Por
Santiago Rodríguez
Mary
Sánchez renunció ayer a la titularidad del Instituto Nacional
de Asociativismo y Economía Social (Inaes). No puedo seguir
siendo funcionaria y sabiendo que a partir de lo que hago se intentó
involucrar a la otra parte de mí, como mi hijo, explicó
la frepasista acerca de su alejamiento como producto de las denuncias
por presuntos pedidos de coima que pesan sobre su hijo, Rodrigo Alemán,
quien en pocos días más podría terminar procesado
por extorsión. Sánchez volvió a calificar esas acusaciones
como una infamia, en respuesta a su decisión de transparentar
el funcionamiento de ese organismo y su denuncia contra algunas mutuales
por supuesta defraudación en los descuentos a jubilados. De todas
formas, el episodio vuelve a vincular al Frepaso con sospechas de corrupción.
Hace una semana que vengo diciendo que yo tenía que renunciar,
contó Sánchez anoche a Página/12. A esa altura, la
decisión estaba tomada: por la tarde se había reunido con
el virtual jefe alterno del Frepaso, Darío Alessandro, y con los
máximos referentes de las otras dos líneas de esa fuerza
en la provincia de Buenos Aires, Juan Pablo Cafiero y Rodolfo Rodil, para
analizar la situación y ponerlos al tanto de las razones por las
cuales prefería dar un paso al costado. Después se reunió
con el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y le comunicó que había
resuelto renunciar.
El caso que involucra a su hijo fue determinante en la decisión
de Sánchez, a pesar de que en ningún momento nadie del Gobierno
salió a pedir su cabeza por ese caso y tampoco el líder
frepasista, Carlos Chacho Alvarez, manifestó preocupación
al respecto. Como no soy corrupta, y sería la primera en
denunciar si inclusive un hijo mío estuviera involucrado en un
hecho de corrupción, quiero tener la conducta que corresponde al
Frepaso; no estoy aferrada a ningún cargo, soy una militante y
como tal actué en función de gobierno también: me
encontré con una mafia, comencé a regular y ante cada regulación
fue una ofensiva, declaró Sánchez.
Sánchez denunció en febrero ante la Justicia presuntas irregularidades
en la operatoria de préstamos de algunas entidades mutuales, a
través del sistema de códigos de descuento de Anses. El
caso quedó a cargo del juez Jorge Urso, ante quien ratificó
la denuncia ayer mismo antes de renunciar.
Detrás de esas operaciones estaría la mafia
a la que se refirió Sánchez y a la cual atribuye las acusaciones
contra su hijo. La situación de Alemán se complicó
en la última semana y en una más podría ser aún
peor: la extorsión no es excarcelable y tiene una pena mínima
de cinco años de prisión, con lo cual si la Justicia lo
procesa, sería detenido.
La causa la tramita el juez Rodolfo Canicoba Corral, con quien Sánchez
intentó en vano entrevistarse después de ratificar ante
Urso su denuncia por supuesta defraudación en los descuentos a
jubilados. Canicoba Corral se excusó de recibirla,
pero la citó para hoy. Alemán, en cambio, estuvo con el
magistrado la semana pasada. Ante Canicoba Corral sólo sostuvo
el mismo discurso que Sánchez: que se trata de una campaña
de desprestigio para dañar la imagen de su madre. Dicho eso,
se negó a declarar.
La denuncia contra Alemán la promovieron los directores de las
principales mutuales del país. El saldo, más allá
de lo que determine la Justicia, es una nueva funcionaria del Frepaso
que se va de su cargo envuelta en sospechas y denuncias. Tal como ocurrió
con el cuñado de Graciela Fernández Meijide, Angel Tonietto,
y con el ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique.
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