Página/12
en Gran Bretaña
Por
Marcelo Justo
Desde Londres
Eutanasia o sacrificio para la vida. Con el telón de fondo
de estas dos interpretaciones, un equipo de 20 profesionales del Hospital
de Manchester realizó ayer la polémica operación
para separar a dos siamesas, unidas por el abdomen, a sabiendas de que
la más débil moriría de inmediato. Los padres de
las niñas, que se opusieron a la operación por razones religiosas,
permanecieron en el hospital a lo largo de la intervención quirúrgica.
Afuera, las manifestaciones de protesta fueron pacíficas y casi
insignificantes: unas cuatro personas, en el momento de mayor concurrencia.
Por las dudas, en prevención de un intento desesperado de impedir
la intervención, el hospital puso en estado de alerta a su servicio
de seguridad. Esto es una tragedia. Es el equivalente a la eugenesia
nazi, dijo a Página/12 Ruth Davies, portavoz de Pro-life,
la organización que luchó hasta último momento contra
la operación. Nuestro corazón está con los
padres, indicaba el comunicado de prensa del Hospital de Manchester,
que aclaraba que sólo se daría a conocer el resultado de
la operación hoy al mediodía.
La historia tiene los elementos de una triste tragedia moderna. En agosto,
los padres se trasladaron a Gran Bretaña, ya que en su lugar de
origen, la isla de Gozo en Malta, no existía la infraestructura
sanitaria para un parto de esa complejidad. Las siamesas, Jodie y Marie,
nacieron unidas por el abdomen, con un solo aparato urinario y digestivo,
y con las columnas vertebrales unidas a la altura del hueso sacro. El
corazón y los pulmones de Jodie estaban a cargo de cumplir con
la función cardíaca y respiratoria de ambas, y los médicos
concluyeron que era imposible que las dos sobrevivieran por mucho tiempo
si no se las operaba. En ese caso, Marie moriría inevitablemente,
pero Jodie podría vivir si la intervención resultaba exitosa.
Los padres se opusieron a la intervención, aduciendo que se debía
dejar que la naturaleza siguiera su curso. El caso llegó a la Corte
y dividió las aguas. La Iglesia Católica, la Anglicana y
los antiabortistas se opusieron a la intervención. Los pro-elección,
la mayoría de la profesión médica y muchos sectores
progresistas estuvieron a favor, y en el medio quedó mucha gente
confundida por la complejidad del caso. El hecho de que un dictamen de
la Corte y de los médicos pudiera valer más que la decisión
de los propios padres, los peligros siempre latentes de una legalización
lenta y soterrada de la eutanasia, que desembocase en una forma de eugenesia
al estilo espartano que seleccionase a los fuertes y eliminase a los débiles,
plantó dudas en muchos sectores normalmente opuestos a los grupos
llamados provida.
El dictamen de la Justicia fue inequívoco. Marie está
diseñada para morir. Jodie puede llegar a tener una vida,
señaló uno de los tres jueces lores que se pronunció
a favor de la operación en septiembre. Los padres decidieron no
apelar y un postrer intento de Pro-life fue desestimado el viernes pasado
por la presidenta de la división de familia de la Alta Corte de
Londres, Elizabeth Butler-Sloss.
Según los especialistas, el riesgo de que Jodie muera en la mesa
de operaciones es de un 5 por ciento. En caso de que la operación
sea exitosa, el escenario más optimista es que, mediante una mezcla
de operaciones y rehabilitación, pueda caminar con algunas dificultades,
ir a la escuela y tener hijos. El panorama más sombrío es
que sea doblemente incontinente y necesite la reconstrucción del
recto, los órganos sexuales y el bajo abdomen. Los expertos coinciden
en que, a pesar de las innumerables tomografías computadas y radiografías
que se tomaron de las siamesas, la profundidad y complejidad de la unión
de ambas sólo habrá sido evidente a partir de la operación
misma. No importa la investigaciónprevia que hayan hecho.
Los cirujanos deben estar preparados a encontrarse con cosas que no estaban
previstas en ninguno de los tests, dijo a la BBC el máximo
especialista en cirugía de siamesas de Gran Bretaña, Lewis
Spitz.
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