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Una pena record abrió el debate 
sobre la condena máxima posible

Un tribunal oral condenó a dos hombres, acusados de violar a chicos de la calle, a 30 y 36 años de prisión. Los jueces llegaron a ese monto luego de sumarles condenas anteriores. Pero hasta ahora el límite establecido era de 25 años. El fallo abre la polémica.

Las condenas, por violación reiterada a chicos de la calle, fueron a 20 y 19 años de prisión.

t.gif (862 bytes) El paso dado el martes por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6 levantará polvo en el rellano penal de estos días, asomando como una puerta abierta al endurecimiento de las penas reclamado por sectores como el gobierno bonaerense. Los jueces decidieron condenar a dos hombres por los delitos de violación reiterada y agravada de chicos de la calle, a 20 y 19 años. Pero al sumarles las penas anteriores de los dos acusados �una de ellas también por violación� los condenaron a 30 y 36 años de cárcel. El veredicto de Leonardo De Martini, Guillermo Yacobucci y Ricardo Rongo determinó, en una interpretación inédita del Código Penal, condenas superiores a los 25 años, el monto máximo aplicado hasta el momento por los magistrados del todo el país. �La sentencia se basa en la existencia del artículo 227 ter del Código �incluido dentro de la ley de Defensa de la Democracia�, en el que se plantea la posibilidad de elevar hasta un doble el máximo de la pena para determinados casos�, le explicó a Página/12 una alta fuente del Tribunal, que hará pública la fundamentación del fallo el próximo lunes.
Las condenas recayeron sobre Luis Alberto Manfredi y Julio César Córdoba, sobre quienes ya pesaban dos penas anteriores. En el caso de Manfredi, en esta causa fue sentenciado a 20 años de prisión por los delitos de �violación agravada reiterada y privación ilegítima de la libertad� a dos nenes de 10 y 13 años y a una niña de 12 que vagaban por Constitución cuando los secuestró con engaños para encerrarlos en su casa. A los 20 años de condena por estos delitos, los jueces sumaron los 8 años de una causa de 1992 y los 11 años y medio a los que había sido sentenciado �también con Córdoba como cómplice� por otros tres casos de violaciones reiteradas en 1998. En total, Manfredi recibió una pena de 36 años y Córdoba de 30 años y medio. 
El defensor oficial de Manfredi, Hilario Lagos, aconsejó al acusado que confesara su crimen ante el tribunal. Manfredi admitió que engañó a los tres chicos y los mantuvo secuestrados en el cuarto de un conventillo de la calle Hornos, donde junto a su compinche los sometió sexualmente. De esa manera se evitaron en el proceso las declaraciones de los menores que ya se habían visto obligados a relatar los vejámenes en la instrucción. 
�Lo que aquí los jueces volvieron a poner en cuestión es cuál es el límite de la pena máxima para la ley argentina�, le dijo ayer a este diario una fuente de la defensoría oficial a cargo del caso. El artículo 55 del Código Penal plantea que a la hora de sumar las condenas de diferentes delitos de una misma persona la pena aplicable estará entre el mínimo mayor del delito más leve y la suma de la acumulación de las penas de los diversos hechos. �Sin embargo, esta suma no podrá superar el máximo legal�, sostiene la norma. Hasta el momento se interpreta que el máximo de condena estipulado en el Código es de 25 años, la pena más alta a la que puede ser sentenciado un homicida. �Lo que plantea el veredicto es que el Código no indica un monto máximo penal �le dijo a este diario una fuente del Tribunal Oral 6�. Sucede que, como no hay un máximo estipulado, siempre se interpretó que ese máximo es el de los 25 años de la pena numéricamente mayor para el homicidio. Pero la incorporación del artículo 227 de la ley de Defensa de la Democracia de 1984 habilita que ese máximo sea aumentado en un tercio o en un medio según el caso.� 
Fuentes de la Defensoría Oficial 2 adelantaron a Página/12 que apelarán la decisión de los jueces Martini, Yacobucci y Rongo ante la Cámara de Casación. Los camaristas ya tuvieron una vez ante sí un caso en el que un acusado había sido sentenciado por el Tribunal Oral 2 a una pena de 30 años. Fue en la causa por �reducción a servidumbre, tormentos, y privación ilegítima de la libertad� contra Leonardo Fulquin, supuesto líder de una secta. Pero en ese caso los camaristas no se expidieron sobre el fondo de la cuestión, ya que cambiaron las figuras por las que se imputaba a Fulquin y de esa manera le bajaron la pena a 20 años.

