Por
Cledis Candelaresi
El
Gobierno anunciará en las próximas horas el acuerdo que
ya cerró días atrás con Trenes de Buenos Aires, concesionaria
de las líneas urbanas Mitre y Sarmiento. La urgencia de salir con
el último paquete de medidas a calmar a los mercados y la necesidad
de evitar el anuncio de un impopular ajuste tarifario en un contexto económico
y político tan complicado, hicieron que José Luis Machinea
postergara el anuncio para esta semana. Al esquema conocido más
inversiones por más tarifa se sumó el compromiso estatal
de cancelar con bonos por 80 millones de pesos una deuda pendiente con
el grupo empresario. El ajuste de los boletos de tren por esas líneas
ascenderá a 60 por ciento para los próximos cinco años.
El acuerdo con TBA terminó de sellarse a las 6 de la mañana
del jueves, después de una ardua negociación de madrugada.
La clave para esta comunión fue el compromiso estatal de pagarle
al grupo empresario que lideran los colectiveros de Cometrans 80 millones
de pesos por subsidios impagos y un aumento tarifario no autorizado en
1997. Para más adelante se postergó la definición
acerca de otros 40 millones, también reclamados por la empresa.
A semejanza de lo que ocurrió con los concesionarios de peaje,
Economía dispuso computar a valor nominal papeles de la deuda que
se cotizan al 75 por ciento de su valor en el mercado. Nos aplicaron
una quita. Pero son las reglas de juego, se resignó ante
este diario Claudio Cirigliano, titular del grupo concesionario, quien
asegura que la rentabilidad de la concesión es muy inferior
a lo que muchos suponen.
Los otros puntos ya estaban acordados desde hace un tiempo: habrá
un ajuste tarifario progresivo de casi el 60 por ciento en el próximo
lustro a cambio de un paquete de inversiones por 1300 millones en diez
años.
Esto sólo no alcanza. El Gobierno necesita un plan para estimular
el empleo. El grueso de los viajeros de nuestras líneas son empleados
públicos. De lo contrario, es como intentar curar el cáncer
con una aspirina, comentó a Página/12 Claudio Cirigliano,
presidente de TBA. El titular del grupo empresario viajó la semana
pasada hasta Mar del Plata al coloquio empresario de Idea, con la intención
de acompañar el anuncio del flamante acuerdo, que podría
incluirse en el último paquete de medidas. Sin embargo, Economía
resolvió esperar unos días más para no correr ninguno
de los dos riesgos posibles: que la promesa de inversiones quedara eclipsada
por las otras medidas o que pudiera ser políticamente inconveniente
admitir que se encarecerá el boleto en pleno estallido salteño.
Según el acuerdo, el concesionario de las líneas Mitre y
Sarmiento invertiría 1300 millones de pesos en obras, a cambio
de extender la concesión entre 14 y 20 años, según
el ritmo de ejecución de las nuevas inversiones, incluyendo más
de 400 coches nuevos y la electrificación de ramales. Para costear
el primer tramo, TBA sostiene que está gestionando un préstamo
del BID y que, apenas las condiciones sean propicias, saldrá a
cotizar a la Bolsa.
Otra compensación a esas obras y equipamiento no previstos en el
contrato original consistirá en un incremento de tarifas, que se
aplicará desde el momento en que se promulgue el decreto que convalide
el acuerdo: en el primer momento se encarecerá el boleto 10 centavos
para las tres primeras secciones. Un año después, continuarán
los ajustes, que involucrará a los otros tramos.
De este modo, el gobierno de la Alianza consagró con retoques una
fórmula que pretendió imponer la gestión menemista:
no será el Estado el que subsidiará el plan de obras y la
rentabilidad de la empresa sino los propios usuarios. La diferencia de
la fórmula actual respecto a la que intentó Carlos Menem
es que tanto las inversiones como los aumentos serán más
moderados.
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