�Si hubiera sabido que habría tantas críticas, a lo mejor no hubiera ido�

Fernández Meijide intentó salir al cruce de los reproches que recibió por su viaje a Biarritz. Reconoció que se lo pagaron.

Por Eduardo Tagliaferro

  “Si hubiera sabido de antemano que el viaje iba a desatar una ola de críticas, a lo mejor no hubiera ido”, dijo una vez que llegó al país Graciela Fernández Meijide. La ministra intentó neutralizar las críticas provenientes desde la oposición e incluso desde su partido, el Frepaso, por haberse ausentado en medio de la protesta social. Fernández Meijide se preocupó por resaltar que su viaje era una “invitación” del intendente de la paradisíaca playa de Biarritz y que por su condición de única ministra del Frepaso en el gabinete de la Alianza la participación en el cónclave era indispensable para aclarar que “la crisis estaba terminada”. Uno de los líderes del corte de ruta en la localidad de La Matanza, el concejal frepasista Luis D’Elía sostuvo que “era la María Julia del Frepaso”.
Su condición de frepasista fue recordada el jueves pasado en la reunión que mantuvo el líder frentista Carlos “Chacho” Alvarez con los legisladores de su fuerza. “Que en medio de este conflicto social un ministro del Frepaso se encuentre de viaje por el exterior del país es inconcebible”, había señalado uno de los diputados presentes en el encuentro. Las miradas autocríticas de sus conmilitantes venía a sumarse a las opiniones del gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, y Felipe Solá, que indistintamente habían reclamado su “renuncia” y la disolución “del ministerio a su cargo”.
“El tema para el cual fui convocada fue el de la responsabilidad social de los empresarios y después participé de una mesa redonda donde se discutió la relación de América latina con Europa”, dijo la ministra en un comunicado oficial que pareció una respuesta parcial a Página/12. En una nota firmada por Horacio Verbitsky, este diario adelantó el domingo que el encuentro era “una vulgar reunión de lobby empresario francés sobre gobernantes sudacas” y que había sido promovido por la empresa Aguas Argentinas que se encuentra renegociando su concesión con el Estado nacional.
“A mí me preguntaban mucho sobre la fortaleza de nuestras instituciones y si había pasado la crisis política en el país”, dice el comunicado repartido ayer por el Ministerio de Desarrollo Social. Lo cierto es que más allá de las declaraciones oficiales, Fernández Meijide había sido alertada por su equipo de colaboradores sobre la inconveniencia de realizar el viaje.
Inicialmente, catorce personas iban a participar del viaje. Luego de algunas críticas y deliberaciones se redujo a cinco: la ministra, Graciela Fernández Meijide, su sobrino, Augusto Fernández Meijide, el subsecretario de Coordinación, Carlos Porroni, y los funcionarios Marcelo Brignone y María Matilde Ollier.
“La verdad es que sería bueno que uno pudiera estar al mismo tiempo en todos lados”, dijo Fernández Meijide en el programa radial de Magdalena Ruiz Guiñazú, recordando inadvertidamente la poca feliz frase del gobernador salteño, Juan Carlos Romero quien, en medio del corte de ruta de las localidades de Tartagal y General Mosconi en su provincia, había dicho que “salvo Dios, no conocía a otra persona que pudiera estar en dos lugares al mismo tiempo”.
El sábado pasado en una rueda de prensa en la ciudad de Córdoba, el presidente Fernando de la Rúa sostuvo que su ausencia “no afectó las tareas que debieron hacerse”. Aunque luego aclaró que “cuando pasa algo siempre es mejor estar que no estar”.

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