Por Maximiliano Montenegro
No hubo sorpresas. Los principales bancos que operan en Argentina accedieron a prestarle al Gobierno, tal como le habían anticipado un día antes, a una tasa de interés exorbitante en dólares: 16 por ciento a un plazo de un año; 14,5 por ciento a 180 días y 13 por ciento a 90 días. Semejantes tasas le fijan un nuevo piso al costo del crédito para el sector privado que, de hecho, ayer mismo empezó a encarecerse para distinto tipo de préstamos. El ministro José Luis Machinea admitió que �si estas tasas se mantuvieran un largo tiempo, definitivamente frenarían la economía�, lo que traduciendo el discurso oficial debe leerse como que se profundizaría la recesión. Pero se apuró en aclarar que �esto no será así, porque no hay ninguna razón para producir este tipo de histeria en el mercado�. Con estas tasas, además, no hay cuenta fiscal que cierre, ni ajuste que alcance para compensar el aumento de la carga de intereses de la deuda. Las claves para entender por qué el �mercado� aprovecha el negocio de exprimir al Gobierno, mientras prepara la estocada final al ministro de Economía de la Alianza.
Tanto Machinea como su secretario de Financiamiento, Daniel Marx, insinuaron que la licitación de Letras del Tesoro (Letes) por 1100 millones de dólares de ayer había arrojado tasas algo inferiores a las que se esperaban. Sin embargo, la tasa de interés a la que se endeudó el Gobierno fue exactamente la misma que habían anticipado el lunes los �creadores de mercado�, como se llama a 12 bancos de primera línea que explotan la franja local del negocio de prestarle al Gobierno en dólares. La confusión surgió por un artilugio técnico. Economía prefirió hablar de la �tasa de descuento�, que siempre es más baja, y no de la �tasa de interés�, que es el concepto que maneja cualquier persona que pide un préstamo en un banco.
El propio Machinea, que durante la conferencia de prensa que ofreció en el Palacio de Hacienda lucía cansado, pero tranquilo, reconoció que �los mercados están duros para la Argentina�. Y lo atribuyó �a los ruidos políticos de los últimos 15 días y a una situación financiera internacional complicada�.
Sea como fuere, del nuevo �test de mercado� que enfrentó ayer el ministro se pueden extraer las siguientes conclusiones:
1 Slogan de la desconfianza: Machinea convalidó la idea de que la crisis política de la Alianza y los dichos de Alfonsín son la semilla de la �desconfianza de los mercados� sobre el repago de la deuda por parte del Gobierno. Lo cierto es que los mismos bancos que hoy le cobran tasas insólitas al Gobierno fueron los que promovieron la histeria entre sus clientes, los �inversores�. Pero no sólo por la política sino también porque no veían una salida del túnel de la recesión, y sin crecimiento no hay ajuste que alcance para achicar el déficit fiscal y dar la impresión de que el Estado argentino es solvente. A su vez, mientras no haya �cesación de pagos�, claro, bancos e inversores ganan prestándole caro al Gobierno.
2 Recesión interminable: Ahora, el círculo vicioso está en marcha. Como los inversores �desconfían� de que Argentina pueda crecer y pagar su deuda, hacen negocios subiendo la tasa de interés no sólo para el Gobierno sino también para los privados. Si se le puede prestar al Gobierno a un año en dólares al 16 por ciento, ¿qué motivos habría para créditos, aunque tengan garantía hipotecaria o prendaria, a una tasa más baja y a un plazo más largo? Así no se puede crecer.
3 Sin �colchón�: Para cortar el círculo especulativo disparado en el �mercado� hay una alternativa. Decirles a los bancos, como lo haría cualquier familia, que a estas tasas no va a endeudarse. Sin embargo, el Gobierno salió a pedir ayer por una ventanilla 1100 millones de dólares porque por otra ventanilla tenía que pagar vencimientos de capital de la deuda por ese mismo monto. Sólo si tuviera un �colchón� de financiamiento con que cubrir esos vencimientos podría esperar un mejor momento y noengordar al �mercado� a costa del Estado. Ayer, una y otra vez, Machinea se negó a dar precisiones sobre el �colchón� con que cuenta el Gobierno. Sin embargo, diversas fuentes revelaron que rondaría los 1000 millones, demasiado finito como para amortiguar el golpe del �mercado�, que obviamente conoce bien el dato.
