Por Peter Preston *
Desde Londres
Fue una larga noche de travesía hacia la niebla. Y terminó con la desaparición de la gran flota de guerra de la TV, sus buques insignia hundidos sin rastro y sin disculpas. A la televisión norteamericana siempre le gustó desplegar la elección en que los diarios erraron la predicción, Harry Truman sosteniendo en alto el diario que anunciaba su falsa derrota por Dewey. Ahora, 52 años después, es hora del ajuste de cuentas, en una debacle del millón de dólares de alta tecnología y pseudociencia.
Poco después de las ocho de la noche en la costa este norteamericana, las cadenas de televisión, una detrás de otra, anunciaron que las bocas de urna les daban los 25 votos electorales de Florida a Al Gore. Fue una proyección crucial. Si hubiera sido predicho como el perdedor a esa hora temprana, muchos norteamericanos podrían haber terminado su cerveza y haberse ido a la cama temprano. Ahora parecía ser un posible ganador. Pero tan sólo dos horas después, George W. Bush, rodeado por su indignada familia, pudo ser visto aseverando que �las personas que realmente están contando los votos tienen una perspectiva distinta. Estoy decididamente optimista sobre todo�. En 10 minutos, CBS, ABC y la CNN, con NBC siguiendo poco después, regresaron a Florida a la columna de los estados no decididos, donde permaneció por otras cuatro horas hasta que las cadenas proclamaron una victoria de Bush. Pero pronto su supuesta ventaja de 50.000 votos en Florida se había reducido a unos paupérrimos 1000. Florida, y la elección, volvían a estar demasiado reñidas como para anticipar su resultado.
La televisión, en suma, había pasado 10 horas subiendo y bajando la misma colina, aseverando con certeza, construyendo estructuras de análisis y prognosis, para después demolerlas en un santiamén. Incluso los dos exhaustos candidatos no tenían otra información a la que recurrir, y lo que tenían era patéticamente impreciso.
¿Qué fue lo que salió tan humillantemente mal? Las gigantes corporaciones de televisión en Estados Unidos, con sus filiales en todo el mundo, cuentan con miles de empleados del Servicio de Noticias de los Votantes (VNS), que rodean las cabinas de votación y piden a una muestra aleatoria de votantes que llenen un formulario informando a quién votaron y respondiendo preguntas subsidiarias sobre sus motivos. Los resultados, introducidos en programas de computación en las sedes de las cadenas, permiten que los canales de televisión nombren ganadores o perdedores el minuto que se cierran las urnas. Esto es extremadamente conveniente. Hace que el show sea más entretenido y emite un veredicto claro antes de que las audiencias masivas se vayan a dormir. La satisfacción del conocimiento es casi instantánea. Uno se evita el dilatado aburrimiento del escrutinio real y los números reales.
¿Pero qué pasa si el VNS informa que �la votación es extraña�? ¿Qué pasa si hay una confusión entre la información que entra y las predicciones que salen? ¿Qué pasa si hay un número rápidamente en aumento de personas que votan por correo, gente que nunca se acerca a una cabina de votación, que no refleja las tendencias de quienes votan en persona? Entonces recibiste un huevazo en la cara.
Eso había sucedido a escala menor con contiendas en el Senado. Pero esta vez el resultado fue una verdadera omelette. Los hombres que serían presidentes debieron atravesar un sufrimiento ridículo, esencialmente falso. Una audiencia mundial fue alimentada con omnisciencia de segunda. Está en el orden norteamericano de las cosas que ahora habrá una terrible inquisición sobre el asunto. Las voces que exigen la abolición de las bocas de urnas ya suenan con fuerza.
Desde la TV, sólo quedaban banalidades: �Si decimos que la elección es demasiado estrecha para predecir, eso no quiere decir que sea estrecha�.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
UN DIA DE RELACIONES CARNALES FRACASADAS
Los chupaBush se apuraron mucho
Por Owen Bowcott y Jonathan Watts*
Desde Londres y Tokio
A los pocos minutos de que las cadenas de televisión norteamericanas declararan a George W. Bush el próximo presidente de Estados Unidos, los líderes del mundo se pelearon por ser los primeros en despachar telegramas de felicitaciones al cuartel general republicano en Austin, Texas. Los efusivos mensajes llegaron de Rusia, China, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, la Unión Europea, Turquía, Indonesia y Australia, todas naciones ansiosas por establecer relaciones estrechas con el hombre más poderoso del globo.
Rápido de reflejos fue el presidente de Alemania, Johannes Rau, cuya declaración fue: �Lo conocemos como un buen amigo de nuestro país y esperamos que la gran amistad continúe con nuestro pueblo durante su mandato�. Un rato después, cuando los encuestadores norteamericanos descubrían que sus firmes predicciones anteriores estaban equivocadas, el vocero de la presidencia alemana estaba tratando de evitar que el telegrama fuera distribuido a los servicios de noticias. �¿Qué podemos hacer?�, admitió el funcionario en Berlín. �Es complicado. Uno quiere estar entre los primeros que mandan felicitaciones y buenos deseos.�
La historia fue la misma en numerosas embajadas y consulados. Después de los primeros coros de congratulaciones, hubo una corrida de retractaciones. Algunos se retrajeron al silencio diplomático. El gobierno holandés dijo: �Dado el hecho de que en este momento no hay certeza sobre el resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas, la declaración de más temprano... fue retractada�. El protocolo no ofrece una retirada fácil. �Nos alegramos desde el fondo del corazón por la victoria de Bush en la elección presidencial�, dijo Hiromu Nonaka, secretario general del partido Demócrata Liberal gobernante en Japón, antes de que los hechos convirtieran a su felicitación en obsoleta. La asociación japonesa de los jefes de la industria, la Keidanren, sacó un comunicado de prensa. �Es claro que los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos no se conocerán durante un tiempo, debido al resultado del estado de Florida. Sin embargo, confiando en tres grandes redes de televisión de Estados Unidos, la ABC, CBS y NBC, así como CNN, hemos emitido el comentario de nuestro presidente Imai basado en el resultado final anunciado una vez.�
En Europa, la mayoría de los gobiernos de centroizquierda deseaban íntimamente una victoria de Gore. �Estamos ansiosos y felices de trabajar con Bush�, dijo el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. El canciller británico Robin Cook dijo que las relaciones con Estados Unidos se mantendrían fuertes. �Tengo confianza en que podremos construir la misma relación con el nuevo presidente�, le dijo a la BBC. Solamente Suecia expresó su pensamiento abiertamente. �Es una pena, pero es el deseo del pueblo norteamericano y debemos trabajar con su elección�, dijo el primer ministro Goran Persson.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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