Por
Julián Gorosdicher
El
chico de muletas está seguro de que llegó su hora. Cree
con convicción en el poder de su renguera para abrir puertas en
el canal de los videos musicales. Sabe tanto como el manco que espera
a su lado y la gorda de 140 kilos con el pelo fucsia que éste
es el tiempo de los raros. El VJ argentino Berta, elegido el año
pasado, mide casi dos metros y pesa más de 100 kilos. Ya es casi
tan o más popular que los lindos Ruth Infarinato o Alejandro Lacroix,
presentadores y también modelos. Ahora, MTV los prefiere extravagantes,
ajenos por completo al mandato de las barbies. La invasión de gente
real ha dado buenos resultados, y los 4000 que hicieron la cola este año
en busca del título de VJ no se intimidaron por ser feos, gordos,
o discapacitados. Pero no eran descolocados: respondían a la lógica
de la campaña de la cadena estadounidense, que empapeló
la ciudad con afiches que anunciaba que se buscaban feos, gordos, lindos,
etc.
Berta es, por ende, un pionero en esa nueva escena de presentadores de
videos y conductores de programas fashion. Rompió todos los esquemas:
es gordo, muy alto, quiebra el rictus inexpresivo un clásico
de la estética del canal con mucho histrionismo. Usa un nombre
de mujer, con el cual lo bautizaron sus amigos por su afición a
una porno llamada Berta, la gorda perversa. Después de pasar la
selección de 1999, condujo durante todo el año el segmento
Los diez más pedidos y quedó en el staff. Ahora espera,
ansioso, saber el nombre del ganador de este año, su continuador,
que se revelará la semana próxima. Diez postulantes pasaron
una preselección a cargo de un grupo de famosos, y quedaron cinco.
Ahora, es el público el que vota a través de Internet entre
esos candidatos, no tan extraños como Berta, pero bastante más
imperfectos que otros veteranos. Berta (que en realidad se llama Sebastián
Muñiz, y tiene 22 años) tenía otros favoritos. Apostaba
al chico de muletas y al que le faltaban los dos brazos, cuenta
a Página/12. Me pongo del lado del más débil.
¿Te imaginás un programa conducido por ellos dos y yo? La
gente moriría por verlo.
¿De verdad cree que sería posible incluirlos como
VJs de MTV?
Si hacían bien su prueba, ¿por qué no? Es la
gente la que vota, y si los pedían...
¿Cómo se explica este vuelco del canal a otros rostros
y otras voces que antes quedaban afuera de su pantalla?
Hay una apertura a lo popular. A mí, por ejemplo, los pibes
de Haedo (el barrio en el que vive) me paran y me saludan. Sienten que
yo soy el amigo que ganó. Eso juega a favor de MTV.
¿Cómo vivió un año dentro del canal
con el título de raro a cuestas?
Yo siempre me sentí raro, eso no es nuevo. A los 4 años,
me confundían con un pibe de 10. Pero nunca sentí que fuera
el anti perfil MTV: creo que cada conductor tiene una particularidad.
Alejandro es muy exacto en lo que dice, Ruth y su pelo son un símbolo
del canal, y yo... soy otra cosa.
Sin duda
que es otra cosa. A los 12, filmó en los baldíos de Haedo
con una barra de amigos la película Plaga zombie, una
crónica de invasiones alienígenas y exterminio de humanos.
Por allí va su sensibilidad: le gusta el cine clase B, dibujos
como Ren y Stimpy y Beavis and Butthead. Le fascinan
extraños personajes como el ex conductor de programas infantiles
Esteban Villareal y su hit musical Bosque Chocolate. Justamente
fue ese tema (que repite en su estribillo Bosque chocolate...)
el que le abrió las puertas del triunfo. Le pidieron, hace un año,
que dijera una canción importante en su vida, y tiró ese
título, sin dudarlo, fascinado por el afectado conductor, su bronceado
artificial, sus coreografías al borde del ridículo. En esa
misma sintonía, Berta conduce su segmento cantando por caso
La sirenita en un tono impostado a lo Ricardo Iorio, muy lejos
de la actitud que dominó durante años en la misma pantalla:
la de un presentador lavado, el cuerpo rígido, y apenas un movimiento
agitado de las manos.
¿Por qué MTV decide el cambio? ¿Cómo fue por
contrapartida que un chico como Berta se convierte en aspirante
a VJ? Es, sin duda, un fenómeno curioso el de la apertura a nuevos
tipos de presentador, más aún cuando la grilla musical tiende
a cerrarse. Desde hace un tiempo, las tardes de MTV son casi exclusivas
de latinos, y bandas de chicos al mejor estilo Back Street Boys. Christina
Aguilera, Britney Spears y Ricky Martin suman cada vez más horas,
mientras otras propuestas artísticas más osadas son enviadas
a un exilio forzado. La innovación, aquí, parece recorrer
otro camino: el que comandan Berta y los nuevos VJs, un aire fresco
con aroma a conurbano. Bromas pesadas a veces tontas, juegos
corporales entre amigos con poco de rigidez televisiva. Casi como si se
tratara de una compensación, el nuevo estilo MTV corroe un poco
de barniz al star system de los ídolos musicales.