4 Marx erró el cálculo: Hay quienes dicen que el secretario de Financiamiento falló en su estrategia y hoy es el responsable de que el �colchón� haya adelgazado tanto que ya no sirva capear la crisis. Marx desechó la �teoría de la ventana� aplicada por su predecesor, Miguel Kiguel. La regla era simple: para un país que necesita refinanciar 19 mil millones de dólares al año, hay que salir a pedir prestado apenas aparezca una oportunidad (una ventana) para endeudarse, para tener dinero en el �colchón� en momentos de crisis. Desde fines de agosto, Marx prefirió echar mano del �colchón�, con la esperanza de que en el futuro, una vez que Argentina empezara a crecer, el financiamiento sería más barato. Pero las cosas resultaron mal.
5 Un verano con el Fondo: Este año, el Gobierno ya consiguió casi todos los créditos necesarios para honrar la deuda. Pero, según admitió Machinea, �los mercados piensan que Argentina puede tener problemas de colocación deuda en el primer trimestre del 2001�. Sólo entre febrero y marzo, hay vencimientos de capital por 4500 millones de dólares, más 2000 millones por pago de intereses. Si Argentina no consiguiera los préstamos para refinanciar esos vencimientos sería declarada en �cesación de pagos�. Por eso, de continuar la recesión y el castigo de los mercados, en Economía consideran clave la ayuda del Fondo Monetario para �pagar� la factura.
6 Ministro resignado: �Hay que respetar a los mercados como están. Si uno va en contra de los mercados a través de una negociación, la situación se hace insostenible�, dijo ayer Machinea. Fue cuando Página/12 le preguntó por qué no negociaban mejores tasas de interés con los bancos �creadores de mercado�. La mayoría de esos bancos administra, a su vez, AFJP. Y le prestan al Gobierno a una tasa del 16 por ciento el ahorro previsional de todos los argentinos que el mismo Gobierno recauda y después les transfiere. El argumento de los bancos es que cuidan el futuro de sus clientes, que acumulan en sus cuentas de capitalización individual el dinero que cobrarán al jubilarse. El contraargumento del Gobierno podría ser que sus clientes son los mismos argentinos que hoy la están pasando muy mal, porque tasas de interés del 16 por ciento dejan al Estado al borde de la quiebra. En el medio de una y otra posición hay una franja de tasa de interés que va del 6 por ciento (lo que rinde un plazo fijo) al 16 por ciento (lo que hoy paga un bono oficial). Según reconocen los expertos, es lo que el ministro podría �sin violar los códigos del �mercado�� con el puñado de jóvenes gerentes de las AFJP.
EN UNA PLAZA INQUIETA, ECONOMIA BUSCA U$S 500 MILLONES
Corriendo a brazos de las AFJP
Ayer la tasa interbancaria tocó el 20 por ciento anual y los títulos y acciones empezaron la jornada para abajo. Por la mañana, los nubarrones financieros presagiaban tormenta. Pero luego de conocido el resultado de la licitación de Letes, con tasas altísimas, los mercados se �tranquilizaron�. El call terminó al 15 por ciento anual luego de la intervención del Banco Nación en la plaza; las acciones líderes terminaron con un saldo positivo de 1,1 por ciento; y los bonos subieron hasta 1,5 por ciento. �No vemos razones para que piensen (los financistas) que la Argentina pueda tener problemas en el corto plazo�, dijo Machinea, como saldo de un día más que complicado en materia financiera para el equipo económico.
Con el objetivo de conseguir fondos para engordar el enflaquecido �colchón financiero� para hacer frente a los vencimientos de deuda, Economía lanzará un fideicomiso para captar 500 millones de dólares de las AFJP. Ese instrumento financiero se constituirá con títulos públicos, lo que les permitirá a los muchachos de Machinea eludir el tope de 50 por ciento que tienen las Administradoras para invertir en bonos. De este modo, Economía echará mano a una medida desesperada para obtener fondos de un mercado que le exige cada vez más tasa para refinanciar la deuda.
Al respecto, José Ignacio de Mendiguren consideró un error de Machinea convalidar las elevadas tasas reclamadas por los bancos para absorber Letes. �Es un error aceptar tasas del 16 por ciento anual en una economía en deflación y debemos aprender de esto, saber por qué llegamos hasta acá, saber lo que se prometió y no se hizo, lo que muchos pronosticaron y no cumplieron�, dijo el secretario de la UIA. En tanto, Diego Videla, vicepresidente de la Unión, aseguró que �la economía está mal, pero muy lejos de la cesación de pagos o de una devaluación, por lo que no se justifican esas tasas�.
Lo cierto es que, más allá de los lamentos, Economía envió una señal muy fuerte a los mercados y no, precisamente, de tranquilidad. Tasas del 16 por ciento anual por un bono a 1 año muestra una elevada vulnerabilidad de la economía, alimentando la idea que predomina en la city acerca de las dificultades que tiene Machinea para cumplir con los compromisos de la deuda. El ministro buscó justificar su estrategia financiera, a la vez de intentar nuevamente alejar el fantasma de la cesación de pagos al afirmar que �la Argentina es tanto o más solvente que otros países emergentes, en su relación deuda producto y en los plazos de vencimiento de su deuda�.
