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La Corte Suprema contra la libertad de expresión

El alto tribunal confirmó una condena por injurias contra el periodista Eduardo Kimel, autor del libro sobre el asesinato de los curas palotinos. El caso será presentado ante la CIDH.

El periodista Eduardo Kimel, condenado por contar la masacre.
Tendrá que pagar una indemnización de 20 mil pesos al camarista Rivarola.

Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes) Una vez más, la Corte Suprema de Justicia puso en jaque la libertad de expresión al confirmar una condena por injurias contra el periodista Eduardo Kimel, autor del libro La masacre de San Patricio, donde se investiga el asesinato de los curas palotinos. Seis ministros del alto tribunal rechazaron el recurso extraordinario presentado por Kimel y dejaron en pie el fallo de la Cámara de Apelaciones que lo condenó a un año de prisión en suspenso y a pagar una indemnización de 20 mil pesos al camarista Guillermo Rivarola. Ahora, Kimel llevará el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Una madrugada, hace 24 años, tres sacerdotes y dos seminaristas de la Orden de los Palotinos fueron brutalmente asesinados en la Parroquia de San Patricio. Murieron de rodillas, atravesados por las balas disparadas por comandos de la dictadura militar. El crimen nunca fue esclarecido, nunca hubo proceso ni condena contra los responsables. El caso fue investigado, en cambio, por el periodista Kimel. Sin embargo, la Justicia argentina lo ha condenado y le ha cerrado las puertas.
Después de haber tenido el expediente durante más de un año, una mayoría de ministros de la Corte –Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor, Carlos Fayt, Antonio Boggiano, Guillermo López y Adolfo Vázquez– firmaron una resolución de tres líneas que declara “inadmisible” el recurso extraordinario con el que Kimel cuestionó la decisión de Sala IV de la Cámara de Apelaciones que lo condenó. Argumentan, al citar el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, que el caso puede ser evaluado como carente de “agravio federal suficiente” o “insustancial” o “carente de trascendencia”. “Lo curioso es que la Corte ya había fallado ordenando a la Cámara que se expidiera otra vez y dando los argumentos para una condena”, acotó Héctor Masquelet, abogado de Kimel.
Algunas de las expresiones que el periodista vertió en su libro sobre la masacre de San Patricio fueron consideradas injuriosas por el juez de cámara Guillermo Rivarola, que fue juez federal durante la última dictadura militar. Rivarola tuvo que investigar el caso de los palotinos en aquel entonces. Al respecto, Kimel escribió: “La actuación de los jueces durante la dictadura fue, en general, condescendiente, cuando no cómplice de la represión dictatorial. En el caso de los palotinos, el juez Rivarola cumplió con la mayoría de los requisitos formales de la investigación, aunque resulta ostensible que una serie de elementos decisivos para la elucidación del asesinato no fueron tomados en cuenta. La evidencia de que la orden del crimen había partido de la entraña del poder militar paralizó la pesquisa, llevándola a un punto muerto”.
En 1995, la jueza de primera instancia Angela Braidot refrendó los argumentos de Rivarola y condenó al periodista. Ese fallo inicial fue revocado al año siguiente por la Sala VI de la Cámara de Apelaciones, que planteó que el texto de Kimel no criticaba al juez en lo personal sino al gobierno militar en general. Pero el juez del Proceso apeló y el caso llegó a la Corte que terminó pidiendo otro pronunciamiento de la Cámara.
El máximo tribunal no cambió de criterio y así lo demostró con la nueva acordada, que fue firmada el 14 de septiembre, pero recién trascendió ahora. “El Gobierno dice que se respeta la independencia del Poder Judicial, pero resulta que está actuando independientemente de criterios sensatos”, dijo Kimel a Página/12. “Si pretenden que me resigne, aviso que voy a seguir y a denunciar, no sólo la arbitrariedad del fallo de la Corte sino al juez Rivarola, que ha sido funcionario de la dictadura y que no fue en absoluto independiente sino funcional a la represión.”
Antes de fin de año, Kimel llevará su demanda a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En Washington será presentado por Center of Justice and International Law (Cejil). “Explicaremos, entre otras cosas, tal como ya lo hicimos, que la Corte no analizó a fondo la afectación de la libertad de prensa y que los dichos de Kimel no pretenden agraviar niagravian a Rivarola como ya lo ha dicho una sala de la Cámara sino analizar la conducta de un funcionario público”, dijo Masquelet. Y remató: “La libertad de informar, además, está por sobre la afectación del honor del funcionario”.

