Por Maximiliano Montenegro
Los principales bancos que operan en la plaza local le adelantaron ayer
al ministro José Luis Machinea que hoy sólo estarán
dispuestos a prestarle al Gobierno en dólares a tasas de interés
exorbitantes: 13 por ciento por un plazo de 90 días; 14,5 por ciento
por 180 días, y 16 por ciento a un año. Es alrededor de
6 puntos más que la tasa de interés que tuvo que pagar el
Gobierno hace menos de un mes. Semejante encarecimiento en el costo del
financiamiento refleja la desconfianza de los bancos sobre la capacidad
de repago del Gobierno, después de la incertidumbre generada por
la crisis política de la Alianza y las polémicas declaraciones
del ex presidente Raúl Alfonsín sobre la deuda. Pero también
desnuda el oportunismo de los bancos para sacar tajada de la crisis y
la falta de audacia del equipo económico para negociar mejores
condiciones en el mercado. De mantenerse esta situación
en las próximas semanas, las tasas de los créditos al sector
privado también aumentarán y se profundizaría la
recesión. De persistir más tiempo, dejaría al Estado
al borde de la quiebra.
Ayer, a primera hora de la tarde, el secretario de Financiamiento, Daniel
Marx, se reunió con los gerentes financieros de los llamados creadores
de mercado (market makers), como se llama desde los tiempos
de Domingo Cavallo a 12 bancos de primera línea que explotan
el negocio de prestarle al Gobierno en dólares con instrumentos
financieros que sólo se comercializan en el mercado local. Entre
ellos se cuenta un solo banco de capital nacional (el Galicia), mientras
que el resto son entidades internacionales con fuerte presencia en el
país (como el BBVA Francés, HSBC, BankBoston, Santander/Río)
o bancas de inversión muy activas en las operaciones de refinanciación
del capital de la deuda externa argentina, como el JP Morgan.
En esa reunión, se vivió una escena más que elocuente
de estos tiempos: el mercado le anunció a Marx que
si el Gobierno necesitaba 1100 millones de dólares para cubrir
vencimientos de capital de deuda anterior, debería pagar tasas
de interés record. Y Marx aceptó la oferta del mercado
sin contrapropuesta alguna. Hace menos de un mes, el Gobierno se había
endeudado a 180 días a una tasa del 8,27 por ciento. Hoy pagará
más de 6 puntos más. Hace dos semanas, le habían
prestado en dólares a 90 días a una tasa de 9,25 por ciento.
Hoy pagará más de 5 puntos extra.
Semejantes tasas de interés tienen tres consecuencias concretas:
1) Deberían fijar un nuevo piso para la tasa de interés
que paga el sector privado, ya sea en préstamos personales o hipotecarios,
para familias o empresas. El motivo es una simple cuestión de mercado:
si se le puede prestar al Gobierno a un año en dólares al
16 por ciento, ¿qué motivos habría para dar créditos,
aunque tengan la garantía de un hipoteca, a una tasa más
baja y a un plazo de 10 o más años?
2) Al elevarse el costo del endeudamiento privado, se extendería
la recesión.
3) Con estas tasas, no hay cuenta fiscal que cierre. De mantenerse por
un año, el Gobierno debería abonar 285 millones de dólares
más de intereses por la deuda emitida en el mercado local. Sin
embargo, la clave está en los intereses de la deuda externa. Hoy,
no hay inversores dispuestos a prestarle sumas importantes al gobierno
argentino. Si lo hicieran, teniendo en cuenta que siempre reclaman una
tasa mayor a las emisiones en el mercado local, la tasa superaría
holgadamente el 16 por ciento. De hecho, esto es lo que pagan hoy los
bonos de la deuda argentina que cotizan en Wall Street. Es decir, más
de 5 puntos adicionales sobre lo que le cobraban al Gobierno hace poco
más de un mes. Así, los intereses de la deuda externa crecerían
en 1300 millones de dólares.
De otro modo: si la crisis de desconfianza de estas semanas
se extendiera en el tiempo, la carga de intereses de la deuda total en
el Presupuesto nacional aumentaría en unos 1600 millones anuales,
una magnitud que no podría ser compensada con ningún ajuste
fiscal que contemple un mínimo de viabilidad política. Así,
se dispararía un círculo vicioso inmanejable: la bola de
dólares de la deuda haría crecer el déficit fiscal,
lo que agravaría la desconfianza de los mercados, que subiría
más aún la tasa de interés, hasta el punto de que
ya nadie esté dispuesto a correr el riesgo de prestarle al Gobierno,
que debería declarar la cesación de pagos.