 

 

�Parece un escarmiento�

�La interpretación del tribunal obedece a la idea medieval del escarmiento. Las condenas se van subiendo como una panacea, pero llega un punto en que nada produce efectos, porque delitos siempre hubo �sostuvo el defensor público oficial Julián Langevin, autor de una profunda investigación sobre el caso Fulkin, un antecedente en el que la Justicia condenó a una pena de más de 25 años�. Lo que sigue es la muerte, y después sólo queda incorporar el suplicio, lo que transforma el acto de justicia en una venganza.�
�Siguiendo la misma línea de análisis del tribunal, las condenas fijadas contienen un error de interpretación: si en vez de haber sido juzgados por violación, hubieran cometido un homicidio agravado, la pena que recibirían sería menor�, agregó Langevin. �Al homicidio agravado le corresponde prisión perpetua. A los 20 años pueden acceder a la libertad condicional. Si ya habían cumplido 10 años de condenas anteriores, se resta esa cantidad, con lo que saldrían a los 10 años. Pero si se los condena a 40 años, por ejemplo, por un delito más leve que la muerte, como lo es la violación, la condicional correspondería a los dos tercios, o sea 26, menos diez que ya habían cumplido, saldrían a los 16 años.�
�De todos modos, el fondo de la cuestión no es el conteo sino lo que se quiere manifestar. Los jueces, con la elevación del máximo, lo que hacen es dar una señal de dureza, que no fue aplicada en el juicio a los militares, acusados de torturas, desapariciones y muertes. El criterio es el del escarmiento, que siempre se aplica en forma selectiva.�

 

 

CAMPAÑA EN LA CIUDAD PARA PREVENIR EL DENGUE
Guerra total contra el mosquito

Bajo la consigna �De caza en casa: vos podés ayudarnos a combatir el mosquito rayado del dengue�, el gobierno porteño lanzará hoy en las escuelas una campaña destinada a informar a los alumnos sobre esta enfermedad y prevenir la reproducción de su agente transmisor, el mosquito Aedes aegypti. El lanzamiento coincide con el comienzo de la época de mayor riesgo para la aparición de la enfermedad, ya que este insecto suele poner sus huevos y desarrollarse a partir de octubre y noviembre. Si bien el virus del dengue todavía no se ha propagado en Buenos Aires, las otras dos condiciones para una epidemia están dadas: gran cantidad de gente y gran cantidad de mosquitos.
�Lo importante es concientizar a la gente de que este mosquito es hogareño y por eso mismo no se erradica fumigando. Es un insecto que vive en el interior de las casas y pone sus huevos en lugares donde se acumulan pequeñas cantidades de agua limpia�, contó a Página/12 Oscar Lencinas, titular del Instituto Luis Pasteur y coordinador del proyecto. Por eso, en las actividades participativas se les enseñará a los alumnos que hay que eliminar los objetos que puedan acumular agua (botellas vacías, macetas, cubiertas de auto) y dejar bien tapados aquellos que la contengan. El médico también explicó por qué se eligió a las escuelas: �Los chicos son grandes agentes de salud. Cuando uno les explica un tema, enseguida aprenden, y luego se encargan de difundirlo en la casa�. 
Un estudio realizado por el Instituto Pasteur durante los últimos meses reveló que hay zonas de la Capital Federal donde, cada 100 casas, hay 35 infectadas de mosquitos Aedes. �Este fenómeno se da de modo más frecuente en barrios residenciales, como Villa del Parque o Villa Devoto, porque son casas con muchas macetas, con piletas de natación, con lugares donde suele acumularse agua y donde se puede criar el mosquito�, indicó Lencinas. Y agregó: �Paradójicamente, en las zonas más pobres no hay dengue, porque en el agua estancada el insecto no se reproduce�. 
El objetivo del programa, emprendido conjuntamente por las secretarías porteñas de Salud, de Educación y de Medio Ambiente, tiene como clave que �sin mosquito no hay enfermedad�. �Lo que buscamos es que los ciudadanos tomen conciencia del problema y que colaboren con la prevención �dijo Lencinas�. Como representantes del Estado tenemos tres funciones: informar a los habitantes de la ciudad, capacitarlos para prevenir la enfermedad y preparar los hospitales por si surgiera algún caso�. Si bien entre enero y abril de este año el sistema de salud porteño atendió 74 casos de dengue, ninguno fue �autóctono�, es decir, en ninguno de los casos el contagio se produjo dentro del área metropolitana.

 

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