Página/12
en Perú
Por
Carlos Noriega
Desde Lima
Con
la denuncia que hoy debe estar presentando ante la Justicia el procurador
José Ugaz contra Vladimiro Montesinos por el escándalo de
los 48 millones de dólares depositados a su nombre en tres bancos
suizos, se inicia en el Perú el proceso judicial por corrupción
más grande en la historia de este país. Proceso que amenaza
involucrar al presidente Alberto Fujimori y a los más altos funcionarios
civiles y militares del régimen fujimorista. Mientras crecía
el escándalo de corrupción, la insurrección militar
encabezada por el comandante Ollanta Humala que se inició
hace ocho días cobraba una nueva dimensión. Desde
las alturas de la sierra sur del país, el mayor en retiro Antauro
Humala, hermano de Ollanta, se comunicó con un canal de televisión
y aseguró que 600 reservistas de las Fuerzas Armadas se habían
plegado a los rebeldes, ahora divididos en dos columnas.
Presentada la acusación penal contra Montesinos por lavado de dinero,
enriquecimiento ilícito y otros delitos, se deberá dictar
orden de captura contra el monje negro de Fujimori, cuyo paradero
es desconocido desde que regresó al Perú el pasado 22 de
octubre. Ayer, el ministro de Justicia, Alberto Bustamante, aseguró
que Montesinos ya había sido localizado y que su detención
era inminente. Estamos muy cerca de él, afirmó
Bustamante. El procurador José Ugaz se reunió ayer por varias
horas con el presidente Fujimori en el Palacio de Gobierno. Ugaz, un prestigioso
abogado penalista de reconocida independencia, ratificó su decisión
de llevar adelante una investigación que no excluya a nadie,
ni siquiera al propio Fujimori. El diario Liberación reveló
un documento del Departamento Federal de Justicia y Policía
de la Federación Helvética en el que se incluye a
Fujimori en la investigación abierta a Montesinos en Suiza. En
el documento, fechado el 5 de octubre de este año, se le pide al
Consejo Federal que informe si ha dispuesto tomar las medidas para verificar
si en los bancos suizos existen cuentas a nombre de Montesinos,
Fujimori o un hombre de confianza de este último.
En el otro escenario que ha captado la atención de los peruanos
en estos convulsionados días, el de la rebelión del comandante
Ollanta Humala, el mayor en retiro Antauro Humala aseguró que su
columna está integrada por un suboficial, dos soldados y 400 reservistas
de las Fuerzas Armadas, que se habían unido a su grupo en los últimos
días. Su hermano Ollanta, señaló, cuenta con diez
soldados armados y 200 reservistas. Estamos creciendo a pasos
gigantescos, señaló Humala. Desde que estalló
la sublevación militar, en diversas ciudades, especialmente en
el sur del país, se comenzaron a reunir reservistas de las Fuerzas
Armadas dispuestos a unirse a la rebelión. Antauro Humala confirmó
que desde el tercer día de la insurrección se separaron
en dos grupos. Eramos hostigados por los helicópteros y nos
separamos, Ollanta se desplazó hacia Arequipa (a 900 kilómetros
al sur de Lima) y yo me quedé para distraer a las fuerzas (que
los persiguen), declaró Humala. Hasta ahora se había
asegurado que no se habían producido enfrentamientos armados entre
las fuerzas rebeldes y las leales al presidente Fujimori, pero Humala
desmintió esto: Nos atacaron desde los helicópteros
y hubo una balacera, nosotros no tuvimos heridos, pero no sé si
los hubo en el otro lado.
Antauro Humala confirmó las versiones periodísticas que
indicaban que en 1992 le habían propuesto integrar el Grupo Colina,
escuadrón de la muerte formado por Montesinos, y que se negó.
Sobre las causas de esta sublevación militar, afirmó que
era una exigencia desde hace un año, pero se convirtió
en un deber desde el regreso del delincuente Montesinos y el show (para
supuestamente capturarlo) que hizo el otro delincuenteFujimori.
Nosotros podemos continuar mientras la gente nos dé su apoyo,
afirmó Humala antes de terminar su primer diálogo con la
prensa. Con esta comunicación, Antauro Humala desmintió
las versiones que circulaban sobre su detención.
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