Por otro lado, en la Bolsa el volumen de transacciones alcanzó los 15,4 millones de pesos, con un balance que arrojó 18 alzas y 24 bajas. El repunte fue liderado por Astra, que creció 13,6 por ciento. En el extremo opuesto se destacó el derrape de Celulosa Argentina, con una pérdida de 9,8 por ciento.
El FMI revisa las cuentas
El resultado financiero del Tesoro nacional de octubre registró un déficit de 507,1 millones de pesos. Los ingresos totales fueron de 1585,8 millones, mientras que los gastos ascendieron a 2001,3 millones, lo cual arroja un balance negativo de 415,5 millones de pesos, monto que trepa a 507,1 millones luego de sumar el rojo de 91,6 millones del resultado financiero de las provincias. Con este resultado el desbalance de las cuentas públicas deberá ajustarse a 977,1 millones durante el bimestre noviembre-diciembre para poder cumplir con la meta de 5300 millones acordada con el FMI para el 2000. En tanto, el secretario de Hacienda, Mario Vicens, se encuentra en Washington evaluando junto a funcionarios del Fondo las cuentas fiscales del tercer trimestre y la marcha del cuarto. Ayer se reunió con la vicedirectora para el Hemisferio Occidental del organismo, Teresa Ter Minassian. Fuentes del Fondo negaron que durante la reunión se hubiera considerado un eventual otorgamiento de un crédito contingente, concesión que en el mercado financiero consideran como inminente. |
CAVALLO CRITICO A ROQUE, APOYO A MACHINEA Y SE POSTULO
�Hay un pesimismo exagerado�
Domingo Cavallo aprovechó una cita con corresponsales de medios extranjeros para despegarse de la gestión de su sucesor, Roque Fernández, para destacar su vocación de político antes que de economista �aunque no se privó de aconsejar a Machinea�, y para volver a ofrecerse como candidato a vicepresidente. Además, criticó el pesimismo exagerado que existe en el exterior sobre la economía argentina y propuso bajar impuestos. También defendió la convertibilidad y la recomendó para Brasil y México.
�No soy candidato a ministro de Economía del Gobierno. Ayudaría a dar gobernabilidad si hay unidad interna en la Alianza. Si se llama a elecciones, Alvarez tiene la chance de ser elegido otra vez vicepresidente y renovar totalmente el Senado o también ser jefe de Gabinete�, sostuvo el ex ministro de Carlos Menem. En todo caso, agregó, �si Alvarez no se postula, yo podría hacerlo�, propuso.
Cavallo también dijo que �hay un pesimismo exagerado en el exterior respecto de la verdadera situación en Argentina, aunque las últimas gestiones de Machinea van en la línea correcta�, afirmó. Sin embargo, �se está proyectando una imagen de falta de unidad política y de suficiente poder para la transformación que necesita la economía argentina�, arremetió.
Para el ex ministro, que a pesar de insistir en su perfil político no se privó de recomendaciones económicas, los males no empezaron con el cambio de gobierno, sino cuatro años atrás, precisamente cuando él fue renunciado por Carlos Menem y reemplazado por Roque Fernández. Según Cavallo, las medidas aplicadas por su sucesor, encarecieron las inversiones en un 20 o 25 por ciento y �fueron desalentando la inversión�. Pero esa tendencia, según el ex ministro, comenzó a revertirse hace quince días, cuando Machinea aplicó varias medidas que, sin embargo, consideró insuficientes. �Avalo las medidas, pero no la profundidad: hay que ir hacia un abaratamiento de la inversión, el 20 o el 30 por ciento�, agregó. Para ello propuso un �paquete� de tres medidas que puede representar ese �shock� para luchar contra la mala imagen de la economía argentina en el exterior. Entre ellas bajar a cero el arancel para la importación de todo tipo de bienes de capital, �incluidas las camionetas y los camiones�, la devolución dentro de 90 días del IVA que se paga al comprar un bien de capital y, finalmente, la �eliminación completa� del impuesto a los intereses del endeudamiento asociado a la inversión.
La convertibilidad fue recomendada por el ex titular de Hacienda para Brasil y México, sea en dólares o en otras monedas. Cavallo subió la apuesta: �En el futuro, podrá haber una moneda hemisférica. No sé cómo se va a llamar. Pero les digo que será convertible y flotante. Las monedas sólidas son convertibles�, concluyó.
