Ayer, en Liniers, culminó una jornada larguísima con más
suspensiones que minutos de juego efectivo; tal vez por eso todos estaban
pendientes de ese resultado en el Amalfitani. Y los de Boca celebraron,
los de Talleres celebraron, los de River se decepcionaron... Claro que,
sobre todo, los de Vélez tuvieron razones para sentirse bien: ganaron
y jugaron bárbaro; y los del Lobo, para preocuparse: perdieron
jugando mal y otra vez se alejan de la punta en la instancia
clave del torneo. Quedaron con 28, a cuatro de Boca, y ya no son la escolta,
papel reservado a Talleres.
Gimnasia, obligado a buscar el triunfo para mantenerse en el segundo puesto,
tomó el control del juego desde el comienzo, pero no tuvo peso
ofensivo en el área rival y pocas veces complicó al arquero
Bernardo Leyenda. Enría y Messera se juntaron bien en el mediocampo,
aunque Sava intervino poco y no inquietó. Vélez, que apostó
al contraataque, lastimó con sus esporádicas acciones. Morigi
exigió a Noce a los 10 con un cabezazo. Vélez, con el buen
criterio del colombiano Castillo pero sin mostrar mucho más, lució
mejor que su rival.
Gimnasia mostró en el inicio del segundo tiempo su apuro por conseguir
la victoria, pero sólo logró facilitar la tarea de Vélez.
Castillo, la figura, a los 19 lució su habilidad en el área,
sacó un remate que desvió Noce y que Obolo empujó
a la red. Pudo definir Vélez, pero la suerte del conjunto local,
sin embargo, pareció acabarse cuando Leyenda salió mal a
cortar una pelota en el área y dejó su arco descubierto,
una posibilidad que capitalizó, de cabeza, Ocampos. Sin embargo,
un discutido penal a Castillo lo convirtió por duplicado Federico
Domínguez y enseguida, al expirar el tiempo, Pellegrino selló
la cuenta al aprovechar un rebote tras gran tiro libre de Zárate.
INCIDENTES
DE HINCHAS DE RACING CON LA POLICIA
Lanús tuvo un tiempo que fue hermoso
Lanús le ganaba cómodamente
2-0 a Racing, pero el árbitro Roberto Ruscio suspendió el
partido antes del comienzo de la segunda etapa debido a la gran cantidad
de agua caída, que además conspiró contra el estado
del campo de juego. Hasta ese momento, el equipo de Héctor Veira
vencía con justicia con los tantos de Ariel López y Sergio
Zanetti en contra, luego de un remate de Julián Kmet.
Lanús salió decidido a llevarse el triunfo desde el arranque
y por eso no sorprendió que se pusiera en ventaja muy rápido.
La apertura llegó luego de un centro de Silvio González,
que Ariel López cabeceó de pique y encontró a Gastón
Sessa a contra pierna. A esa altura, el partido ya se había desvirtuado,
ya que el campo de juego estaba intransitable. Dentro de ese panorama,
el local seguía siendo levemente superior, ya que Racing sólo
oponía fervor. Así llegó el segundo tanto en una
jugada bastante polémica, ya que el árbitro indicó
que el arquero Cáceres salió del área con la pelota.
El tiro libre lo ejecutó Kmet, la pelota se desvió en Zanetti
y se metió en el arco. Enseguida finalizó la etapa y Roberto
Ruscio decretó la suspensión, muy atinada porque ya no se
podía jugar.
La nota negra de la jornada fue el enfrentamiento entre un grupo de hinchas
de Racing con la policía. Todo comenzó cuando iban 15 minutos
del primer tiempo y comenzó a llover con mucha mayor intensidad.
En ese momento, unos 500 simpatizantes (no de la barra brava) del club
de Avellaneda intentó ocupar un lugar despoblado en una de las
plateas techadas. Los hinchas forzaron una puerta y lograron completar
su tarea,pese a que varios policías se acercaron para tratar de
frenar el ingreso del público visitante. Esto motivó la
reacción de la barrabrava, que comenzó a pegarle a dos oficiales.
Al observar que sus compañeros eran agredidos, otros agentes de
la Bonaerense fueron a ayudarlos y allí se armó una gran
gresca. Como resultado de los disturbios, un hombre tuvo que ser trasladado
de urgencia al Hospital Vecinal de Lanús con varias heridas de
balas de goma en ambas piernas.
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