Por
Victoria Ginzberg
Una
de las dificultades que tenemos es que estamos juzgando a un individuo
que es un engranaje, y no el más importante, de la asociación
que cometió este crimen. Ni él dio la orden, ni tenemos
evidencias de que haya puesto la bomba. Pero sí tenemos evidencia
de que fue una pieza clave para que se produzca el atentado y por eso
debe ser condenado, aseguró el abogado Luis Moreno Ocampo
durante el alegato del juicio contra el ex agente de la Dirección
Nacional de Inteligencia (DINA) chilena Enrique Lautaro Arancibia Clavel.
El representante de la familia Prats reclamó ayer la pena máxima
para el acusado del homicidio del ex jefe del Ejército trasandino
Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert. El abogado del Estado
chileno, Alejandro Carrió, solicitó la misma condena: reclusión
perpetua. Arancibia Clavel también está acusado de haber
formado parte de una asociación ilícita, la
policía secreta del dictador Augusto Pinochet.
Es claro que el acusado perteneció a la DINA exterior y que
ésta cumplió con los requisitos de una asociación
ilícita destinada a espiar y vigilar exiliados chilenos, a participar
de secuestros y torturas, a asesinar a supuestos oponentes al régimen
pinochetista, a traficar armas, a usar documentos falsos, enumeró
Carrió durante su exposición.
El representante del Estado chileno y el de la familia Prats coincidieron
en calificar a la DINA como una asociación ilícita agravada,
porque, entre otras cosas, tenía una organización de tipo
militar y recibía apoyo y órdenes de funcionarios públicos.
Ambos señalaron en función de la declaración
secreta del ex vocero de la junta chilena Federico Willoughby y los memos
secretos secuestrados en la casa del acusado, entre los que hay una carta
de presentación del jefe de la DINA, Manuel Contreras que
Arancibia Clavel participó de una elite integrada por
los miembros de la DINA exterior y que tuvo un puesto relevante ya que
era el único agente chileno que estaba de forma permanente en la
Argentina.
En un gráfico que dibujó en un pizarrón, Moreno Ocampo
mostró cómo el atentado contra Prats, realizado el 30 de
setiembre de 1974 en Palermo, siguió el mismo patrón que
el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington en
setiembre de 1976. Señaló que en ambos participó
un grupo formado por los autores materiales, un soporte local y la jefatura
de la DINA que impartió las órdenes. La conexión
local en este caso se llama Arancibia Clavel y por el cargo que tuvo la
víctima (jefe del Ejército de su país) Contreras
necesariamente tuvo que consultar a la máxima autoridad,
afirmó Moreno Ocampo en referencia a Pinochet, mientras el acusado
lo miraba desde su asiento. Además de la pertenencia de Arancibia
Clavel a la DINA, los abogados argumentaron, basados en diferentes testimonios,
que el agente estaba en Buenos Aires, por lo menos, desde mediados de
1974. Carrió recordó la declaración de Alfonso Morata
Salmerón, un español anticastrista de 84 años, quien
manifestó que Arancibia Clavel viabilizó el
atentado. Según el letrado, el chileno logró su propósito
gracias a su vínculo con el comisario Juan Carlos Gattei, encargado
de la custodia de Prats que no existió el día del
atentado y nexo de la dictadura chilena para secuestrar exiliados
de su país en Argentina.
La fiscalía presentará hoy su alegato, también acusatorio,
y mañana será el turno de la defensa de Arancibia Clavel.
|