Machinea apuesta a que ésta sea una situación de histeria
pasajera, que empezó con la renuncia de Chacho Alvarez y
se agudizó el viernes con las declaraciones de Alfonsín,
que tenderá a diluirse en los próximos 15 días. Y
sigue confiado en que, superadas las turbulencias, llegará la reactivación
salvadora.
Sea como fuere, hay tres preguntas interesantes para responder:
1) ¿El salto de la tasa de interés responde al temor de
los inversores por el no pago de la deuda o al oportunismo de algunos
bancos? La desconfianza hizo que el riesgo país aumentara,
elevando la tasa de interés de los bonos de deuda argentina en
el exterior. Así, los 12 bancos creadores de mercado
de deuda local argumentan que no pueden prestarle al Gobierno a una tasa
más baja cuando los títulos en el exterior rinden 16 por
ciento. Claro que nadie dice que a esa tasa se llegó, entre otras
cosas, por los informes alarmistas sobre los peligros de un no pago de
la deuda que los economistas de esos mismos bancos escribieron en las
últimas semanas desde Nueva York.
2) ¿Por qué Machinea no esperar a que las aguas se calmen
para salir a endeudarse? Por un lado, hay vencimientos de capital de la
deuda que hay que enfrentar y ya casi no queda colchón financiero
para sentarse a esperar mejores momentos. Por el otro, teme que no cumplir
con el ritual de emitir deuda para refinanciar deuda anterior sea visto
como una señal de alarma mayor.
3) ¿Por qué no negociar con los mercados mejores
condiciones, que en este caso son nada más que 12 bancos? Ayer
Machinea se reunió con los presidentes de los creadores de
mercado con la idea de negociar una tregua. Antes, Marx había
aceptado sin chistar las tasas de interés que le propusieron. No
queremos forzar una negociación de las tasas, porque volverían
a subir al día siguiente cuando los títulos salgan el mercado,
dicen en Economía. Sin embargo, no son pocas las cartas de negociación
que podría esgrimir Machinea ante estos bancos. Una es recordarles
que tienen un negocio cautivo de 10 mil millones al año. Otra es
que buena parte de los fondos que le prestan al Estado provienen de las
AFJP, que el propio Gobierno recauda. Si hay más, Daniel Marx,
ex ejecutivo de Darby Overseas (banco de inversión del ex titular
del Tesoro norteamericano Nicholas Brady), y sus dos subsecretarios, Julio
Dreizzen, ex Banco Galicia, y César Deymonnaz, ex del ABN Ambro
Bank, deberían conocerlas.
Riesgo
país, por las nubes
El mercado bursátil local no operó ayer debido al
feriado bancario, pero igualmente los operadores no se quedaron
quietos. Los papeles argentinos que cotizan en el exterior marcaron
precios, reflejando una nueva suba de la tasa de riesgo país.
Ese indicador, que actúa de eco de la confianza de los financistas
sobre la economía argentina, trepó 30 puntos básicos,
ubicándose en 899 (8,99 por ciento) por encima de la tasa
de interés que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos,
nivel que no alcanzaba desde las declaraciones del entonces candidato
a presidente por el PJ, Eduardo Duhalde, sobre la necesidad de renegociar
la deuda externa. El alza del riesgo país es el resultado
de la caída de los bonos de la deuda, que en promedio perdieron
1,3 por ciento. Si bien los negocios con títulos públicos
tuvieron un comportamiento negativo, las empresas que cotizan en
Estados Unidos a través de ADR mostraron una tendencia alcista.
Telefónica cerró en 31 dólares, con una suba
de 1 un dólar en su valor, en tanto que los certificados
del Banco Francés crecieron 0,3 dólar y llegaron a
20,9. En tanto, Telecom cerró a 17,1 dólares y se
apreciaron 0,3 dólar, YPF cotizó a 31,4 dólares
y Transportadora Gas del Sur cayó 0,8 dólar, a 7,3
dólares. Por otro lado, después de tres bajas consecutivas,
la Bolsa de San Pablo subió 1,8 por ciento; aunque el real
fue presionado por los temores del futuro de la economía
argentina.
