Por
Oscar Guisoni
Desde La Paz
Con
más de un millón de bolivianos viviendo en la Argentina,
la mitad en forma ilegal, el gobierno de Hugo Banzer consiguió
firmar con la Argentina la flexibilización de los trámites
para la radicación de los indocumentados. Ese fue el acuerdo más
importante al llegaron ayer la Argentina y Bolivia en la primera visita
de Estado de Fernando de la Rúa a La Paz.
El protocolo al convenio de migraciones tiende a lograr la regularización
de los bolivianos en la Argentina. Se flexibilizarán los trámites
y quedarán reducidos los costos de radicación en un 60 por
ciento.
Un alto funcionario boliviano se manifestó sorprendido, ante Página/12,
porque los argentinos andaban de aquí para allá mascando
hoja de coca, una costumbre que en Bolivia sólo practican los indígenas.
A los miembros de la delegación no pareció importarles demasiado
el detalle. No sé si será snob, murmuraba uno
de los secretarios de Estado, visiblemente afectado por la altura pero
nos dijeron que era el único modo de bancarse esto.
A la tarde, en una rueda de prensa en un coqueto hotel paceño,
como se suponía que sólo se hablaría de los temas
que tenían que ver con su visita De la Rúa se molestó
cuando los enviados argentinos le preguntaron sobre los problemas internos.
Eso lo hablamos después, dijo sin ocultar su disgusto.
Pero los periodistas bolivianos también estaban interesados en
la crisis política argentina, así que finalmente De la Rúa
no pudo evitar el punto. Dijo que Alfonsín no estaba interfiriendo
con su gobierno sino que los medios habían publicado mal las declaraciones
del ex Presidente sobre la posibilidad de dejar de pagar los intereses
de la deuda externa por dos años y solo lo reconvino con delicadeza
(ver más información en página 5).
Otro eje de la visita fue el acuerdo que permite la entrada de productos
sustitutivos de los cultivos de hoja de coca. Bolivia tiene urgencia por
colocar este tipo de productos en el mercado internacional para aliviar
la tensión social que se vive en las zonas cocaleras. En los últimos
días han aparecido militares muertos, se supone que por productores
de coca que han armado los denominados grupos de autodefensa,
con el objetivo de impedir que el estado boliviano continúe con
su política de erradicación de cultivos ilegales.
Llamado primero Coca Cero, Banzer denominó a su proyecto
de sustitución como Drogas Cero. Así trató
de poner coto a las presiones del campesinado. De la Rúa ofreció
colaboración, y ambos subrayaron la necesidad de que se articulen
políticas a nivel hemisférico y regional, con participación
de organismos internacionales, orientadas a facilitar el acceso a los
mercados de los productos sustitutivos.
De la Rúa se reunió por la mañana con Banzer, en
la sede del gobierno. Ambos mandatarios emitieron una declaración
conjunta en donde destacaron la importancia de los acuerdos para construir
tres represas en la cuenca del río Bermejo y ratificaron su voluntad
de avanzar en la integración física de ambos países,
mediante la construcción de nuevas vías de comunicación
fronteriza. La Argentina se comprometió a avanzar en la realización
de un tramo de ferrocarril que conecte La Quiaca con la localidad boliviana
de Villazón. Los bolivianos, por su parte, manifestaron su voluntad
de asfaltar la carretera que une Santa Cruz de la Sierra con la localidad
fronteriza de Yacuiba, para facilitar el tráfico internacional
entre ambos países.
De la Rúa apoyó a Bolivia en su reclamo por obtener una
salida al mar y Banzer le retribuyó la gentileza, manifestando
la solidaridad de su país con respecto al tema Malvinas.Los presidentes
de ambos países firmaron también un Convenio sobre cooperación
para el Control de Tráfico de Drogas, destacaron la necesidad de
dar impulso a una hidrovía que favorezca la navegación por
toda la cuenca del Plata y en la necesidad de promover las reformas legales
necesarias para arribar a una explotación conjunta de los recursos
energéticos.
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