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Un ciclo para escuchar la música que un siglo no oyó

El Teatro San Martín empieza hoy, con la actuación del genial Cuarteto Arditti, una serie de conciertos dedicados al siglo XX. Como atractivo extra, las entradas tendrán precios populares.

Por Diego Fischerman

t.gif (862 bytes)  Paul McCartney solía ir a conciertos donde se tocaba música contemporánea. En algunos casos eran experimentos cercanos al happening, grupos que trabajaban con superposiciones al azar de distintos sonidos, artistas que buscaban en los territorios fronterizos con el silencio, con el buen gusto o, simplemente, con todo lo que pudieran considerar “la tradición”. Más allá de la influencia que esos conciertos tuvieron para Los Beatles, resulta interesante leer, en esa especie de autobiografía coordinada por Barry Miles (y editada localmente, el año pasado, por Emecé), lo que McCartney decía: “Algunos de los conciertos me gustaban y otros no; pero para mí fue fundamental haber ido a todos ellos”. El público del siglo XX se caracterizó por leer literatura de ese siglo, ver teatro de ese siglo y consumir el cine más novedoso posible. Y, también, por eludir sistemáticamente toda la música de tradición compuesta después de 1913. Puede ser que esto se debiera a que la música fuera fea. O a que le faltara la curiosidad que McCartney había sabido tener. Pero también es posible, sencillamente, que el público del siglo XX no haya tenido demasiadas posibilidades de saber cómo era la música compuesta en esos días.
El ciclo del Teatro San Martín que empieza hoy a la noche permitirá, en todo caso, sacarse las dudas con un nivel de calidad absolutamente inusual y a precios verdaderamente populares. Que sea posible, hoy y mañana, escuchar por $8 al mejor cuarteto de cuerdas especializado en repertorio contemporáneo, el Cuarteto Arditti, tocar dos programas en los que figuran varios de los compositores más importantes de la actualidad –que en su mayoría escribieron estas obras dedicadas precisamente a este conjunto– podría tratarse de uno de esos clásicos misterios argentinos. En cambio, se debe a la continuidad de un ciclo que llega a su tercer año consecutivo y a un criterio de programación ejemplar.
El Arditti Quartet, conformado por Irvine Arditti, Graeme Jennings (violines), Dov Scheindlin (viola) y Rohan de Saram (violoncello) fue fundado en 1974 y desde ese momento ha estrenado obras de compositores como John Cage, Conlon Nancarrow, Mauricio Kagel, Karlheinz Stockhausen y Iannis Xenakis entre otros. Con una discografía inmensa y multipremiada, su última producción, para el sello Montaigne, tiene características bastante inusuales. El Helicopter Quartet, de Stockhausen, está escrito para dos violines, viola, violoncello y cuatro helicópteros. Cada uno de los instrumentistas está arriba de uno de los helicópteros, sin escuchar a los otros y guiado por un pulso grabado. En el concierto de hoy, a las 21 y en la Sala Casacuberta, tocarán las 5 Piezas de Anton Webern, el Cuarteto Nº 8 de Wolfgang Rihm, el Cuarteto Nº 4 de Mauricio Kagel, el Cuarteto Nº 3 de Jonathan Harvey, Mikroludes de György Kurtág y Tetras de Xenaquis. Mañana, en la misma sala y horario, interpretarán el Cuarteto Nº 3 de Nancarrow, el Cuarteto Nº 4 de Giacinto Scelsi, el Cuarteto Nº 3 de Bryan Ferneyhough, el Cuarteto en 4 Partes de John Cage y el Cuarteto Nº 2 de György Ligeti.
El ciclo continuará el próximo martes 14 con Cries of London de Luciano Berio para coro, por el Grupo Vocal de Difusión, con dirección de Mariano Moruja y Perséphassa (música para seis percusionistas) de Xenaquis por el notable grupo de percusionistas Paralelo 33. El concierto del martes 21, por su parte, estará compuesto por estrenos. Se encargaron obras a cinco jóvenes compositores (Andrea Pensado, Sergio Bove, Daniel Judkovski, Marcelo Delgado y Damián Rodríguez Kees) para que escribieran con el mismo instrumental de La Historia de un Soldado de Stravinsky (violín, contrabajo, trompeta, trombón, clarinete, fagot, percusión). En el concierto se oirán las nuevas obras y, también, la suite instrumental de Stravinsky. El último concierto, el martes 28, estará dedicado a Nancarrowy las pianistas Helena Bugallo y Amy Williams harán la transcripción para piano a cuatro manos de sus estudios, además de composiciones para esa conformación instrumental de Henry Cowell y Charles Ives –importantes antecedentes de Nancarrow– y de Stravinsky y Bach –los dos compositores que él más admiraba–.

 

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