Por Maximiliano
Montenegro
El
FMI es como el Herri Batasuna para la ETA. Es el brazo político
del Tesoro norteamericano. La ocurrente definición del ex
funcionario del Fondo Monetario y hoy cotizado consultor de la city no
requiere explicación. Está claro quién autoriza el
salvataje financiero que pidió el gobierno argentino.
Las medidas anunciadas anoche por el presidente Fernando de la Rúa
son condiciones que exige formalmente el FMI para destrabar el paquete
de créditos de más de 10.000 millones de dólares.
Tanto es así que, horas antes del discurso presidencial, el organismo
ya tenía preparado el comunicado que difundió después
apoyando las medidas (ver aparte).
En el equipo económico saben, mejor que nadie, que la clave para
superar el golpe de mercado que padeció esta semana
Machinea no son las medidas de anoche sino el paquete financiero acordado
con Washington. Las medidas, la mayoría de las cuales sólo
tendrán un impacto en el mediano y largo plazo, son una condición
necesaria para que el FMI ponga en marcha el operativo, que en Economía
rehúsan llamar salvataje y prefieren denominar con
el eufemismo de blindaje financiero. De paso, esas reformas
estructurales reclamadas en los últimos años
por el Fondo y Banco Mundial aportan otra señal de que el
rumbo será profundizar el modelo, antes que ensayar un cambio de
orientación, por más mínimo que fuera. Por ejemplo,
la reforma previsional es un nuevo ajuste disimulado en el tiempo, al
tiempo que engorda el negocio de las AFJP, que están hoy entre
los mayores prestamistas del Estado.
El año próximo, Argentina deberá refinanciar con
nuevos préstamos capital de la deuda y parte de los intereses por
un monto total de 19.000 millones de dólares. El 40 por ciento
de esa suma vence durante el primer trimestre. Con estos niveles de riesgo
país, no habría chance de conseguir préstamos entre
los inversores privados para afrontar esos vencimientos. Esta situación
pone aún más nerviosos a quienes poseen en cartera títulos
de la deuda argentina que, dadas las tasas de interés que pagan,
son un excelente negocio, siempre que al día de cobrar no haya
un Estado con la persiana baja. El paquete de créditos de organismos
multilaterales serviría para disipar este miedo, ya que asegura
que más allá de la situación financiera
el gobierno argentino cumplirá con los vencimientos de la deuda
el año próximo.
Con el salvataje asegurado, en el equipo económico esperan que
el humor de los mercados financieros se dé vuelta,
pasando del pánico a la euforia. Confían en que, más
allá del estado real de la economía argentina, se cumpla
aquella máxima de los brokers (en especial, de los grandes fondos
de inversión que especulan con bonos de países remotos)
que dice the trend is my friend (la tendencia es mi amiga).
De otro modo: si un papel está cayendo, vendé, y si
está subiendo, comprá. Así, se entusiasman,
la rueda empezaría a girar en sentido contrario, mejorarían
las expectativas y llegaría la reactivación salvadora.
El secretario de Financiamiento, Daniel Marx, estuvo ayer todo el día
en el edificio del FMI en la calle 19, en Washington, conversando con
las distintas jerarquías del organismo (el número dos, Stanley
Fisher, y los técnicos Teresa Ter Minassian y Tomás Reichman)
los números finos del combo de préstamos. El
comunicado del Fondo se limita a señalar que las negociaciones
con Argentina continuarán y podrían completarse relativamente
rápido. Y menciona que, por parte del Fondo, el país
podría contar con los fondos contemplados en el actual acuerdo
stand-by de tres años (7000 millones de dólares) y
apoyo financiero adicional, incluido bajo la Línea de Reserva
Suplementaria. También dice que el Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) participarán de la asistencia
financiera.
Los plazos que baraja Machinea para el gran anuncio no pasan
de la semana próxima. Los números oscilan entre 10 mil y
15 mil millones dedólares, dependiendo de cuánto estire
el FMI los créditos al país por encima del tope fijado en
el acuerdo vigente.