 

 

OPINION
Por Hebe de Bonafini *

Apoyamos a las madres de los presos, no a la ETA

Hace varios años, un grupo de madres de presos vascos nos escribió pidiendo nuestra intervención a raíz de las torturas a las que eran sometidos sus hijos en las cárceles del Estado español. Cuando viajamos al País Vasco, tomamos contacto con ellas personalmente.
En esos días, también habían puesto en prisión a la dirección del partido Herri Batasuna, un partido legal, cuyos miembros habían sido encarcelados por atreverse a difundir una propuesta de paz para el País Vasco.
También pudimos observar el cierre del principal periódico de Euskadi –el Egin–, y la detención de periodistas vascos por denunciar las torturas y las ejecuciones que ningún otro medio español publicaba.
Las Madres de Plaza de Mayo pudimos ver con horror la desesperación de los familiares de dos jóvenes vascas –familiares de los presos de ETA–, que habían sido violadas y torturadas por la policía española. Los pares recorriendo los tribunales y los medios de comunicación sin que los jueces de la Audiencia Nacional ni los periodistas se atreviesen a investigar esas denuncias.
La Asociación Madres de Plaza de Mayo no es Hebe de Bonafini. Es una asociación que tiene más de 23 años de lucha, con una sólida organización interna. Tenemos una Comisión Directiva de 11 miembros que se reúne una vez por semana, y donde se toman todas las decisiones que quedan debidamente asentadas en nuestros libros de actas.
La Asociación Madres de Plaza de Mayo tiene 15 filiales en todo el país, y se realizan alrededor de 4 encuentros anuales donde se adoptan las decisiones más comprometidas y se definen las posiciones políticas de nuestra organización.
Como Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, elegida por el voto directo de las madres, es mi deber transmitir y defender las decisiones de nuestra organización.
Cuando algunos mal intencionados intentan hacer creer que muchas de las afirmaciones son simples “ocurrencias de Hebe de Bonafini”, se olvidan que todas nuestras definiciones son debatidas y resueltas por la Comisión Directiva, interpretando las instrucciones de los Encuentros Nacionales de Madres.
Las Madres de Plaza de Mayo decidimos denunciar hace varios años las violaciones a los derechos humanos, la censura de prensa y adoptamos el compromiso de apoyar a las madres de los presos y presas vascas, lo que no significa apoyar a la ETA.
Las Madres de Plaza de Mayo consideramos que todas las Madres tienen derecho de apoyar y acompañar a sus hijos cuando están en prisión. Si han cometido algún delito, la cárcel será suficiente castigo, pero tenemos el derecho de defender la vida de nuestros hijos y de exigir que –aun estando en prisión–, no se los torture ni se los someta a un trato inhumano.
Desde hace unos meses, nuestra Asociación y la Universidad están siendo atacadas vergonzosamente por los sectores reaccionarios –o desinformados de la prensa–, que se convierten así en voceros de aquellos que no se bancan el crecimiento y la proyección que estamos teniendo las Madres.
Hoy, nuestra Universidad Popular ha abierto la inscripción para un total de 10 carreras: Psicología Social, Arte, Derechos Humanos, Cooperativismo, Investigación Periodística, Economía Política, Cine Documental y Teatro. Iniciamos un ciclo de Universidad de Veranos con una oferta increíble de Seminarios, Talleres y actividades culturales. Cientos de alumnos y docentes invitados de todo el país y del exterior, concurren diariamente a nuestra sede.
Las Madres de Plaza de Mayo no queremos transformarnos en un símbolo o crear museos. Las Madres hemos decidido construir un puente entre los sueños revolucionarios de nuestros hijos y las nuevas generaciones, convocando a los jóvenes al compromiso político honesto y solidario. En un mundo donde los jóvenes piensan que la política es mierda y corrupción, las Madres de Plaza de Mayo intentamos explicarle que la Política es la mejor acción del ser humano, la única que nos libera, pero cuando se practica con ética, con principios y con solidaridad.
Las Madres de Plaza de Mayo jamás apoyamos los crímenes de la ETA ni los de ninguna organización política. Pero apoyamos el derecho a no ser encarcelado por pensar, o por escribir, o por denunciar las violaciones a los Derechos Humanos.
Los asesinos, los torturadores y los genocidas de la dictadura militar han hecho desaparecer a nuestros 30.000 hijos, pero ellos vuelven a la vida en cada uno que lucha, que pelea, que levanta su voz para denunciar las injusticias y defender la solidaridad. Y nuestros hijos vuelven a la vida en nosotras, que hablamos con su voz, latimos con su corazón y levantamos sus mismas banderas revolucionarias.
Nuestras acciones son coherentes con la ética solidaria y los principios internacionalistas que hemos adoptado. Así denunciamos la dictadura sanguinaria de Fujimori, o repudiamos el Bloqueo a Irak o enfrentamos el bombardeo a Yugoslavia, o denunciamos al gobierno mexicano por las ejecuciones de campesinos en Chiapas. Acompañamos a los Campesinos sin Tierra en Brasil, levantamos nuestra voz contra el narcotráfico y la corrupción. Nos solidarizamos con los trabajadores desocupados que cortan las rutas y toman fábricas y..., tantas otras acciones cotidianas que no salen en los medios.
Así, con esa coherencia que aprendimos de nuestros hijos, acompañamos a las Madres de los presos y presas del País Vasco, aunque los enemigos nos acusen de apoyar a la ETA.

* Presidenta de Madres de Plaza de Mayo.

 

 

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