Por Laura Termine
Desde Roma
�Les ruego que den una justicia histórica a los familiares de las víctimas�, le dijo ayer al Segundo Tribunal Criminal de Roma el fiscal italiano Francesco Caporale antes de pedir condenas de cadena perpetua para los ex generales Carlos Guillermo Suárez Mason �responsable de cinco homicidios y la desaparición de un bebé� y Santiago Omar Riveros �imputado por dos asesinatos�, para el ex jefe de la Prefectura Naval Carlos Gerardi y los militares Luis Porchetto, Alejandro Puertas, Roberto Rossin y Héctor Maldonado, acusados de participar en la muerte del sindicalista Martino Mastinu. Caporale pidió también la absolución de los cinco miembros de la Prefectura por el asesinato de Mario Marras, obrero del astillero Mestrina, ejecutado en la isla de Paicarabí del Tigre, en mayo de 1976, por miembros del Ejército que buscaban a su cuñado, el �Tano� Mastinu.
Basándose en el artículo 72 del Código Penal italiano, Caporale unificó en un solo pedido de condena a cadena perpetua las cinco muertes por las cuales responsabilizó como mandante al ex jefe del Primer Cuerpo de Ejército, las de Laura Carlotto, Pedro Mazzocchi, Norberto Morresi, Luis Fabri y Daniel Ciuffo. Citando los testimonios de los testigos que desfilaron por el aula bunker de Rebibbia, el trabajo de los antropólogos forenses y poniendo sobre la mesa pruebas que incluyeron la orden de operaciones número 9 de 1977 firmada por Suárez Mason �donde el ex general describe cómo se llevará a cabo la represión indiscriminada en la zona bajo su jurisdicción�, el fiscal reconstruyó la situación en la que desaparecieron y fueron asesinadas las cinco víctimas. Carlotto y Mazzochi pasaron por el centro de detención clandestino La Cacha y Fabri y Ciuffo por el Vesubio, los dos dentro de la Zona I, donde reinaba Suárez Mason, a quien Caporale comparó con Adolf Hitler. Mazzocchi, que estaba por cumplir 18 años, fue asesinado horas después de ser detenido con ejemplares de la revista �Evita Montonera�. Para todos los casos, la versión oficial indicaba que habían muerto en enfrentamientos armados, pero en la segunda mitad de los años ochenta, el equipo de antropólogos demostró que habían sido ejecutados con disparos realizados a corta distancia.
�Sería bello no pedir la cadena perpetua�, amagó el fiscal cuando ya llevaba cinco horas hablando en una sala más llena que de costumbre, donde estuvieron el ex cónsul en Buenos Aires Enrico Calamai, el periodista Italo Moretti, el ex entrenador de la selección de voley italiana Julio Velasco y varias decenas de estudiantes del liceo clásico romano Mamiani. �Pero la ley prevé esa pena salvo que se le concedan atenuantes al imputado, que no sé en qué lugar del mundo se pueden encontrar�, concluyó el fiscal alzando sólo un poco su tono de voz.
Para Riveros, Caporale pidió la condena por vida acusándolo de los crímenes de Marras y Mastinu �el único cuyo cuerpo nunca apareció� eliminados en la Zona IV, que incluía los institutos militares de Campo de Mayo. El fiscal tradujo al italiano un párrafo del libro Campo Santo del periodista de este diario Fernando Almirón, donde el guardia de Campo de Mayo Víctor Ibáñez cuenta que a los prisioneros le abrían el estómago con un cuchillo antes de tirarlos al Río de La Plata para que no flotaran. �Seguramente este fue el fin de Martino�, dijo Caporale recordando que muchos sindicalistas pasaron por Campo de Mayo. �La verdad histórica es que Martino fue secuestrado por Porchetto, Rossin, Puertas y Maldonado, por orden de Gerardi, que recibió la orden de Riveros, espero que la verdad histórica sea reconocida en la sentencia�, concluyó. �En Argentina hubo 350 Auschwitz, después de la terrible experiencia delgenocidio de judíos por los nazis, se pensaba que era la última vez que se tocaba el fondo de la piedad humana, pero en estos hechos vi un fondo �piu folle�(de más locura)�, fue una de las definiciones de Caporale durante un alegato que inició con una contextualización histórica del golpe militar de 1976 y no dejó de lado las sensaciones personales del orador.
Suárez Mason y Riveros, enjuiciados en ausencia en Roma, si son condenados deberán pasar los primeros años de su pena aislados en una celda durante todo el día, como lo pidió el fiscal, que además solicitó la publicación de la condena en tres diarios italianos y tres argentinos. En la próxima audiencia tomará la palabra el abogado del Estado italiano.
�Me siento un subversivo�
Por L.T. Desde Roma
Francesco Caporale tomó contacto con los familiares de las víctimas queabrieron el juicio en Italia dos años atrás. En ese momento, prometió hacer todo lo posible para darles justicia. Ayer, durante su alegato, dijo que se sentía �un subversivo�, llamó a las Madres de Plaza de Mayo �madres coraje� y recordó que esas mujeres buscaban sus hijos que actualmente tendrían alrededor de 50 años, la edad del fiscal. �En este momento me siento un subversivo, si hubiese nacido en Argentina sería uno más de los 30.000 desaparecidos�, soltó en su discurso, durante el cual llamó a las víctimas de la represión �ragazzi� (muchachos) y, en un gesto por lo menos ingenuo, calificó a los Montoneros como �románticos caballeros de la nada�.
�Suárez Mason era en la Zona I el equivalente de Adolf Hitler�, sentenció el fiscal y más adelante explicó a un jurado que lo seguía atentamente que las siete víctimas del juicio eran una pequeña parte de la máquina del horror. �No fueron los únicos italianos que desaparecieron en Argentina; la cifra debe acercarse a los 10.000�, calculó. Caporale criticó los indultos dados por el presidente Carlos Menem y después de calificar a Raúl Alfonsín como un �gentiluomo�, contextualizó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Además, mencionó al ex presidente italiano Sandro Pertini como el mentor del proceso en curso. Al finalizar su alegato, que fue escuchado en absoluto silencio por casi cinco horas �con dos breves interrupciones�, el juez Mario D�Andria que encabeza el Segundo Tribunal Criminal Penal le agradeció sonriendo �su apasionada participación�. |
|