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Aunque las promesas fueron pocas, se levantó el piquete de Mosconi

 

Parecía que se rompía la negociación. Pero a último momento, divididos, los desocupados aceptaron la oferta del Gobierno.

 

Una escena que ya ocurrió hace seis meses exactos: se levanta un piquete en la ruta 34.

Por Felipe Yapur
Desde General Mosconi, Salta

Parecía que el piquete en la localidad salteña de General Mosconi sólo podía dispersarse si la Gendarmería, que lo rodeaba, decidía atacarlo. Pero, al caer la tarde de ayer, la conducción de los piqueteros decidió, sorprendiendo a propios y extraños, modificar su primera decisión y aceptar –con indisimulada resignación– las propuestas realizadas por los enviados del gobierno nacional y despejar la ruta 34. Fue un largo y caluroso día, donde el fantasma de la represión sobrevoló el piquete. Habían transcurrido 6 meses exactos desde que levantaron el anterior piquete, fue el 13 mayo. Y el resultado actual era tan amargo como el de entonces.
A negociar. A las nueve de la noche en punto del domingo comenzaron las conversaciones entre piqueteros y funcionarios nacionales. Siete horas duró el diálogo. Los enviados del Gobierno fueron inflexibles en sus posiciones. Poco a poco se fue escribiendo un acta compromiso de trece puntos. Cuando todo terminó, José “Pepino” Fernández recogió su copia, la plegó y la apretó entre sus manos. Al llegar al piquete reconoció a Página/12 que “el gobierno nacional nos defraudó, nos dan migajas”, una frase que prenunciaba problemas, ya que la primera decisión asumida por la asamblea fue la de rechazar el acta.
Piden pan. El petitorio de los rebeldes exigía a la Nación la creación de un fondo especial de hidrocarburos, la creación de 10.000 puestos de empleos con un monto de 300 pesos. Pensiones vitalicias a las familias de las víctimas de la represión. Ejecución de obras públicas e infraestructura. Reactivación y reparación del aeropuerto de Mosconi. Reducción de la deuda que mantienen los desempleados con el Banco Hipotecario. Instalación de gas natural gratuita para los desempleados.
Les dan un hueso. La propuesta de los funcionarios nacionales se basó en conceder las pensiones para las familias de las víctimas. Sólo 400 planes Trabajar más el incremento de cien más por trimestre a partir del próximo año. Obras públicas, en un valor sensiblemente inferior al solicitado, más chapas, tirantes y todo lo necesario para refaccionar las escuelas de la zona.
Sueño piquetero. Las madrugada del lunes encontró a los piqueteros exhaustos. Desplomados sobre cartones o gomas, dormitaban buscando recobrar energías. Una nueva asamblea, acordada para las nueve, los esperaba. Mientras unas mujeres preparaban el mate cocido –aquí la leche es considerada un lujo–, una ronda de piqueteros jóvenes soñaba. “Yo levanto el piquete si viene Susana Giménez. No, mejor si viene Graciela Alfano y me lo pide con un besito”, dice mientras lanza una carcajada Santiago, 24 años, desocupado. “A mí me gustaría que venga (el secretario de Trabajo, Horacio) Viqueira. Sus manos eran muy suaves. ¿Y su perfume? ¡Exquisito! Qué lástima que esta vez no vino”, se lamentó Eva, una piquetera que no se movió ni siquiera un día de la barricada.
Frases de asamblea. “No nos mamamos 12 noches por 160 pesos”, dijo uno. “Ciento sesenta pesos no alcanza para pagar la luz, el agua y menos educar a nuestros hijos. ¿Por qué no trabajan ellos por esa plata?”, dijo otro y se escucharon los primeros aplausos. “Nos quedamos y que nos hagan cagar matando”, gritó una joven madre regordeta que pasó la noche dormitando sobre una cubierta de tractor. Más aplausos.
Sutilezas. La camioneta 4x4 llegó cerca del mediodía. La conducía un gendarme vestido de civil que trasladó a Pepino y otros cinco hasta el destacamento de Gendarmería. Se encontraron con el juez federal Abel Cornejo y el comandante Delacolina. Durante tres horas escucharon cuidadosos discursos donde destacaban las penas que les caben a los cometen delitos federales, la necesidad de no ser los responsables de un desalojo violento de la ruta. En un momento, juez y gendarme dejaron solosa los piqueteros, dejando “olvidado” un mapa que describía –con pelos y señales– las posiciones de las carpas y cantidad de piqueteros. Casi al mismo tiempo, vieron por una de las ventanas un inusual desfile de gendarmes armados hasta los dientes. Una sutil forma de avisar que estaban preparados para el desalojo.
El enojo de Ceballos. El secretario de Provincias, Walter Ceballos, y el viceministro de Desarrollo Social, Gerardo Morales, se reunieron ayer en dos oportunidades con los manifestantes. La primera vez, durante la tarde, los piqueteros le reiteran la decisión de la asamblea de rechazar el ofrecimiento nacional. Los funcionarios aseguran que no vieron a los piqueteros convencidos de la determinación asumida. Esto los llevó a anunciar el fracaso de las negociaciones y ordenar a sus colaboradores preparar el retorno a Buenos Aires. Ceballos se enoja. Sus colaboradores lo escuchan quejarse de la actitud del gobierno provincial: “Están operando para que fracase. Hasta dijeron que entre los manifestantes hay narcotraficantes de Colombia. ¿Qué pretende esta gente?”.
Sorpresa. Los piqueteros llegan sin previo aviso hasta los funcionarios nacionales. “Venimos a firmar”, dicen y Ceballos sonríe como un niño. “Las palabras de Pocho son muy bonitas. Pero cuando viene la represión sólo quedamos pocos. La cana, por orden de Romero, ya le puso precio a la cabeza de varios, incluso la mía. Por eso, cuando la cosa se pone muy fea, donde puede haber muchos muertos, es preferible enfriar la cabeza y retirarnos. Ya habrá tiempo para volver”, dice Pepino Fernández poco antes de rubricar el acuerdo con la Nación. No hay sonrisas entre los delegados de los piqueteros: “No sé si estamos conformes, pero tal vez más tranquilos”. A las ocho de la noche, la ruta 34 estaba despejada.

Los que se mantienen

Se levantó parcialmente el piquete en la ruta 34, pero se mantienen en Salta los cortes en las localidades de Aguaray y Salvador Mazza. Además, 400 vecinos de la localidad tucumana de Concepción, a 75 kilómetros al sur de San Miguel, cortaron ayer desde las 8.30 y hasta las 14 la ruta nacional 38; en Alberdi, un grupo de militantes de la Corriente Clasista Combativa redujo el tránsito en la misma ruta para recaudar fondos para una serie de cortes de ruta que se harán a partir de hoy. Unas 80 personas cortaron ayer al mediodía el tránsito en una avenida de Florencio Varela y en Pacheco, Tigre, cincuenta personas cortaron sobre la ruta nacional 9 en reclamo de planes Trabajar.

 

 

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