En los últimos días fue el secretario de Hacienda, Mario
Vicens, quien desfiló por las oficinas de la calle 19 y pactó
las condicionalidades exigidas por los organismos. En esas
reuniones, Vicens negoció que el FMI reformulara el stand-by vigente,
que sólo autoriza desembolsos una vez aprobadas metas fiscales
trimestrales, a cambio del conjunto de reformas (previsional,
desregulación de obras sociales) que el Fondo y el Banco Mundial
venían reclamando hace años. También se llevó
una certeza: no hay acuerdo de desembolsos de semejante magnitud sin el
visto bueno del gobierno americano. Ayer, pese a la incertidumbre política
que reina en Washington, Vicens y el titular del Banco Central, Pedro
Pou, conversaron con el secretario del Tesoro, Larry Summers, quien les
prometió ese respaldo.
Un experto de Washington explicó a este diario las claves para
entender el auxilio del gobierno norteamericano a la Convertibilidad:
u Al Tesoro norteamericano le interesa la estabilidad monetaria
internacional. No tienen miedo de que caiga De la Rúa sino de que
pueda surgir un problema financiero internacional a partir de un problema
menor, como es Argentina.
u Además, el Fondo representa las políticas permanentes
de Estados Unidos, lo que muchos han dado en llamar el consenso
de Washington: la prédica por el mundo de los efectos milagrosos
de la desregulación de mercados, las privatizaciones, el ajuste
fiscal y la apertura comercial. Desde esa perspectiva, si un país
como Argentina, que hizo todos los deberes, que fue el
niño mimado en los noventa, se derrumba, pondría en
duda las bondades de dicha receta, hoy fuertemente cuestionadas por movimientos
sociales y grupos antiglobalización.
u El equipo económico de Clinton-Gore, comandado por Summers, parece
mucho más preocupado en asegurar la estabilidad financiera
global, mientras que el de Bush prefiere enfatizar el cuidado del
bolsillo del contribuyente americano. Por eso, en la coyuntura de la crisis,
Machinea estaría seguramente más tranquilo si Gore fuera
el próximo presidente. Sin embargo, un triunfo de Bush no amenaza
con romper el acuerdo cerrado en estos días, justamente, por al
gobierno norteamericano le interesa cuidar sus intereses permanentes.
El saludo del Fondo
El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler,
saludó las medidas anunciadas por el presidente Fernando
de la Rúa que apuntan, afirmó, a un fortalecimiento
de la política económica. En el comunicado oficial,
el FMI destaca que las medidas anunciadas por el presidente
De la Rúa esta noche demuestran un fuerte liderazgo y representan
tanto un significativo fortalecimiento de la política económica
como una evidencia del compromiso de Argentina de profundizar las
medidas adoptadas en la última década. Ponderó
la propuesta de acordar un pacto fiscal con las provincias que,
junto al apoyo financiero adicional, permitirán
a Argentina acceder al mercado de capitales. El director
gerente del FMI señaló que las negociaciones
con la Argentina continuarán y podrían ser concretadas
en un plazo relativamente rápido, en relación
con el rescate financiero. Cuando el acuerdo sea alcanzado,
los directivos del Fondo Monetario estarán listos para recomendar
al Directorio Ejecutivo que otorgue a la Argentina un paquete stand-by
y un apoyo futuro adicional estará disponible para el país,
incluyendo el SRF (línea de reservas suplementarias), en
apoyo al fortalecimiento de las políticas económicas,
agregó Köhler en el comunicado. El banquero alemán
resaltó que el gobierno argentino ha estado discutiendo
también sobre su programa económico con el Banco Mundial
y el Banco Interamericano de Desarrollo y adelantó
que esas instituciones harán anuncios similares por
separado a la brevedad.
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La Bolsa se adelantó
El mercado financiero respondió anticipadamente de manera
favorable a los anuncios que iba a realizar Fernando de la Rúa.
