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RADIOGRAFIA DE LOS TRABAJADORES DE LA CONSTRUCCION
Jóvenes, mal pagos y flexibles

Según un estudio, la mayoría no pasa de 35 años, tiene ingresos familiares menores a 500 pesos y trabaja en forma inestable.

t.gif (862 bytes)  La mayoría de los trabajadores empleados en la construcción son hombres argentinos menores de 35 años, con instrucción media y baja, con ingresos familiares menores a los 500 pesos mensuales, que habitan en casas o departamentos de los cuales son dueños, muchos de los cuales carecen de agua corriente. Esta conclusión se desprende de un estudio socio-laboral efectuado por la Fundación de Educación y Capacitación para los Trabajadores de la Construcción al analizar la población que asiste a sus cursos de capacitación.
Sólo el 22,4 por ciento de la población ocupada se inserta de modo permanente en el mercado de trabajo. El 77,6 por ciento restante representa a aquellos que participan en el proceso productivo en condiciones de inestabilidad laboral, es decir en changas (34,9 por ciento), trabajos temporarios (26,8 por ciento) y de duración desconocida (15,8 por ciento).
La información se obtuvo entre septiembre de 1999 y julio del 2000, a través de encuestas efectuadas a 1506 personas que asistieron a cursos de la Fundación, especialmente en el interior del país. De los asistentes a los cursos, un tercio –cerca de 500 trabajadores– se encontraba desocupado, la mayoría por un período mayor a los tres meses, convirtiéndose en desocupados de larga data. Los que tienen trabajo, las mil personas restantes, padecen condiciones deficientes en cuanto a su intensidad laboral porque tanto la tasa de subocupación como la de sobreocupación son extraordinariamente elevadas.
Un tercio de los trabajadores de la muestra se insertó en el mercado de trabajo en condiciones no asalariadas, y en la mayoría de los hogares de los asistentes encuestados ingresan menos de 500 pesos mensuales. El estudio determinó que la mayoría de los trabajadores son jefes de hogar o bien hijos de jefe de hogar. Respecto de los trabajadores de la construcción extranjeros, la encuesta determinó que ese sector es el que registra niveles de desocupación más alto.
Los inmigrantes de los países limítrofes son contratados bajo condiciones laborales más precarias que las que rigen para los nativos argentinos, ya sea a través de jornadas de trabajo más largas, ocupaciones poco calificadas y empleos inestables.
En materia de cifras, el 93 por ciento de los trabajadores cursantes eran varones y el 7 por ciento, mujeres. El 54,6 por ciento de los trabajadores tiene hasta 25 años; el 21 por ciento, entre 26 y 35 años, y un 24,3 por ciento, más de 36 años. El 81,5 por ciento de la población estudiada tenía nivel de estudios medio; el 10 por ciento, nivel bajo y el 6,9 por ciento, nivel de instrucción alto. Ocho de cada diez asistentes a los cursos habitan en casas, un 10 por ciento en departamentos y un 5 por ciento en villas de emergencia. Dentro de los que habitan en casas, el 15 por ciento de ellos vive en complejos similares a los del plan Fonavi.
Aunque la mayoría de la población estudiada habita moradas en condiciones relativamente adecuadas, con agua corriente y retrete con descarga de agua, el 10 por ciento carece de esos beneficios, por lo que se encuentra en riesgo sanitario. Asimismo, una amplia proporción de los hogares que disponen de uno y dos cuartos presenta serios problemas de habitabilidad, es decir deficiencias de espacio. Estos hogares residen, fundamentalmente, en viviendas cuya calidad es precaria, como pensiones, casillas en asentamientos y villas.
De los extranjeros provenientes de países limítrofes, el 63,2 por ciento viene de Chile; el 17,5 por ciento de Bolivia; el 7 por ciento de Uruguay y el 8,8 por ciento del Perú. Los inmigrantes bolivianos y uruguayos se concentran en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires, en tanto que los chilenos se aglutinan en la Región Patagónica. La participación de los inmigrantes limítrofes en el mercado de trabajo se produce básicamente en empleos temporarios y en changas, y el 50 por ciento de ellos recibe ingresos mensuales menores a los 300 pesos.

 

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