Razones por las que la Argentina
es hoy el cuco de los inversores
Por Julio Nudler
Apenas un mes atrás, la Argentina pagaba para financiarse tasas más bajas que Brasil. Hoy está a medio camino entre Brasil y Rusia, que viene a ser Guatepeor. La pregunta que surge ante esto es por qué. Y aunque factores explicativos hay muchos, por lógica habría que desechar los que ya estaban presentes con anterioridad a esta escalada. Así, el cociente entre deuda externa y exportaciones (es decir, cuántos años de exportaciones se necesitarían para saldar el endeudamiento), que es enorme y supera el 400 por ciento, no sirve porque este año vino declinando, dado que las exportaciones aumentaron más que la deuda.
Otros aseguran que el problema es la falta de crecimiento, porque ella genera insolvencia fiscal a futuro, por más política de ajuste que se aplique. Pero esta recesión comenzó a mediados de 1998, y por tanto no puede explicarnos la historia de las últimas semanas. Es cierto que, al no haber crecimiento, la relación deuda externa/Producto Bruto empeora, ya que aquélla sí crece. Pero la deuda pública bruta consolidada ya equivalía a la mitad del PBI al concluir 1999, lo cual significa que ya entonces era un indicador dramático, a pesar del cual el riesgo-país (es decir, la sobretasa a pagar por el endeudamiento) tuvo períodos de baja.
Esto conduce, con aparente contundencia, a marcar la crisis política de la Alianza como el detonante de la actual escalada en el riesgo-país, simplemente porque es el único factor que no operaba antes del 6 de octubre, día del renunciamiento de Carlos Alvarez, a partir del cual quedaron patéticamente en evidencia las limitaciones del presidente De la Rúa. De todas formas, y como apunta Eduardo Rodríguez Diez, de Fundación Capital, cuando la Argentina dos meses atrás aún colocaba bonos afuera no había comenzado todavía la llamada �fuga hacia la calidad� por parte de los inversores internacionales.
Esto significa que el derrape del Nasdaq (la pizarra neoyorquina donde cotizan las empresas tecnológicas y virtuales), el despiadado aumento del petróleo (sumándose a él la violencia en Palestina) y la desaceleración de la economía estadounidense, con la consiguiente merma en las oportunidades de lucro, indujeron a partir de entonces una creciente aversión al riesgo por parte de los inversores/especuladores. Y los títulos de deuda argentinos eran, son y serán por bastante tiempo una de las formas en que el riesgo elige encarnarse. Por tanto, a menor disposición de los poseedores del capital financiero, mayor precio a pagarles, o ninguno, si no se está dispuesto a admitirlo y existe alguna escapatoria en la plaza local (bancos, AFJP, etcétera).
Pero Rodríguez Diez no cree sólo en el factor exógeno, indicando que el estancamiento argentino pone de malhumor a los inversores y erosiona el consenso en torno de la Convertibilidad. El paisaje que ofrece el país es de recesión, altísimo desempleo y erupciones de descontento social. Tal vez no sea una novedad, pero suma. Guillermo Mondino, de Fundación Mediterránea, hunde su daga hasta el puño en el ruido político (mutis de Chacho, exabruptos de Alfonsín) como causa inmediata del estallido de las tasas. Pero la crisis gubernamental no impacta sólo directamente sobre los mercados: también los afecta a través de su efecto demoledor sobre el crecimiento esperable.
Su predicción es transparente: �De cada crisis, interna o externa, el riesgo argentino emergió este año 50 puntos básicos (0,5% anual) arriba. Hoy se prevé que de ésta, si no se cae antes en la cesación de pagos, saldrá a un nivel de 750/800 puntos (7,5/8,0% anual). Ahora bien: si a principios del 2000, con un riesgo de 500/550 puntos, el país no consiguió crecer, ¿cómo va a hacerlo 250 puntos arriba? Por tanto, aunque el Gobierno consiga que el Congreso sancione el Presupuesto 2001, no va a servir�. Como se sabe, ese cálculo predictivo está basado en la muy optimista hipótesis de un crecimiento real de 3,7 por ciento.
Ricardo Schefer, del CEMA, no les da en cambio tanta importancia a las tasas de interés en relación al crecimiento. Para él, los empresarios nodeciden sus inversiones mirando tanto el costo del dinero sino, por encima de todo, si hay o no oportunidades de negocio. Allí habría radicado, precisamente, el gran error de José Luis Machinea: cuando castigó con el impuestazo y la poda salarial a la clase media, que es la gran demandante de productos y servicios, barrió con las expectativas de ganar plata expandiendo la producción. ¿A quién venderle? Después de haber cometido ese �error innecesario�, según Schefer, el Gobierno debería decir que vamos a crecer y cómo lo conseguiremos. Porque, según sostiene, �esto no es una posguerra. Tenemos todo lo necesario para crecer: la gente, las máquinas, el mercado y la plata�. ¿Entonces?
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