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EL
ESTABLISHMENT EXIGE AJUSTE MAS DECISION POLITICA
Menem
lo hizo, De la Rúa no
Por
Raúl Dellatorre
Tras un año
de estricto cumplimiento de las políticas planteadas por la ortodoxia
dominante en materia fiscal, el Gobierno se ve sometido ahora a otro tipo
de reclamos, con un aparente viraje del blanco en la mira. Argentina
tiene un problema de confianza, y eso se puede arreglar con decisión
política, sugirió ayer Alberto Ades, jefe de estrategia
para mercados emergentes de Goldman Sachs. El problema de fondo
es la falta de un líder político, proclamó
el analista Rosendo Fraga, desde su columna en un diario económico.
Pero el viraje lo es sólo en apariencia: lo que se reclama es que
el presidente de la Nación asuma, con todas las letras, la decisión
de llevar a cabo la política de ajuste que ya ejecuta su ministro
de Economía. Así, las declaraciones disonantes
de otros líderes políticos con respecto a la convertibilidad
o a la deuda externa no tendrían tanta repercusión.
Desde la perspectiva de Ades, un consejero de los inversores que orientan
sus capitales hacia los mercados latinoamericanos, no son tantas ni tan
graves las preocupaciones con respecto a la evolución de la economía
argentina. Creo que la situación es manejable; este gobierno
ha recibido claramente un déficit fiscal alto, pero también
una situación en el sistema financiero mucho más sólida
que el promedio de los otros países de Latinoamérica, y
una estructura de deuda muy buena, dijo ayer desde Nueva York en
diálogo con Radio América. Lo que hace falta es generar
condiciones para fortalecer la confianza doméstica, definió
de inmediato.
¿Cómo se genera confianza? En opinión de Ades, hace
falta enviar un mensaje muy fuerte que diga acá va a haber
ajuste del gasto; francamente, hemos visto poco ajuste este año,
o sea, nada significativo. Y enseguida expresó estar en
desacuerdo con los que dicen que una crisis es inevitable: Argentina no
tiene un problema terminal, tiene un problema de confianza, y eso se puede
arreglar con decisión política. Nada nuevo, en definitiva,
salvo la persona que asuma la responsabilidad de transmitir el mensaje.
Desde otra perspectiva, Fraga lanzó ayer una señal en el
mismo sentido. La cuestión política central que hoy
se plantea en nuestro país es el problema del liderazgo,
postuló ayer. Hoy en el oficialismo el liderazgo sigue compartido
por tres figuras, señaló, en referencia a Raúl
Alfonsín, Carlos Alvarez y Fernando de la Rúa, y a sus posturas
diferenciadas. El hecho de que las designaciones en la segunda línea
del Gobierno hoy sean consultadas con Alfonsín y Alvarez es una
evidencia de que no ha sido resuelto el problema del liderazgo dentro
de la Alianza, apunta Fraga .
Si bien la reorganización del gabinete muestra que De la
Rúa ha buscado posicionar mejor a algunas personas de su círculo,
ello no parece suficiente para resolver por sí solo el problema
del liderazgo que hoy afecta a la política y la economía
argentinas, manifiesta finalmente. Fraga no sólo involucra
a la economía en forma explícita en el problema de liderazgo,
sino que además demanda de que sea De la Rúa el que capitalice
la suma del poder real en la Alianza, definiendo políticas
y estrategias (económicas, sobre todo) que ningún comentario
de Alfonsín o Alvarez pueda poner en duda.
Los voceros del establishment han puesto las cosas en claro: no alcanza
con hacer buena letra, también hay que demostrar la decisión
política de que se seguirá haciendo por siempre. Ellos con
Menem estaban mejor.
Para
la city, las tasas record se deben a la crisis de la alianza
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No
será una emisión más de Letras de Tesorería. Hoy el equipo económico
saldrá a buscar 1100 millones de dólares, pagando las tasas más
altas del año. Por qué Machinea sale a colocar deuda pese al clima
negativo.
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Por
David Cufré
En
lo que va del año, el Gobierno colocó Letras de Tesorería
(Letes) en 32 oportunidades. La emisión de hoy, por 1100 millones
de dólares, no será una más. El propio equipo económico
reconoce que deberá pagar tasas record (ver nota aparte). Analistas
de la city sostienen que el difícil trance para José Luis
Machinea puede marcar el inicio de una etapa aún más complicada.
Jugando con los números, uno de ellos solicitando reserva
de nombre dijo a Página/12 que la colocación número
33 será una cruz para el ministro de Economía.
Aunque fue más que nada una humorada, la mención de ese
economista y las interpretaciones de otros consultados por este diario
reflejan un clima marcadamente pesimista para el corto plazo.
