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VOTO CASTIGO AL GOBIERNO DE NICARAGUA
Sandinismo al frente

Después de 10 años, los sandinistas volvieron al poder al ganar alcaldías en Managua y otras ciudades. Las elecciones municipales fueron un golpe para el presidente liberal Arnoldo Alemán.

t.gif (862 bytes)  Los sandinistas quebraron finalmente la “maldición electoral” que los mantuvo fuera del poder durante una década al arrasar en las elecciones municipales nicaragüenses del domingo y quedarse con la alcaldía de Managua. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se imponía allí con el 43 por ciento de los votos, mientras los liberales del presidente Arnoldo Alemán y el Partido Conservador se disputaban el segundo puesto. El nuevo alcalde de la capital será el millonario empresario Herty Lewites, ex ministro de Turismo del presidente Daniel Ortega en los años del esplendor sandinista (1979-1990). En el resto del país, el FSLN también desplazó al oficialismo, pero tuvo que lidiar con la competencia conservadora de último momento. El resultado es un nuevo mapa político que materializaría el “voto castigo” contra el gobierno, como reconoció ayer el fiscal nacional del Partido Liberal Constitucionalista (PLC).
“Haré cualquier sacrificio trabajando por los más desprotegidos para sacarlos de la miseria, única forma de garantizar la paz social en Nicaragua”, celebró Lewites en la noche de ayer al quedarse con el cargo que en 1996 catapultó a Alemán al gobierno nacional, y que estuvo en manos del PLC desde 1990, cuando la ex presidenta Violeta Chamorro derrotó al FSLN. Lewites, un “sandinista moderado”, ganó a pesar de las acusaciones que lo señalan como uno de los tantos beneficiarios de la “piñata”: el reparto de bienes estatales al que los sandinistas se lanzaron en los dos meses posteriores a su derrota 10 años atrás.
“Ha llegado la hora de que el Frente Sandinista vuelva al poder”, festejó Daniel Ortega al felicitar a su ex ministro, de quien se mantuvo estratégicamente alejado durante la campaña. En realidad, Lewites parece haber sido favorecido por dos factores ajenos a la campaña política: por un lado, la mala gestión de Alemán, acosado por denuncias de corrupción, y por las cifras que señalan al 80 por ciento de la población viviendo en la pobreza. Por otro lado, la falta de unidad de la derecha, que el presidente liberal intentó evitar al proponer una alianza electoral al Partido Conservador para “luchar juntos contra el enemigo mayor”.
Según los resultados parciales de ayer, el cambio de distribución del poder municipal marca claramente el regreso a la contienda electoral de sandinistas (que ganaron por lo menos 56 de las 151 alcaldías en juego) y conservadores (que se quedan con 7 alcaldías), y la derrota generalizada de los liberales (que pierden 14 de las 91 alcaldías ganadas cinco años atrás). Más allá del repunte sandinista en todo el país, el triunfo más celebrado fue el de Managua, desde donde el FSNL pretende reconstruir sus posibilidades para pelear la presidencia en noviembre del año que viene –de hecho, Daniel Ortega dijo ayer que “el voto popular” decidirá si él será o no candidato–. Liberales y conservadores reconocieron que Herty Lewites es el nuevo alcalde electo de la capital, pero a última hora seguían peleando por quedarse con el segundo puesto en medio de acusaciones mutuas de haber “dividido el voto antisandinista”.
Por su parte, los indios miskitos de la agrupación Yatama (Madre Tierra) exigieron al Consejo Supremo Electoral (CSE) “reprogramar la fecha de elecciones (en la zona atlántica del país)”, después de que su llamado al boicot a través del abstencionismo tuviera una adhesión del 90 por ciento entre votantes miskitos. Yatama había sido excluida de los comicios porque, según el CSE, presentó su lista de candidatos fuera de fecha.

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