¿Qué siente cuando le toca presentar un video de Christina
Aguilera o Britney Spears?
Un día tengo que presentar a Eminem, y otro a Christina Aguilera.
Para mí, darle el pie a ella o a Limp Bizkit es lo mismo, porque
nunca digo: esto es lo que a mí me gusta. Trato de improvisar algo
divertido, en la calle, aunque a veces salgan cagadas.
¿Pero asume que junto con la apertura a nuevos VJs
hay un giro hacia figuras juveniles y pop latino en la oferta musical?
No me gustaría que suene a un speach armado, pero creo que
sigue habiendo de todo. Obviamente hay un cambio que se nota, y es tonto
que lo niegue. Pero hay otros segmentos. La tarde, es cierto, apunta a
un público más joven, más pop.
¿Tuvo contacto con los aspirantes de este año?
Estuve todo el día en el casting. Quería ver quién
iba a pasar lo mismo que yo. A los que vi, les aconsejé que entraran
a la cancha como Maradona. A algunos les pedían que presentasen
un video, y se quedaban mirando, o decían que no. Si no te ponés
las pilas, ¿para qué venís? Hay que entrar con toda
la furia.
Seguramente, el ganador pasará a engrosar la categoría
de famosos televisivos, como lo hizo usted. ¿Sigue viviendo en
Haedo?
Sí, sigo viviendo ahí. No siento que se hayan modificado
muchas cosas, aunque reconozco que estoy más callado. Antes era
más histriónico con mi grupo de amigos, y ahora lo canalizo.
A ellos, les pedí que me pegaran si veían que cambiaba demasiado.
Por ahora no lo hicieron.
Los
cinco finalistas
El concurso para eligir el nuevo VJs de la filial
latina de MTV convocó a cuatro mil jóvenes, que era,
en plena Recoleta, un espectáculo aparte. Uno solo de ellos
se convertirá en compañero de trabajo de Berta y tendrá
su cuota de celebridad. La preselección final fue hecha por
un dream team de famosos, entre los que estaba Mario Pergolini,
que votó los finalistas después de ver una prueba
a cámara y tener acceso a una ficha con sus gustos y conocimientos
musicales. Excepto Belén, de 20 años, que es modelo
y responde al arquetipo del presentador televisivo joven de imagen
muy producida, el resto de los finalistas parece continuar la saga
Berta, con un look de gente común que bien podría
viajar en colectivo por el conurbano bonaerense o ir a clases a
una facultad de Ciencias Sociales. Ana Lorena es una empleada administrativa
de 24 y puesta a elegir se inclina por Eminem, un rapper malhablado
y blanco. Andrés tiene 20, es estudiante, y se declara fanático
de un grupo paradigmático del rock duro, como Metallica.
Ariel tiene 28, es periodista y productor de TV, y suele escuchar
a Prince. Y Juan José, de 20, es un barman seguidor de Boy
Set Fire. La semana que viene uno de ellos comenzará a ser
promocionado como el nuevo en el barrio del canal.
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BEAVIS
AND BUTTHEAD, DARIA, REN Y STIMPY, TOM GREEN
Una
señal con autocrítica incluida
Históricamente,
en la programación de MTV existe un punto de quiebre para el reinado
de los ídolos musicales. Son espacios periféricos en los
cuales el canal quiebra el tono: ofrece un comentario cínico, una
mirada que se vuelve mordaz y llega a parodiar como sucede con Beavis
and Butthead la estética misma de los videos que nutren
el grueso de la programación. Los dos adolescentes malditos son
el ejemplo perfecto de esa necesidad de aportar otra perspectiva desde
segmentos marginales, como para que no quede nadie afuera de la grilla.
Daria el inteligente dibujo que cuenta la vida cotidiana
de una nerd en un college norteamericano cumplió con esa
misma expectativa aunque no siempre con la carga horaria y la presencia
que merecería.
También el tono escatológico de Ren y Stimpy
llegó a MTV para demostrar que no todo en el canal está
dominado por el pop pegajoso de Ricky Martin o los Back Street Boys. La
última gran fisura al star system musical de la señal tiene
nombre propio de varón. Tom Green desde El show de
Tom Green ofrece de lunes a jueves a las 23 horas un revulsivo
talk show de media hora que hace un culto a la incorrección política.
Green llegó a mostrar su propia operación de cáncer
en un testículo, suele incomodar a sus mejores amigos con bromas
pesadas y gestos ajenos a cualquier noción de moralidad (como el
de filmarse en un tour sexual con la novia de un amigo, y pasarle a él
el video en el estudio) y extrema el recurso de hacerse el bobo hasta
la carcajada, o lo intolerable. Todo allí mismo, donde Ricky Martin
se contonea al ritmo de She bangs..., y Christina Aguilera
insiste con eso de Ven conmigo..., una y otra vez, a lo largo
del día.
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