Las expectativas generadas en torno de ellos impulsaron a la suba
de la Bolsa de Comercio y a un descenso en las tasas de riesgo país
y de los préstamos interbancarios de muy corto plazo (call
money). Los títulos bursátiles registraron un alza
del 1,2 por ciento en la última rueda de la semana, mientras
que el riesgo país, medido por el valor de los títulos
de la deuda, descendieron 90 puntos básicos. Al revés
de lo que sucedió en la jornada anterior, ayer fueron los
bancos los que lideraron la suba. Las más importantes fueron
las de Banco del Suquía (4,4 por ciento), BBVA Francés
(4,0) y Galicia (3,8). Las expectativas internas superaron la tónica
bajista que marcaba el comportamiento de las cotizaciones en las
principales bolsas del mundo. Otro tanto sucedió en la Bolsa
de San Pablo, que registró una suba promedio del 0,7 por
ciento por las expectativas suscitadas en las medidas a anunciar
en Argentina, mientras el índice Dow Jones bajaba en Wall
Street el 1,9 por ciento. El call money descendió con fuerza,
tras la medida del Banco Central que permitió liberar parte
de los fondos del encaje. Al tiempo, el Banco Nación colocaba
dinero en la plaza, según comentaron operadores de la plaza.
La tasa interbancaria osciló entre 10,5 y 15,0 por ciento
en pesos y entre 7,5 y 8,0 en dólares.
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Tres
economistas opinan del blindaje y del paquete
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Más deterioro
Claudio Lozano Director del Idep-CTA
La reforma del sistema previsional, la profundización
del ajuste en los estados provinciales y la privatización
del sistema de salud empeorará la situación social.
El paquete de medidas no tiene como objetivo paliar los reclamos
sociales; se trata de un parche para conseguir una inyección
de dinero fresco. Las condicionalidades que vienen asociadas a esta
concesión nada hacen para garantizar la apertura de un proceso
de crecimiento económico para el país. Algunas cuestiones
siguen sin resolverse, como la desigual evolución entre lo
que es el crecimiento de su endeudamiento y el crecimiento de su
economía. Esto es insustentable más allá de
cualquier blindaje financiero que se proponga. Si se pretende evitar
barbaridades como las que ocurrieron en Salta me parece que por
el tipo de medidas que se anunciaron más bien esto se va
a profundizar. Si lo que vamos a tener es un blindaje financiero
asociado a una profundización del ajuste, lo que vamos a
seguir viviendo es un proceso de deterioro del sistema democrático.
Sabor a ajuste
Carlos Melconián De la consultora M&S
La Argentina, frente a cada conflicto internacional, es
un país que sufre mucho y lo paga en términos de crecimiento
económico y riesgo. Sin embargo, aunque no tiene grandes
vencimientos de deuda pública, termina ahogándose
en un vaso de agua. El blindaje financiero se debió haber
realizado antes, en los momentos en los que no había ruido
en la economía, y tuvo que haber sido como cuando alguien
contrata un seguro, porque ahora suena más a la asistencia
de un bombero, que aparece una vez que comenzó el fuego.
Las nuevas medidas tienen sabor a ajuste, pero es porque se toman
en un momento de crisis. Si se hubieran adoptado en épocas
de tranquilidad, la sensación no habría sido la misma.
Pero esto no es tapar agujeros. Son cuestiones estructurales de
carácter preventivo. El jubilado estará mejor con
su jubilación de carácter privado, que con una estatal.
El aumento de la edad jubilatoria de la mujer es un hecho internacional
y que se da en la medida en que cada vez hay más esperanza
de vida. La mujer tiene edad de jubilación, cuando en realidad
está para ponerse de novia.
Bajar el déficit
Jorge Remes Lenicov Diputado PJ
La situación de la Argentina es muy complicada. Lo
ocurrido con las tasas de interés y el riesgo país
configuraba una situación insostenible. Me parece bien que
se anuncie un plan integral para salir de la recesión y crear
solvencia fiscal, pero hay que tener en cuenta que cuando se realizan
cambios estructurales siempre surgen conflictos con algún
sector. Además también son necesarias cuestiones económicas,
que deberían haberse presentado en diciembre y que hacen
a la distribución del ingreso. Si hay coincidencia en que
el país tiene que crecer, aumentar su competitividad y bajar
impuestos, el correlato necesario es no aumentar el gasto público
y bajar el déficit fiscal. Si bien el bloque justicialista
pidió en su momento varias modificaciones a la Ley de Presupuesto
2001, la crisis hace que uno busque contemporizar y acordar más
rápidamente y, por ese motivo, este fin de semana habrá
una reunión de gobernadores y legisladores del partido con
el presidente para crear una posición consensuada. De todos
modos estamos a tiempo, ya que todos los años el presupuesto
se fue aprobando en noviembre.
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