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VICTORIA DE LOS SPRINGBOCKS 37-33 EN BUEN PARTIDO
Apenas un cuatro abajo

Una multitud convocada por Los Pumas llenó el Monumental �que se inauguró para el rugby� y no se fue defraudada pese a la derrota, que fue ajustada y mantuvo el resultado incierto hasta el final. Los ganadores expusieron un rugby ofensivo, vistoso, con mucho juego de manos pero impreciso. Los Pumas, luego de descuidos en el comienzo �perdían 24-16 en el primer tiempo� llegaron a ponerse a sólo un punto a ocho del final. Un penal sobre la hora estiró la ventaja : 37-33.

mario ledesma busca superar la marca de van der berg. el forward de argentina ingres{o en el segundo tiempo.

Por Adrián De Benedictis

Las imágenes del Mundial del año pasado todavía permanecen demasiado cerca. El espíritu de lucha que transmitió la selección argentina de rugby en Gales fue el disparador perfecto para despertar el entusiasmo de los seguidores de Los Pumas. Encima, el quinto puesto obtenido en aquel certamen se llevó el calificativo de “histórico”. Por ello, había que aprovechar ese despegue con un encuentro que estuviera a su altura. Y nada mejor que frente a una potencia como Sudáfrica (finalizaron terceros en el campeonato del mundo) y en un escenario especial. Por primera vez, Argentina fue local en la cancha de River y con un marco inolvidable: un poco más de 50 mil personas formaron parte de una tarde que seguramente no pasará nunca al olvido.
Una vez más, el público eligió reconocer con una ovación la reacción final de Los Pumas, luego del 37-33 final para los sudafricanos. Iban 52 minutos del segundo tiempo y el árbitro australiano Scott Young decretaba el cierre del partido. Inmediatamente, desde las cuatro cabeceras comenzaron a bajar los aplausos para una actuación memorable. Antes, en el estadio Monumental se vivieron miles de sensaciones.

van straten convierte el cuarto try para los sudafricanos. El que intenta detenerlo es jose orengo.

La muestra de afecto se inició cuando por los altoparlantes se anunció la formación titular de Argentina. En ese rubro, el que se llevó el mayor agradecimiento fue Agustín Pichot, el chico de San Isidro que ahora desparrama talento por las canchas inglesas. Pero por sobre todo, el respeto fue el factor dominante. La mejor demostración fue cuando Sudáfrica apareció por el túnel y la cancha lo recibió con aplausos, sin agravios. Otro momento que marcó al público fue a la hora de entonar los himnos: con todo el estadio de pie, el silencio sirvió para escuchar a ese grupito de sudafricanos que se ubicaron en la platea Belgrano.
Parecía algo difícil de imaginar. Sobre el final del primer tiempo, cuando pidieron descolgar una bandera porque dificultaba la visión de un sector, fue retirada enseguida. La gente seguía siendo el gran protagonista de la tarde.
La temperatura comenzó a subir en el inicio de la segunda parte. Argentina perdía por cinco puntos (24-19) y comenzó a sonar el clásico “Vaaaaaamos, Pumas, vaaaaaamos...”. En ese instante, el pateador Gonzalo Quesada se concentraba para ejecutar un penal que hubiera achicado la diferencia, pero no logró convertir. Había que disfrutar cada minuto de lo que sucedía en el campo de juego. Sudáfrica practicaba un juego elegante y dinámico. Y, por supuesto, los hinchas no pudieron hacerse los distraídos y elogiaban cada acción de los visitantes.

agustin pichot inicia un ataque argentino. el medio scrum fue una de las figuras de los pumas.

