Por Raúl Kollman y Carlos Rodríguez Anoche, con gran sorpresa, se
comprobó que hubo una conexión entre los policías
falsos y dos de los verdaderos en el trágico intento de robo ocurrido
el viernes en el Scotiabank de Temperley, donde murió un cabo que
integraba la Bonaerense y fue herido de gravedad un asaltante disfrazado
de agente de la ley. Hay pruebas fehacientes contra el policía,
que está imputado de ser partícipe necesario del delito
de homicidio calificado y de tentativa de robo agravado, dijo una
fuente judicial, refiriéndose al cabo primero Fabián Gutiérrez,
el encargado de abrirle la puerta a los asaltantes, a los que, además,
les había proporcionado los uniformes auténticos de la Bonaerense
que lucían. Una fuente policial, por su parte, le dijo a Página/12
que también está fuertemente sospechado otro
cabo, de apellido Ortiz, que junto con Gutiérrez formarían
parte orgánica de la misma banda, de manera que no se trataría
de una participación accidental. En el tiroteo que se generó
entre policías y asaltantes disfrazados como tales murió
el cabo primero de la Bonaerense Pablo Abraham Martín, de 31 años,
padre de una beba de un año. Fue alcanzado por un balazo que entró
por la cabeza y su deceso fue inmediato, lo que causó inéditas
escenas de llanto de varios uniformados, que en ese momento no sospechaban
de la traición. Gutiérrez fue detenido anoche, mientras
que parecía inminente que ocurriera algo similar con Ortiz. El
policía detenido hoy franqueó la entrada y proveyó
los elementos necesarios para el ingreso de los ladrones vestidos
como policías, comentó el vocero judicial.
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