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De cómo la Justicia está lejos de ser ciega a la hora de fallar

La jueza de la Cámara Comercial, Isabel Míguez de Cantore, confesó ante el Consejo de la Magistratura que por pedido de Rodolfo Barra se redujo el monto de una indemnización que debía pagar un banco.

t.gif (862 bytes) “Estaba destrozada. Sentía vergüenza, dolor, angustia, lloré muchísimo, porque soy un ser humano. Tuve que superar el duelo.” En el tono de esta frase, la jueza de la Cámara Comercial, Isabel Míguez de Cantore, relató ayer ante la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura diferentes episodios que dan cuenta de que en la sala que integra se arreglarían fallos en acuerdo con los abogados de los acusados. Entre los ejemplos que citó, contó que su compañero de sala Julio Peirano le había pedido en nombre de Rodolfo Barra, actual titular de la Auditoría General de la Nación (AGN), que redujera el monto de indemnización de una sentencia contra el Banco Mercantil por el robo de una caja de seguridad.
Míguez de Cantore es una de las camaristas que están bajo sospecha por posibles irregularidades en el trámite de causas en la Sala A del fuero comercial. Ella, Peirano y Manuel Jarazo Veiras –que renunció en medio del escándalo– están siendo investigados por supuesto cohecho (coimas) por los jueces Sergio Torres y Adolfo Calvete en relación con dos expedientes. También fueron denunciados por diez camaristas y por el fiscal de Cámara, Raúl Calle Guevara, ante el Consejo de la Magistratura, que analiza la posible remoción de los dos jueces que siguen en funciones.
Ayer declaró en la Magistratura la camarista Míguez de Cantore, desde las dos hasta las cinco y media de la tarde. La citación apuntaba a que ratificara lo que había dicho en el acuerdo de la Cámara ante sus colegas del 2 de agosto y en un escrito presentado la semana pasada ante el órgano judicial. En ambos casos confesó el pedido que le había hecho Peirano a instancias de Barra y una serie de situaciones similares. Peirano es pariente del director de la AGN y, además, fue su secretario letrado cuando era ministro de la Corte Suprema. A Barra, según la jueza, algunas secretarias de la Cámara lo habrían visto circular en persona por los despachos del fuero comercial.
“Peirano cruzó la línea”, dijo ayer la mujer para referirse a que el juez incurrió en un comportamiento incorrecto. Frente a un público más numeroso que el habitual en las sesiones del Consejo, señaló su preocupación por la relación de Peirano con otros abogados que patrocinan causas en trámite ante la Cámara Comercial, como Guillermo Tabanera y Pedro González Trabucco. También confirmó que tiene grabada una conversación que mantuvo con el abogado Juan Manuel Lynch, del grupo Aluar, en la que se menciona que el abogado José de San Martín se había ofrecido para asesorar a la empresa en relación con actuaciones que tenía a estudio el ex camarista Jarazo Veiras, que debía emitir el primer voto para dictar sentencia. De San Martín habría cobrado unos 300 mil pesos de la compañía por esa gestión, según ya consignaba un escrito presentado por la jueza en julio de este año.
Tal como expresó en su escrito, la camarista contó que en 1990, cuando Peirano trabajaba con Barra, la fue a ver a su despacho y le entregó “un memorándum” para, según dijo, facilitar la comprensión de los antecedentes de una causa contra Jaime Coll, en la que intervenía el abogado González Trabucco. Años más tarde, según contó Míguez de Cantore, en un asado Peirano relató que González Trabucco había puesto a su disposición el dinero ganado en el aquel juicio en una caja de seguridad bancaria que habría quedado a nombre de los dos.
En la audiencia de ayer estuvieron algunos miembros de la Comisión de Acusación –Miguel Pichetto, Pablo Fernández, Angel Garrote, Juan Gersenobitz y Augusto Alasino–, a quienes se sumaron los consejeros Diego May Zubiría, Alfredo Vítolo, Javier Fernández Moores, Eduardo Orio y Bindo Caviglione Fraga. Algunos se preguntaban por qué Míguez de Cantore no denunció todo en el momento en que sucedió. Ella sostiene que no incurrió en ninguna irregularidad, que siempre firmó fallos ajustándose al derecho y que trató de controlar a sus pares.
Probablemente los consejeros de acusación citen a Peirano, y no descartan convocar también a las secretarias de la Cámara Comercial.

 

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