Daniel �Tractorcito� Cabrera entrega en capítulos su versión de cómo se fugó del Departamento Central de Policía. Ayer, antes de una especie de crisis de cansancio y tras contar que fue amenazado por los policías que lo custodian, deshilvanó ante el juez Gabriel Cavallo el capítulo que les toca a los tres policías detenidos allí por el crimen de la AMIA. Cabrera dijo que cuando él llegó trasladado desde Batán al edificio de la calle Moreno, los ex uniformados ya tenían un plan para salir del lugar, demostrar que podían escaparse pero finalmente no hacerlo y conseguir así mejorar su imagen ante la Justicia, que hace poco les denegó la excarcelación. La versión coincide perfectamente con las conclusiones a las que ha llegado la investigación de Cavallo: el juez procesó a los tres ex policías por preparar la operación logística que terminó con la fuga. Firme en su denuncia de que tanto la Bonaerense como la Federal lo tienen en la mira de la vendetta, Cabrera sigue pidiendo un alojamiento alternativo. Ayer primero �se le llenaron los ojos de lágrimas� frente a Cavallo y luego pasó la noche filmado por una cámara al denunciar que fue �apretado� por sus custodios.
Tractorcito largó su raid declaratorio de ayer aprovechando el breve espacio de tiempo en el que se cruzó, a eso de las once de la mañana, con la prensa en las escalinatas de Tribunales. �¡Anoche trataron de matarme en la Policía Federal!�, gritó el asaltante. Desde anteayer a la tarde, cuando fue trasladado en helicóptero desde Bahía Blanca por personal del Departamento Unidad de Investigaciones Antiterroristas hasta Buenos Aires, está alojado en la Superintendencia, en el Barrio de Liniers. Allí habría sido donde vivió �el apriete� de la Federal. Concretamente, ante el juez Cavallo, Cabrera no volvió a repetir la palabra asesinato, sino que habló de amenazas de muerte y dijo que además de maltratarlo no le dieron comida. Entre otros malestares, y lloroso a las tres horas de comenzada la indagatoria dijo que no podía más (con su declaración) porque tenía hambre. 
La nueva avanzada de Tractorcito apunta a completar las acusaciones con las que ya había comenzado en Bahía Blanca el lunes pasado. Allí le dijo al juez Alcindo Alvarez Canale que la fuga del Departamento Central fue una operación de la Policía Bonaerense con el objetivo de perjudicar a la Policía Federal y al propio presidente Fernando de la Rúa. En esa declaración ya había sembrado dudas sobre el rol de los policías del caso AMIA, Diego Barreda, Mario Bareira y Bautista Huici. Según Cabrera la bonaerense facilitó la fuga de los presos por el atentado para perjudicar, de paso, al juez Juan José Galeano, quien goza de la repulsión de un sector de la policía de la provincia. Pero ayer habló de otra lógica para explicar la misma movida de los acusados por la voladura: prepararon la fuga para demostrar que en definitiva no se escaparían, prefiriendo permanecer detenidos, y con ello mejorar su imagen ante el juez Galeano. 
Cabrera recalcó que los policías creyeron que podrían con ello lograr un cambio de opiniones de Galeano, quien les denegó la excarcelación que solicitaron porque consideró que podrían escaparse antes del juicio oral por la mutual judía. 
Cabrera fue al fondo ayer con su convencimiento de que es una víctima fácil de una de las dos grandes policías. Hizo circular una carta dirigida a los periodistas en la que dice que se considera �un comodín� del que ambas fuerzas y el gobierno provincial �quieren sacar rédito�. �Está en mi conocimiento que quieren alojarme en una prisión provincial �la Unidad 29� para asesinarme�, dice en la carta, en la que además acusa al ministro de Seguridad bonaerense, Ramón Orestes Verón, de haberlo interrogado en un calabozo en Bahía Blanca. �Tengan en cuenta que nunca se me acusó por delitos contra la vida o integridad de las personas, creo no merecer que me asesinen�, dice antes de despedirse con �saludo, agradezco y pido disculpas�. Con la Bonaerense su suerte estaría echada porque los acusó directamente de preparar la fuga y señala además como responsable de la operación a un ex jefe de la Maldita Policía. Con la Federal sostiene que el encono es superior porque a causa de su fuga hay una docena de jefes y oficiales procesados. Del mismo tenor sería el encono del Servicio Penitenciario Federal, a cuyos funcionarios acusó de cobrarle 100 mil pesos por la fuga del año 1998 cuando se fue de Devoto vestido de abogado. Los suyos ya presentaron un escrito al juez Cavallo para que, por cuestiones de seguridad, sea alojado en dependencias de Gendarmería o de la Prefectura Federal. Cavallo anoche ordenó que sea filmado hasta esta mañana, cuando vuelva pasadas las diez a su despacho para continuar declarando allí donde ayer se detuvo, y le giró la decisión al juez de ejecución penal Adalberto Porti, quien debe decidir el lugar en que Tractorcito debe cumplir una condena de 12 años por otros delitos.

LE OTORGARON EL CAMBIO DE SEXO
Erica gana la batalla

Erica Prunello ya puede dar por ganada su batalla. Un juez de Reconquista acaba de firmar un fallo en el cual dispone la �rectificación del sexo� que figura en su partida de nacimiento. Tras innumerables gestiones, finalmente sus papeles dirán lo que salta a la vista: que es una mujer. Pero no está dicha la última palabra: el juez federal Eduardo Luis María Fariz insólitamente no ordenó el cambio de nombre. De modo que Erica aún es Federico y ahora se dispone a apelar la medida.
Nacida con una condición definida como pseudohermafroditismo, Erica siempre se sintió mujer y a los 32 años adecuó su cuerpo con una operación realizada en Chile. Luego formó pareja con un hombre viudo y crió a sus hijos. Ejerció como docente varios años y luego hizo velozmente la carrera de derecho, lo que la convirtió en su propia abogada.
Su batalla legal lleva más de 15 años, en los que intentó que reconocieran su sexo en tribunales de varias provincias. Tal como publicó este diario, la subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, avaló meses atrás su pedido con un dictamen en donde recomendó que la Justicia concediera el cambio de sexo en la documentación. Aunque el juez Fariz se declaró incompetente, la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia aceptó la apelación y le ordenó dictar sentencia. Pero la Justicia parece estar dispuesta a no cejar nunca en sus negativas: aunque otorgó el cambio de sexo, el magistrado omitió la modificación del nombre. Ahora Erica Prunello empieza su última batalla para llamarse efectivamente Erica.

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