que favorece
la identificación de la marca. Unas puertas inéditas favorecen
el acceso al interior, transformable, para cuatro personas, y dotado de
un espacio multimedia.
La carrocería, pintada en gris metalizado, recibe encuadres mecanizados
en el conjunto, así como un parabrisas cuya parte inferior se sitúa
muy adelantada sobre el capot. A la altura superior del parabrisas no
hay travesaño, por lo que el cristal puede continuar así,
convirtiéndose en techo hasta la altura de la parte trasera de
las plazas delanteras.
Curiosa es la solución de las puertas: tres y un portón
trasero. La apertura eléctrica se efectúa a través
de un mando infrarrojo. La única puerta de la izquierda se desliza
hacia adelante o hacia atrás, para permitir el acceso al asiento
del conductor o a las plazas traseras. De espesor reducido, esta puerta
recibe un semicristal eléctrico que se desliza longitudinalmente
sobre el otro semicristal, que permanece fijo. A la derecha se encuentra
una puerta igualmente eléctrica, cuya parte delantera es batiente
y la trasera es deslizante. La hoja posterior, que integra una luneta
ampliamente dimensionada, se abre igualmente por mando a distancia.
La parrilla, con sus proyectores en forma de almendra, reivindica la modernidad
del proyecto y su pertenencia a la marca. Con ese mismo espíritu,
el portón trasero recibe luces de punta horizontal. Las llantas
de aleación ligera tienen un gran diámetro y llevan neumáticos
Michelin Pax, que permiten prescindir de la rueda de auxilio.
El interior del Promethee ofrece una habitabilidad calificada como generosa
para cuatro personas. Esta berlina puede transformarse fácilmente
en una break de dos plazas. Siguiendo la presentación exterior,
la modernidad del interior queda subrayada por la presencia de piezas
metálicas situadas en la consola central así como en el
conjunto central del tablero de instrumentos, de arquitectura ergonómica.
Se encuentran igualmente en los armazones metálicos de los asientos
y en el tejido de éstos, color verde basílico, en el que
aparecen hilos de aluminio.
En la parte central del tablero de instrumentos van instalados diferentes
mandos, entre los cuales el conjunto de radio/CD y la climatización
automática.
Puede verse igualmente un espacio multimedia con una pantalla en color
del sistema de navegación y el acceso a los servicios telemáticos.
De la parte inferior nace una consola frontal larga y alta, que se prolonga
hasta la mitad de los asientos traseros. Ofrece guanteras, un lector de
DVD que se reproduce en dos pantallas instaladas en cada uno de los respaldos
de los asientos traseros.
Un
Prowler para las Brujas
Para celebrar Halloween, el Día de las Brujas
en los Estados Unidos, Chrysler eligió pintar 100 unidades
de su particular modelo Prowler en color naranja, como las calabazas
tradicionales de la celebración.
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