El conjunto conducido por Marcelo Loffreda intentaba llegar al try y cada arranque en velocidad de los jugadores argentinos servía para
generar una explosión en las tribunas. Iban 32 minutos de la etapa final, y Felipe Contepomi convirtió un try que dejó a la Argentina a un punto (34-33) de los sudafricanos. “Espectacular”, gritó un plateísta para definir el momento del partido. La victoria parecía posible. Sorpresivamente, el árbitro sancionó un penal para Sudáfrica y la distancia de cuatro unidades dio lugar a una catarata de silbidos hacia el australiano.
No importaba. La fiesta ya estaba instalada en otro lado. La “ola” que se inició en las tribunas sobre el final del encuentro fue el reflejo de tanto fervor. No había sido un día más. Argentina había debutado en la cancha de River. Para el goce de todos

Síntesis

Cancha: River.
Arbitro: Scott Young (Australia).
Tantos en el PT: 1m penal Quesada (A), 7 y 11m tries de Paulse (S), el segundo convertido por Montgomery, 13m try Orengo convertido por Quesada (A), 27m try Andrews convertido por Montgomery (SA), 34m try van Straaten (S), 40 y 47m penales Quesada (A).
Parcial: Argentina 16-Sudáfrica 24.
Tantos en el ST: 4m penal Quesada (A), 12m try Fleck convertido por Montgomery (S), 32m try Contepomi convertido por Quesada (A), 35m penal van Straaten (S), 39m try Simone convertido por Quesada (A) y 42m penal van Straaten (S).
Cambios en el PT: 15m Felipe Contepomi por Bartolucci (A), 30m Braam van Straaten por Esterhizen (SA), 41m Martín Durand por Phelan (A).
Cambios en el ST: 40m Charl Marais por Smith (S) y Pieter Rossouw por Williams (S), 3m Eduardo Simone por Albanese (A), 27m Roberto Grau por Reggiardo (A) y Ollie Le Roux por Kempson (S) y 40m Mario Ledesma por Hasan (A).

CON LOS ATRIBUTOS DE SIEMPRE
Garra, corazón y algo más

Por Gabriel Muñoz Asquini

Pusieron todo lo que los caracteriza por tradición. Garra, corazón y, por momentos, un juego de primer nivel. Pero no les alcanzó. Y al final, por séptima vez consecutiva en partidos oficiales, Los Pumas cayeron derrotados, esta vez por 37 a 33, ante el seleccionado Sudafricano, los Springboks.
De movida el partido parecía destinado a cambiar la historia; ya en el primer minuto de juego la selección nacional abría el marcador y se ponía tres puntos arriba con penal de Quesada. Pero tres puntos de ventaja no son nada ante uno de los tres mejores equipos del mundo, y a los siete minutos, con la misma fórmula que utilizarían durante el resto del encuentro, los Springboks conseguían el primer try de la tarde. Su autor: Breyton Paulse, que rápidamente se convertiría en pesadilla de Los Pumas al pisar en menos de cinco minutos y por segunda vez consecutiva el ingoal argentino.
Más allá del resultado parcial, los que buscaban e imponían el ritmo del juego eran los dirigidos por el Loffreda; gracias a lo cual, y luego de una enredada jugada de manos, Orengo hacía estallar a las casi cincuenta mil personas presentes con el primer try argentino. Pero aún faltaba más, y aunque imprecisos los sudafricanos seguirían imponiendo sus estallidos de talento, hasta cerrar el resultado parcial de la primera etapa en un 24-16 gracias a los try de Andrews y Van Straten. Por su parte, los argentinos sumaban con los pies de Quesada como intermediarios.
El complemento no cambió en nada, el tipo de juego era el mismo en ambos, los springboks seguían con imprecisiones en el juego de manos y Los pumas continuaban con falencias en el line. Pero ahora las chances de aumentar estaban a favor de los argentinos, que con tantos de Contepomi y Simoni se ponían a un punto de los comandados por Harry Viljoen, que a esa altura sumaban 34 tantos por el try Fleck. Recién sobre el final, cuando se animaron a jugar con los backs, Los Pumas encontrarían el modo de lastimar a los sudafricanos. Pero no les alcanzarían ni los diez minutos de descuento para revertir un resultado que ya se había encargado de engrosar Van Straten con dos certeros penales.
En definitiva, 37-33 para un partido que demostró el nivel con que Los Pumas irán a verse cara a cara con los ingleses en el mítico Twinckenham.

 

 

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