Por Irina Hauser
Una
vez más, la Corte Suprema de Justicia puso en jaque la libertad
de expresión al confirmar una condena por injurias contra el periodista
Eduardo Kimel, autor del libro La masacre de San Patricio, donde se investiga
el asesinato de los curas palotinos. Seis ministros del alto tribunal
rechazaron el recurso extraordinario presentado por Kimel y dejaron en
pie el fallo de la Cámara de Apelaciones que lo condenó
a un año de prisión en suspenso y a pagar una indemnización
de 20 mil pesos al camarista Guillermo Rivarola. Ahora, Kimel llevará
el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Una madrugada, hace 24 años, tres sacerdotes y dos seminaristas
de la Orden de los Palotinos fueron brutalmente asesinados en la Parroquia
de San Patricio. Murieron de rodillas, atravesados por las balas disparadas
por comandos de la dictadura militar. El crimen nunca fue esclarecido,
nunca hubo proceso ni condena contra los responsables. El caso fue investigado,
en cambio, por el periodista Kimel. Sin embargo, la Justicia argentina
lo ha condenado y le ha cerrado las puertas.
Después de haber tenido el expediente durante más de un
año, una mayoría de ministros de la Corte Julio Nazareno,
Eduardo Moliné OConnor, Carlos Fayt, Antonio Boggiano, Guillermo
López y Adolfo Vázquez firmaron una resolución
de tres líneas que declara inadmisible el recurso extraordinario
con el que Kimel cuestionó la decisión de Sala IV de la
Cámara de Apelaciones que lo condenó. Argumentan, al citar
el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, que
el caso puede ser evaluado como carente de agravio federal suficiente
o insustancial o carente de trascendencia. Lo
curioso es que la Corte ya había fallado ordenando a la Cámara
que se expidiera otra vez y dando los argumentos para una condena,
acotó Héctor Masquelet, abogado de Kimel.
Algunas de las expresiones que el periodista vertió en su libro
sobre la masacre de San Patricio fueron consideradas injuriosas por el
juez de cámara Guillermo Rivarola, que fue juez federal durante
la última dictadura militar. Rivarola tuvo que investigar el caso
de los palotinos en aquel entonces. Al respecto, Kimel escribió:
La actuación de los jueces durante la dictadura fue, en general,
condescendiente, cuando no cómplice de la represión dictatorial.
En el caso de los palotinos, el juez Rivarola cumplió con la mayoría
de los requisitos formales de la investigación, aunque resulta
ostensible que una serie de elementos decisivos para la elucidación
del asesinato no fueron tomados en cuenta. La evidencia de que la orden
del crimen había partido de la entraña del poder militar
paralizó la pesquisa, llevándola a un punto muerto.
En 1995, la jueza de primera instancia Angela Braidot refrendó
los argumentos de Rivarola y condenó al periodista. Ese fallo inicial
fue revocado al año siguiente por la Sala VI de la Cámara
de Apelaciones, que planteó que el texto de Kimel no criticaba
al juez en lo personal sino al gobierno militar en general. Pero el juez
del Proceso apeló y el caso llegó a la Corte que terminó
pidiendo otro pronunciamiento de la Cámara.
El máximo tribunal no cambió de criterio y así lo
demostró con la nueva acordada, que fue firmada el 14 de septiembre,
pero recién trascendió ahora. El Gobierno dice que
se respeta la independencia del Poder Judicial, pero resulta que está
actuando independientemente de criterios sensatos, dijo Kimel a
Página/12. Si pretenden que me resigne, aviso que voy a seguir
y a denunciar, no sólo la arbitrariedad del fallo de la Corte sino
al juez Rivarola, que ha sido funcionario de la dictadura y que no fue
en absoluto independiente sino funcional a la represión.
Antes de fin de año, Kimel llevará su demanda a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través del Centro
de Estudios Legales y Sociales (CELS). En Washington será presentado
por Center of Justice and International Law (Cejil). Explicaremos,
entre otras cosas, tal como ya lo hicimos, que la Corte no analizó
a fondo la afectación de la libertad de prensa y que los dichos
de Kimel no pretenden agraviar niagravian a Rivarola como ya lo ha dicho
una sala de la Cámara sino analizar la conducta de un funcionario
público, dijo Masquelet. Y remató: La libertad
de informar, además, está por sobre la afectación
del honor del funcionario.
OPINION
Por Hebe de Bonafini *
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Apoyamos a las madres
de los presos, no a la ETA
Hace varios años, un grupo de madres de presos vascos nos
escribió pidiendo nuestra intervención a raíz
de las torturas a las que eran sometidos sus hijos en las cárceles
del Estado español. Cuando viajamos al País Vasco,
tomamos contacto con ellas personalmente.
En esos días, también habían puesto en prisión
a la dirección del partido Herri Batasuna, un partido legal,
cuyos miembros habían sido encarcelados por atreverse a difundir
una propuesta de paz para el País Vasco.