La crisis política explica parte de las tasas record que convalidará
hoy Economía. Pero los temas de fondo son el temor de los inversores
a que Argentina pueda conseguir financiamiento para repagar la deuda y
el aprovechamiento especulativo que hacen esos mismos inversores de un
contexto complicado para cerrar un buen negocio. En la city se atribuye
a las declaraciones de Raúl Alfonsín sobre la deuda marcando
que sería bueno para el país dejar de pagarla por dos años
el aumento de la tensión entre los operadores. También se
hace mención a los problemas internos del Gobierno por la renuncia
de Carlos Alvarez, a pesar de que el líder del Frepaso se alejó
de la vicepresidencia el 6 de octubre y desde entonces ya hubo dos emisiones
de Letes, con tasas inferiores al 10 por ciento.
Más allá de factores reales como la decisión
de la calificadora de riesgo Standard & Poors o simples
especulaciones, el equipo económico comienza a verse cercado por
el mercado. El 25 de octubre, cuando realizó la última colocación
de Letes y de otros títulos de deuda, debió pagar tasas
altísimas, que llegaron al 14,1 por ciento para el Bonte 2005.
El encarecimiento del costo del dinero para el Estado se traduce de inmediato
en tasas más altas para el sector privado, lo que atenta contra
la reactivación.
Machinea buscó ayer despejar la incertidumbre de los financistas
sobre la capacidad del Gobierno para conseguir 19 mil millones de dólares
en el 2001, necesarios para refinanciar vencimientos de deuda y cubrir
el déficit fiscal. La Argentina tiene que pagar el próximo
año casi lo mismo que en éste y los tres últimos
años. Segundo, el perfil de vencimientos es el más largo
de casi todos los países emergentes. Y en tercer lugar, las colocaciones
en el mercado doméstico son cada vez mayores. Así que yo
diría que hay que desdramatizar esta idea de la deuda, enfatizó
el ministro. En la city, en cambio, insisten en que el Gobierno deberá
redoblar el ajuste fiscal para recuperar la confianza de los inversores
o solicitar un crédito extraordinario al FMI, el Banco Mundial
y un pool de bancos por 15 mil millones de dólares.
No llego a entender estos rumores que, por cierto, le hacen mucho
mal a la Argentina, indicó Machinea, en referencia a que
Argentina tendrá problemas para refinanciar el pago de la deuda.
La decisión de realizar la colocación de Letes de hoy, a
pesar de que el equipo económico sabe que deberá pagar tasas
record, fue explicada por Daniel Marx, secretario de Finanzas. La
renovación debe llevarse a cabo porque es lo que corresponde. Es
un ejercicio que a veces se hace a tasas muy bajas y otras a tasas más
altas. Sería perjudicial meter mano en un esquema prefijado, porque
a partir de ahí los mercados nos cobrarían más,
aseguró. De acuerdo a la visión del equipo económico,
es preferible afrontar una coyuntura desfavorable, aunque haya que pagar
tasas carísimas, que dar una señal al mercado de alteración
de las reglas de juego. Es una apuesta a profundizar el rumbo, aunque
hasta ahora las reiteradas muestras de atarse a la ortodoxia no le hayan
dado a Machinea los resultados que esperaba.
El
test del Presupuesto
Aunque la Alianza consiguió, al menos de palabra, el acuerdo
del cavallismo y los partidos provinciales para sancionar en
tiempo y forma el Presupuesto para el 2001, aún resta
la dura tarea de superar las resistencias del Partido Justicialista
y de algunos gobernadores que, en particular, se oponen a la eliminación
del Fondo Especial para el Tabaco y los subsidios a los combustibles
en la Patagonia. En busca de unificar su discurso y posición
frente al proyecto enviado por el Ministerio de Economía,
hoy se reunirán en la Cámara alta ministros de Hacienda,
diputados y senadores del justicialismo. A su vez, también
en un intento por conciliar posiciones, el jefe de Gabinete, Chrystian
Colombo, se reunirá en la sede de su cartera con los gobernadores
justicialistas de Salta, Jujuy, Misiones, Formosa, Tucumán
y Tierra del Fuego. Los puntos en disputa involucran alrededor de
600 millones de pesos. Otras propuestas hechas por el PJ son la
refinanciación de pasivos para las provincias y la creación
de un canon a cargo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para
compensar el costo de la Policía Federal y de la justicia
ordinaria de la Capital. Pero más allá de las diferencias
existentes, oficialismo y oposición coinciden en que no habrá
alteración alguna del nivel de déficit previsto para
el año próximo fijado en 4700 millones de pesos
por la ley de convertibilidad fiscal ni del total de gastos.
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