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�A los líderes del deporte mundial no les interesa la democracia�

El COI y la FIFA fueron duramente atacados en la apertura del debate mundial más importante sobre deporte y corrupción.

Página/12
en Dinamarca

Por Pablo Vignone
Desde Copenhague

Para ser ésta una conferencia contracultural, Play-the-Game, el debate que se está llevando a cabo aquí para discutir los problemas que aquejan al deporte en el patrocinado mundo actual, arrancó con una virulencia inesperada. Al tiempo que se supo que el Comité Olímpico Italiano (CONI) no autorizaba la participación en la conferencia de su jefe de investigaciones en antidoping, Sandro Donati, como estaba previsto en el programa, la ministra danesa de Cultura, la liberal Elsebeth Gerner Nielsen, promovió en su presentación oficial un duro ataque contra los líderes de las organizaciones deportivas mundiales, como el COI o la FIFA. “Los líderes del deporte mundial no están interesados en que éste se desarrolle en una democracia auténtica”, sentenció, antes de solicitar “reformas democráticas en las federaciones internacionales”.
Ante unos 180 representantes de 52 países de los cinco continentes, Gerner Nielsen no ahorró críticas contra lo que llamó “la arrogancia del poder deportivo” y que, como parece será una constante en este encuentro, está encarnado en la organización que preside el catalán Juan Antonio Samaranch. “En Dinamarca, el deporte forma parte de una política cultural porque nos interesa el desarrollo del individuo como cuerpo y espíritu, no como la expresión económica de un fenómeno cultural. Pero los líderes mundiales deportivos muestran poco respeto por la democracia y la responsabilidad.”
Gerner Nielsen, una socióloga de 40 años que milita en el partido Social Liberal que gobierna el país desde marzo de 1991, marcha todos los días a cumplir sus funciones en el Ministerio, en la calle Nybrogade, frente al Parlamento Real, como la mayoría de sus conciudadanos: en bicicleta. “Veo en el deporte actual dos problemas que están relacionados; uno, que los valores que lo inspiran están categóricamente amenazados por el comercialismo; el segundo es que hay, en esta era, una falta de transparencia en la gestión deportiva que afecta su credibilidad.” La ministra acepta que el deporte actual sea “un entretenimiento” pero exige que “la industria debería mantener ciertos valores complementarios”, como la igualdad de oportunidades, la cultura o el derecho a la educación de sus cultores.
En el tapete deportivo actual, cruzado de intereses y sostenido por el aliento de los sponsors, la actividad parece tener pocas opciones para mantenerse despojada de sospechas de corrupción. “El deporte es más que records y campeones, como la mayoría de los medios parece creer”, afirmó Gerner Nielsen. “Sin embargo, es también un negocio muy lucrativo. Miren lo que sucede en actividades como el golf, el atletismo, el automovilismo. El problema es que los sponsors no están interesados en sostener esos valores.”
La ministra atacó duramente al COI y a la FIFA. “En un reciente plenario en Lausanne –sede del COI–, los líderes escucharon durante la primera jornada las críticas de dirigentes políticos de los principales países hacia la manera en que se conducía el deporte. Al día siguiente, cuando los políticos se marcharon, la preocupación fue cómo hacer para evitar las amonestaciones oficiales. No había interés en la reflexión.” Para la socióloga, “la FIFA se mantuvo dos años sin escuchar las recomendaciones de la Comunidad Europea acerca de la reglamentación de los pases de los futbolistas, que recién ahora puede cambiar. Eso es falta de respeto”.
Si el espíritu de esta conferencia es altamente crítico hacia el poder deportivo constituido –que el periodista inglés Andrew Jennings, el principal detractor mundial de Samaranch, define como una mafia organizada–, el espaldarazo que le dio ayer la representante del gobierno danés fue formidable. “Mantener los ideales olímpicos es crucial para el deporte –completó–. Cuando el dinero es más importante que ellos, entonces el deporte pierde sus bases políticas y culturales.” El representante del COI que ha comprometido su presencia en estas jornadas, el canadiense Richard Pound, recién arribará para el cierre. Se perderá los reproches más frescos

Más de cincuenta países

Por P.V.

Más de 180 representantes de 52 países concurren a esta conferencia. De ellos, 70 son daneses, entre periodistas, dirigentes deportivos y atletas. Salvo por las reacciones nerviosas del poder instituido (como la presión del CONI italiano, o presuntas sugerencias del titular de la Federación Mundial de Atletismo, Primo Nebiolo, hacia personalidades de Noruega, sacudida por un escándalo de doping en Sydney, para que no asistieran a ésta), no parecen los centros de poder haber concedido la importancia necesaria a estas jornadas. No hay ningún medio estadounidense, francés, japonés o italiano representado, y sí, en cambio, una apreciable cantidad de enviados de países del Tercer Mundo, en muchos casos solventados por donaciones hechas aquí: se presume que el Ministerio de Cultura aportó 35.000 dólares para sostener el acontecimiento. Y hay aquí representantes de 12 países africanos: Botswana, Eritrea, Gambia, Ghana, Kenya, Namibia, Nigeria, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabwe. Son los que más sufren los 5 promedio y la llovizna constante. Página/12 y El Mercurio de Santiago de Chile son los únicos diarios sudamericanos registrados que están cubriendo esta conferencia.

 

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