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BERSUIT VERGARABAT PRESENTO EN OBRAS SU NUEVO CD
El estallido duró demasiado

Para mostrar las canciones de �Hijos del culo� y varios de sus clásicos, la banda de Gustavo Cordera extendió su show por más de tres horas, con algunos buenos momentos y muchos lugares comunes.

Por Mariana Enriquez

Bersuit Vergarabat colmó el estadio Obras en la presentación de su último álbum, Hijos del Culo, el sábado pasado. Desde la edición de Libertinaje, disco con el que lograron sus primeros hits masivos, como “Sr. Cobranza”, o “Yo Tomo”, se convirtieron en una de las tantas bandas que, gracias a una mezcla de ritmos afro, cumbia, algo de tango, algo de ska, algo de reggae y algo de rock, más letras contestatarias, son una opción para el público barrial con conciencia social. O algo por estilo: a esta altura es difícil definir cuál es la sensibilidad que tocan tanto Bersuit como Los Piojos o tantas otras, y la etiqueta de rock barrial hace rato que dejó de ser apropiada. Lo cierto es que convocan a una suerte de ritual que incluye bengalas, banderas del Che, baile y coro futbolero.
No siempre fue así, sin embargo. En sus primeros tres discos, Bersuit estaba más cerca de ser una banda de culto, con canciones sobre locos y pequeñas historias urbanas, con toda la imaginería rioplatense. Hoy, están a medio camino de Los Auténticos Decadentes y Los Piojos, con cierto gusto por el discurso social agregado. Es decir, tienen las canciones sensibles, con tango, candombe y murga, y las canciones “picarescas”, divertidas, escatológicas. El problema es que no tienen ni los hits instantáneos e increíblemente pegadizos de los Decadentes ni la sensibilidad de Andrés Ciro, cantante y letrista de Los Piojos. Por lo que el show, si bien fue intenso y emocionante, tuvo momentos de tedio relacionados con que muchos temas se parecen peligrosamente entre sí, y sobre todo, con la duración del show: tres horas. Es notable la tendencia de muchas bandas (lo mismo sucede con La Renga) a extender sus presentaciones hasta el infinito. Mantener la energía de público y banda durante tanto tiempo es una tarea titánica, y que ciertamente Bersuit no pudo llevar a cabo, por lo menos desde el punto de vista de aquellos espectadores que no son fans incondicionales. Los que sí lo eran, todo hay que decirlo, disfrutaron con frenesí, cantando todas las letras, coreando todos los estribillos, incluso los del flamante álbum que ya es conocido por todos.
Se trató, también, de una recorrida por la historia de la banda. Así hubo amigos que subieron al escenario, desde Palo Pandolfo en “Murguita del Sur”, (probablememte el mejor momento de la noche) hasta ex integrantes de la banda casi míticos, como Rubén Sadrinas, en el viejísimo “Tuyu”. Pero claro, los momentos de festejo llegaron con los hits. En “Yo Tomo” hubo suelta de globos, “La Bolsa”, el corte de “Hijos del Culo”, ya es otro favorito, y está claro que “El Estallido” es esperado por todos. Gustavo Cordera se dirigió todo el tiempo a la gente: “es bueno mantener el espíritu cuando es lo único que nos queda en esta selva”, dijo para presentar “Espíritu de esta selva”, y como ya lo viene haciendo en casi todas las presentaciones, se bajó los pantalones (acompañado por dos de sus compañeros) para “CSM”. También dedicó un tema, “Toco y me voy”, a Ricardo Bochini, en otra apelación fácil al imaginario popular, la del fútbol. Hubo además pequeñas coreografías, la mayoría olvidables, o predecibles, como los disfrazados de torero y toro en, obviamente, “La del toro”, o la aparición de un “antropólogo” estilo Tato Bores para leer un informe sarcástico acerca de que muchos de los habitantes del tercer mundo “han nacido por el culo, los que nacieron para atrás, los olvidados, los mal paridos”. Más allá de que cuentan con el indiscutible fervor de su público, Bersuit Vergarabat es una banda que no sorprende, y que últimamente, con canciones y referencias algo obvias, apela cada vez más a los lugares comunes.

 

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