También pudimos observar el cierre del principal periódico
de Euskadi el Egin, y la detención de periodistas
vascos por denunciar las torturas y las ejecuciones que ningún
otro medio español publicaba.
Las Madres de Plaza de Mayo pudimos ver con horror la desesperación
de los familiares de dos jóvenes vascas familiares
de los presos de ETA, que habían sido violadas y torturadas
por la policía española. Los pares recorriendo los
tribunales y los medios de comunicación sin que los jueces
de la Audiencia Nacional ni los periodistas se atreviesen a investigar
esas denuncias.
La Asociación Madres de Plaza de Mayo no es Hebe de Bonafini.
Es una asociación que tiene más de 23 años
de lucha, con una sólida organización interna. Tenemos
una Comisión Directiva de 11 miembros que se reúne
una vez por semana, y donde se toman todas las decisiones que quedan
debidamente asentadas en nuestros libros de actas.
La Asociación Madres de Plaza de Mayo tiene 15 filiales en
todo el país, y se realizan alrededor de 4 encuentros anuales
donde se adoptan las decisiones más comprometidas y se definen
las posiciones políticas de nuestra organización.
Como Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo,
elegida por el voto directo de las madres, es mi deber transmitir
y defender las decisiones de nuestra organización.
Cuando algunos mal intencionados intentan hacer creer que muchas
de las afirmaciones son simples ocurrencias de Hebe de Bonafini,
se olvidan que todas nuestras definiciones son debatidas y resueltas
por la Comisión Directiva, interpretando las instrucciones
de los Encuentros Nacionales de Madres.
Las Madres de Plaza de Mayo decidimos denunciar hace varios años
las violaciones a los derechos humanos, la censura de prensa y adoptamos
el compromiso de apoyar a las madres de los presos y presas vascas,
lo que no significa apoyar a la ETA.
Las Madres de Plaza de Mayo consideramos que todas las Madres tienen
derecho de apoyar y acompañar a sus hijos cuando están
en prisión. Si han cometido algún delito, la cárcel
será suficiente castigo, pero tenemos el derecho de defender
la vida de nuestros hijos y de exigir que aun estando en prisión,
no se los torture ni se los someta a un trato inhumano.
Desde hace unos meses, nuestra Asociación y la Universidad
están siendo atacadas vergonzosamente por los sectores reaccionarios
o desinformados de la prensa, que se convierten así
en voceros de aquellos que no se bancan el crecimiento y la proyección
que estamos teniendo las Madres.
Hoy, nuestra Universidad Popular ha abierto la inscripción
para un total de 10 carreras: Psicología Social, Arte, Derechos
Humanos, Cooperativismo, Investigación Periodística,
Economía Política, Cine Documental y Teatro. Iniciamos
un ciclo de Universidad de Veranos con una oferta increíble
de Seminarios, Talleres y actividades culturales. Cientos de alumnos
y docentes invitados de todo el país y del exterior, concurren
diariamente a nuestra sede.
Las Madres de Plaza de Mayo no queremos transformarnos en un símbolo
o crear museos. Las Madres hemos decidido construir un puente entre
los sueños revolucionarios de nuestros hijos y las nuevas
generaciones, convocando a los jóvenes al compromiso político
honesto y solidario. En un mundo donde los jóvenes piensan
que la política es mierda y corrupción, las Madres
de Plaza de Mayo intentamos explicarle que la Política es
la mejor acción del ser humano, la única que nos libera,
pero cuando se practica con ética, con principios y con solidaridad.
Las Madres de Plaza de Mayo jamás apoyamos los crímenes
de la ETA ni los de ninguna organización política.
Pero apoyamos el derecho a no ser encarcelado por pensar, o por
escribir, o por denunciar las violaciones a los Derechos Humanos.
Los asesinos, los torturadores y los genocidas de la dictadura militar
han hecho desaparecer a nuestros 30.000 hijos, pero ellos vuelven
a la vida en cada uno que lucha, que pelea, que levanta su voz para
denunciar las injusticias y defender la solidaridad. Y nuestros
hijos vuelven a la vida en nosotras, que hablamos con su voz, latimos
con su corazón y levantamos sus mismas banderas revolucionarias.
Nuestras acciones son coherentes con la ética solidaria y
los principios internacionalistas que hemos adoptado. Así
denunciamos la dictadura sanguinaria de Fujimori, o repudiamos el
Bloqueo a Irak o enfrentamos el bombardeo a Yugoslavia, o denunciamos
al gobierno mexicano por las ejecuciones de campesinos en Chiapas.
Acompañamos a los Campesinos sin Tierra en Brasil, levantamos
nuestra voz contra el narcotráfico y la corrupción.
Nos solidarizamos con los trabajadores desocupados que cortan las
rutas y toman fábricas y..., tantas otras acciones cotidianas
que no salen en los medios.
Así, con esa coherencia que aprendimos de nuestros hijos,
acompañamos a las Madres de los presos y presas del País
Vasco, aunque los enemigos nos acusen de apoyar a la ETA.
* Presidenta de Madres de Plaza de Mayo.
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