El ex jefe del Ejército, Martín Balza, calificó de �incomprensible e inadmisible� que aún no se sepa la ubicación de los restos de los jefes del Ejército Revolucionario del Pueblo Mario Santucho y Benito Urteaga, muertos en Villa Martelli en un enfrentamiento con el Ejército en 1976. Balza hizo esas declaraciones ante el juez federal de San Martín Alfredo Bustos, quien lleva adelante la causa que investiga el destino final de los líderes del ERP. Luego de su declaración ante la Justicia, que se prolongó por tres horas, el ex jefe del Ejército reclamó que �quienes tienen los conocimientos para encontrar los cuerpos de estas personas, los den a conocer�. También admitió que en 1978 ya sabía que funcionaba dentro de los cuarteles de Campo de Mayo un �lugar de reunión de detenidos�. Balza confirmó que en el mismo año se inauguró en el Comando de Institutos Militares un �Museo de la subversión�, aunque aseguró que no participó de la �ceremonia� ni tampoco escuchó comentarios sobre que en esa ocasión se haya exhibido el cadáver de Santucho. Sin embargo, el abogado patrocinante de la familia del jefe del ERP, Manuel Gaggero, anticipó que piensa pedirle al juez un careo entre Balza, el ex dictador Jorge Videla, Santiago Riveros, quien se desempeñó como director del Comando de Institutos Militares, y Federico Verplaetsen, ex Jefe de Inteligencia del Ejército. Los tres habían negado la existencia de un campo de concentración dentro del regimiento de Campo de Mayo. Gaggero afirmó además que planea pedir una nueva citación del actual jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, quien ya declaró ante el juez Bustos el pasado lunes. En esa ocasión, el militar reveló que el grupo de tareas que ingresó al departamento de Santucho dependía del batallón 601 de Inteligencia del Ejército. En su declaración, Brinzoni también dijo que ignora por qué no se le dio intervención a la Justicia en el hecho, ni pudo justificar la ausencia de certificados de defunción. Para justificar su presencia en un homenaje que el Ejército le realizó al capitán Juan Carlos Leonetti, muerto en el operativo de captura de la cúpula del ERP, recordó que había sido su compañero de promoción del Colegio Militar. Aseguró que se enteró de las muertes de Leonetti, Santucho y Urteaga �a través de los diarios�. Balza, por su parte, en coincidencia con su sucesor, dijo que se enteró de esos hechos �a través de un periódico argentino en la ciudad de Lima�, ya que revistaba en la Escuela Superior de Guerra del Ejército de Perú. El militar retirado informó que se desempeñó en ese lugar desde fines de 1975 hasta principios de 1978. En cuanto a la existencia de documentos sobre el operativo en Villa Martelli, Balza señaló que �no le consta�, y que cuando estaba al frente del Ejército ordenó buscar �todo tipo de información relacionada con la lucha contra la subversión�, sin tener resultados positivos. En ese sentido, recordó que en 1983, el entonces comandante en jefe de la fuerza, Teniente General Cristino Nicolaides, ordenó incinerar la documentación vinculada con la represión ilegal. Por otra parte, Balza admitió en su declaración que en la denominada �guerra antisubversiva� las Fuerzas Armadas no respetaron ni la Convención de Ginebra ni el derecho de guerra humanitario y que se marginó �el orden jurídico vigente en nuestro país�. El 19 de julio de 1976, una patrulla militar encabezada por el capitán Juan Carlos Leonetti allanó un departamento de la localidad de Villa Martelli en donde se encontraban Santucho, junto a su esposa Liliana Delfino, Ana María Lanzilloto, embarazada de seis meses, Domingo Menna, Urteaga y su hijo de dos años. Se produjo un tiroteo en el que murieron Leonetti y Urteaga, mientras que Santucho, herido de gravedad, habría fallecido poco después cuando era trasladado a Campo de Mayo.
Pedirán perpetua para Suárez Mason Laura Términe El fiscal italiano Francesco Caporale pedirá hoy penas de cadena perpetua para los ex generales Carlos Guillermo Suárez Mason, Santiago Riveros, el ex jefe de la Prefectura Carlos Gerardi y los militares Luis Porchetto, Alejandro Puertas, Oscar Héctor Maldonado y Roberto Rossin, acusados en Roma por el asesinato de siete ciudadanos italianos y la desaparición de un bebé durante los años de la dictadura. Durante la audiencia realizada ayer en el aula bunker de Rebibbia, Santina Mastinu reconoció los rostros de Puertas, Porchetto y Rossin, indentificándolos como los autores de su secuestro y el de su hermano, Martino Mastinu, desaparecido desde el 7 de julio de 1976.
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