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ALFONSIN RECIBIO EL APOYO DE LOS DIPUTADOS ALIANCISTAS
De la Rúa le hizo chas chas

El Presidente no se disculpó con Alfonsín, aunque evitó ser frontal. Dijo que se puede opinar de todo pero debe evitarse inducir a confusión. Pascual, Pernasetti y Alessandro bancaron al ex presidente.

Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes)  El presidente Fernando de la Rúa buscó la forma de decir lo mismo, aunque del modo más diplomático posible. “En democracia y en libertad se puede opinar de todo, pero si tenemos responsabilidades debemos hacerlo de modo de no inducir a confusión y que puedan publicarse cosas inconvenientes con efecto negativo”, insistió ayer, desde Bolivia. Fue al fin de un día en que el jefe de la UCR, Raúl Alfonsín, recolectó varios apoyos luego de mostrarse “herido y molesto” por una recomendación presidencial del sábado pasado. De la Rúa había sostenido que no se debía hablar de ciertos temas, en referencia a la declaración del ex presidente sobre no pagar la deuda externa durante dos años. La defensa de Alfonsín surgió principalmente de legisladores de la Alianza, quienes acusaron al establishment económico de armar campañas contra el país.
“El Presidente no ha dicho nada que pueda molestar o afectar al doctor Alfonsín”, se atajó De la Rúa en la conferencia de prensa que dio ayer en Bolivia, luego de hablar en la Asamblea Legislativa. Pero enseguida volvió a su recomendación de no decir cosas que puedan inducir a la confusión. “Y esto lo digo con el mayor respeto y con toda la responsabilidad que me corresponde como Presidente de la Nación”, indicó.
El domingo, Alfonsín convocó al periodismo al Comité Nacional de la UCR para mostrar su enojo con la recomendación que le transmitió De la Rúa y lo que, en el mismo sentido, ya había dicho el ministro de Economía, José Luis Machinea. Alfonsín respaldaba su disgusto diciendo que nunca opinó que no debía pagarse la deuda externa, sino que sólo se animó a expresar una ilusión en voz alta, algo que no justificaba ningún revuelo.
Sin embargo, cerca de De la Rúa explicaban que –broma o no– los mercados habían reaccionado desfavorablemente. El secretario de Finanzas, Daniel Marx, ayer sostuvo que las afirmaciones de Alfonsín recogieron “bastante repercusión” en los mercados externos, porque se consideraron como “una nota discordante con la posición oficial”.
Con todo, fueron más las voces que apoyaron la posición librepensadora de Alfonsín. Por ejemplo, la de quien ayer quedó como presidente provisorio, el titular de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual. “Lo de Alfonsín no fueron declaraciones sino expresiones de deseos que podemos compartir todos los argentinos”, dijo, en su visita a Chaco. Para Pascual, el entredicho de De la Rúa con Alfonsín es como “una comedia de enredos”. Como otros legisladores de la coalición, Pascual culpó a “sectores del establishment claramente interesados en generar este tipo de versiones”.
El malestar de los dirigentes de la Alianza estaba focalizado en el economista norteamericano Rudiger Dornbusch, que en pocos días se ganó una ristra de enemigos con sus pronósticos agoreros.
El jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, consideró que los mercados sobreactuaron su preocupación por los dichos de Alfonsín. “No se puede hablar ni decir nada”, se quejó y añadió que si se seguía en ese camino se terminaría en “una dictadura del silencio”.
Junto al radical Horacio Pernasetti, Alessandro firmó una declaración conjunta en la que atacaron a “Dornbusch y otros pretendidos gurúes económicos que incursionan en la política de un país que no conoce lo suficiente y todavía no pueden explicar por qué aplaudieron tan eufóricos al ex presidente Carlos Menem cuando aumentó simultáneamente el gasto público y la deuda externa”.
El senador Leopoldo Moreau, en tanto, denunció “una campaña persistente” a partir de la llegada de la Alianza a la Rosada con la intención de provocar “una devaluación o una dolarización”, algo que no está en la cabeza “ni de Alfonsín ni de De la Rúa”.
Cerca de Alfonsín, evaluaban anoche en forma positiva las reacciones provocadas a partir de la sorpresiva aparición dominguera del ex presidente, que marcó el punto de mayor distanciamiento con De la Rúa desde que asumió la presidencia. Alfonsín todavía aguardaba un llamado del Presidente con las explicaciones reclamadas pero, luego de lo que dijo Dela Rúa en Bolivia, quedó en claro que para eso todavía tiene que esperar. Y tal vez la llamada no llegue nunca.

OPINION

Por Alfredo E. Allende *

Carta abierta
Dr. Raúl Alfonsín. Pte.
De mi mayor consideración:
Usted cometió el pecado de deslizar un deseo –compartido por el 99 por ciento de los argentinos– en el sentido de que se nos dé un respiro con los intereses de la deuda externa, de breve término, para facilitar la expansión del país. Y, así, poder honrar los compromisos. Otros hemos manifestado igual inquietud –inclusive con proyectos en la Cámara de Diputados de la Nación– pero, claro, carecemos de la relevancia nacional que usted, obviamente, posee en alto grado.
Sí, fue un pecado: puso en peligro –lejano por cierto– el gran negocio derivado de las obligaciones internacionales que no es sólo de los acreedores sino (y fundamentalmente) de intermediarios, comisionistas y bancos administradores de los papeles de la deuda, con o sin Brady. Usted llamó la atención sobre el más grave tema que sufre el país, sin lugar a dudas, tema que algunos quieren dejar relegado a un círculo estrecho de negociadores. Además, dos años de mora significan más de doscientos millones de dólares que no se cobrarían en la tarea apuntada y que no se sabe cuándo, luego se recibirían.
Ni un solo título se desvalorizó por lo que usted dijo –o dio a entender–. Todo se sabía de antes, entre otras cosas aquella que no se mencionó: la posibilidad de caer en cesación de pagos, parcial se quiere, antes de fin del año 2001.
Ello, sin descartar que, desacreditándolo a usted, se lanza una campaña para reemplazarlo en la conducción del partido: siempre hay candidatos menos renuentes a la sumisión que reclama el mundo financiero.
Usted es, mi amigo, una piedra en el camino de la servidumbre: no se infatue, una pequeña piedra. Pero los demás somos corpúsculos.
Que las iras desatadas sobre usted no nos lleguen a todos los que pensamos y sentimos de la misma manera.

* Diputado. Alianza (UCR).

 

 

 

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