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ENTREVISTA A IAN ASTBURY, CANTANTE DE THE CULT
�Admiro al Che y Maradona�

Veterano de la escena dura, el músico inglés que bautizó como Che a uno de sus hijos se presenta hoy por tercera vez en Buenos Aires.

The Cult hoy, tras catorce años de carrera y una separación.
�Estaba harto del estereotipo del pelo largo�, cuenta Astbury.

Por Mariana Enriquez

t.gif (862 bytes) Ian Astbury dice que el fútbol es más importante que el rock. El miércoles a la noche, recién llegado, estuvo en el partido que River Plate le ganó a Flamengo por la Mercosur y quedó fascinado con el espectáculo. �Los ingleses podemos tener muchas fallas�, dice, �pero entendemos de fútbol. Yo no soy mal jugador. Ninguna maravilla, pero tampoco un desastre�. Parece contento: acaba de reunir otra vez a The Cult, la banda con la que toca desde 1983, o más bien esa suerte de dúo que lleva adelante desde entonces con el guitarrista, Billy Duffy. The Cult, que se reunió en marzo, tocará por tercera vez en Argentina al presentarse esta noche en el Estadio Obras. 
�¿Por qué decidieron reunirse otra vez?
�Básicamente porque reconstruimos nuestra amistad con Billy. Yo lo extrañaba. Pero es que estuvimos tantos años juntos, desde el �83 hasta el �95, y se volvió demasiado. Yo estoy en bandas desde 1981, casi toda la vida, y estaba cansado de tocar y hacer discos. Ya no podía manejarlo. The Cult fue muy exitoso comercialmente y había muchas presiones. Ahora hay menos y eso es bueno. Podemos relajarnos. Estamos grabando un disco nuevo que se editará en mayo del año que viene y que va ser muy pesado y más Cult en el estilo tradicional. Ya no tengo 17 años, tengo 38, voy a hacer lo que me gusta hacer. Y además, bueno, estoy pelado (risas). Me afeité la cabeza, en realidad. Lo hago periódicamente. Además estaba tan estereotipado con el pelo largo que estaba harto.
�¿Todavía vive en Los Angeles?
�Sí, es un lugar muy neutral para vivir. No lo odio, no me gusta demasiado tampoco, es un buen lugar para tener una base. Los Angeles es el lugar en Estados Unidos para las bandas. Además, no me siento inglés. 
�Uno de sus hijos se llama Che... 
�Sí, lo bauticé así porque siempre admiré al Che, creo que era un humanitario y un romántico, era inquieto y tenía voluntad, siempre fue una inspiración para mí. Lo mismo que Camilo Cienfuegos. Para mí fueron las primeras estrellas de rock: tenían la actitud, tenían la energía. Es rara mi relación con Argentina porque acá nació mucha gente que admiro, como Diego Maradona, que es fenomenal, un ser humano increíble. La gente dice que es pomposo y arrogante. Bueno, por supuesto que lo es. Es un genio, tiene un don. Cuando vengo acá todo es muy familiar y me siento muy cómodo, más que en Inglaterra.
�¿Y el público es distinto ?
�En EE.UU. y Europa el público está muerto. Es su cultura: no tienen alegría y todo se está convirtiendo en un shopping. Es chato. No tienen libido y tienen miedo de la sexualidad. En los países latinos y católicos es distinto. Y no hablo sólo de América latina, me encanta tocar en Italia, Portugal y España. Creo que la gente me entiende mejor. Por ejemplo, yo no puedo hablar con estadounidenses del Che, se asustan. Fui a Cuba en 1998, solo, para saber cómo era eso en realidad, y para saber si quedaba algo del espíritu de la revolución. Y la energía de la gente es impresionante. Son pobres, pero están orgullosos y hay alegría. 
�Algo muy diferente a su medio social habitual...
�En Occidente la gente cree que porque son las potencias mundiales tienen derecho a tenerlo todo y creen que son mejores. Yo trato de mantener a mis hijos lejos de todo eso, más libres y abiertos. Oregon, donde viven, es un lugar muy conservador. Están con mi ex mujer y son chicos muy dulces y generosos, se llevan bien con todo el mundo. Y no son egoístas. Tienen 7 y 5, dos varones, son muy especiales. Y mi hijo Che... es este chico rubio de ojos celestes en un ambiente conservador yrepresivo, pero se llama Che, y cuando va a la escuela donde todos los chicos se llaman Jimmy y David, es el raro. Me encanta. Es como �ése es mi hijo�. Mi otro hijo se llama Jim, por Jim Morrison, otra persona que admiro por su sentido del drama. Y de la sexualidad. Algo raro para un estadounidense.

 

 
La mística del hard rock

The Cult empezó su carrera a mediados de los 80, en Inglaterra, como una de las tantas bandas post punk/dark. El núcleo creativo eran Ian Astbury (voz) y Billy Duffy (guitarra). La edición de Love en 1986 pareció un tributo a sus influencias, que iban del rock de los 70 a la psicodelia, con toques de misticismo y hasta ciertas fijaciones hippies. Un año después, The Cult editó el disco de su consagración, Electric, con influencias marcadas de Led Zeppelin, AC/DC y Steppenwolf, pero con un frontman, Astbury, obsesionado por la cultura de los indígenas norteamericanos y una escena tributaria de la de Jim Morrison. En 1989, ya instalados en EE.UU. y con Sonic Temple, un disco de hard rock bombástico, la banda alcanzó su máximo éxito comercial. Los siguientes pasos fueron un álbum obvio y poco inspirado (Ceremony en 1991), y The Cult (1997) con un sonido más pop. Poco después llegó la separación, y tanto Billy Duffy como Ian Astbury se dedicaron a proyectos solistas de bajo perfil.

 

 

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