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Para leer entre líneas al Presi

Tras el pedido de De la Rúa para que la universidad sea más eficiente, se temió un ajuste. Aquí, los universitarios interpretan.

Por Javier Lorca

t.gif (862 bytes) El Presidente se limitó a incluir en su discurso del viernes pasado un breve comentario dirigido a las universidades, instándolas a mejorar su eficiencia en el gasto. Pocas palabras igual bastaron para despertar la alarma dentro de la comunidad académica: muchos hablaron de ajuste y arancel. Las interpretaciones sobre qué y por qué lo dijo van desde que se trata de una simple declaración de principios con la que todos acuerdan, hasta un guiño para el establishment y los organismos internacionales (siempre deseosos de achicar la universidad pública), pasando también por una velada crítica a los manejos económicos de la UBA y otras casas de estudios.
Fernando de la Rúa dijo: “Yo siempre he respetado y siempre respetaré la autonomía de las universidades nacionales. Pero creo que es imperativo que en el seno mismo de ellas se haga un esfuerzo por asignar mejor los recursos que tienen y los que reciban en el futuro. El compromiso debe involucrarnos a todos”. Esa fue la única referencia a la universidad en su discurso. Luego, desde el Ministerio de Economía se aseguró que no habrá recorte para las universidades. Además, para mayor tranquilidad de los universitarios, el proyecto de presupuesto consensuado la semana pasada en comisión en la Cámara de Diputados incluye los mismos recursos y programas que este año se destinaron al sector, más el reconocimiento de la deuda que se arrastra desde el ‘99.
Los universitarios consultados por este diario coincidieron en que los dichos de De la Rúa hablaban más por la mera presencia de un párrafo sobre universidades que por lo que decían en concreto. Por eso, también, se dispararon las interpretaciones. Entre líneas, algunos vieron un simple gesto para satisfacer a los sectores locales y a los organismos internacionales que pregonan hace años la necesidad de arancelar la universidad y, así, reducir el presupuesto de la educación superior pública. Otros creyeron ver un reflejo de ciertas convicciones que campean en el Ministerio de Economía y también en el Frepaso. “En el equipo de (José Luis) Machinea hay un planteo muy crítico sobre cómo se manejan los recursos de la UBA. Y eso, injustamente, lo hacen extensivo a todo el sistema. También meten en la misma bolsa casos escandalosos como el de la Universidad de La Rioja”, comentó un referente de la Alianza.
“Si ese párrafo lo hubiera dicho Menem, se habría armado un lío...”, comentó el rector de la Universidad de Misiones, Jorge Bettaglio. Después, atenuó: “Lo que dijo el Presidente está dentro de lo que venimos diciendo los rectores. Estamos todos de acuerdo en que hay que discutir nuevos criterios de distribución de los recursos y hacer un esfuerzo importante para llevarle a la sociedad nuestra producción de conocimiento”, dijo.
En diálogo con Página/12, el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Mario Barletta, opinó que en las palabras del Presidente “subyacen dos temas. Puede entenderse que hay un pedido de optimizar a nivel nacional, en todo el sistema, la utilización de los recursos. Y también que hay que revisar las asignaciones que cada universidad hace hacia su interior”. En el primer caso, el también rector de la Universidad del Litoral apuntó que, “al no haber una articulación entre las universidades y los terciarios, los recursos no se aprovechan como se podría hacer en un sistema integrado. Todos estamos de acuerdo en avanzar hacia ese modelo, sólo falta una voluntad política para hacerlo más rápida y decididamente”. En el segundo caso, no se aventuró: “Hay una gran variedad de universidades, algunas nuevas y otras centenarias. Es difícil hacer un análisis general”.
Al titular de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Manuel Terrádez, lo que dijo el Presidente no le “pareció ni bien ni mal. Después, la traducción que hizo Machinea aclaró que no significaba que habrá recortes, sino sólo un pedido de más eficiencia en el uso de los recursos. Nadie puede estar en contra de eso. Es sólo una declaración deprincipios”. Un párrafo aparte le dedicó a las propuestas de arancelar la universidad pública surgidas del Consejo Empresario Argentino, Idea y el Banco Mundial: “Merecen todo nuestro repudio. La gratuidad de la enseñanza garantiza que la educación es un derecho de todos. Pero –aclaró– no hay indicios de que el Gobierno esté yendo en esa dirección”.
Desde el sindicato de los docentes, el secretario gremial de Conadu, Daniel Ricci, se preguntó qué significa “ser más eficientes, cuando arriba del 85 por ciento del presupuesto de las universidades se gasta en sueldos y cuando el 70 por ciento de los docentes cobra menos de 200 pesos”. Y agregó: “Más barato que las universidades estatales no hay. Tenemos los salarios más bajos de la administración pública. Para poder aumentar la eficiencia habría que empezar por aumentar los recursos”.

Para el tiempo libre... (si queda)

Becas. El Grupo Techint concursa, entre egresados de la UBA, dos becas para cursar doctorados en Ingeniería (UBA) y el Politécnico de Milán. Las tesis deben versar sobre siderurgia. Informes: Paseo Colón 850, piso 3º, mema [email protected].
Marcas. Mañana, a las 19.30, comienzan las jornadas “Las marcas de la cultura”, en el Rojas, Corrientes 2038. A la misma hora, en Arenales 1658, se presentará el libro Performances.
Comunicación. Hoy, a las 18, comienza el seminario “Comunicación y cultura contemporánea”, que darán Jesús Barbero y Beatriz Sarlo en la Fundación Benjamin. Informes: Mansilla 2686, piso 1º “4”, 4961-3764.
Foro. El jueves, a las 18.30, se tratará sobre “Vejez y derechos humanos”. En el aula 310, módulo III, del campus de la UNGS, Juan M. Gutiérrez y José León Suárez (Los Polvorines).
Poder. La carrera de Ciencia Política (UBA) organiza hoy un debate sobre “ETA-IRA: juegos de poder en el territorio separatista”. A las 18.30, en Uruguay 1037, piso 1º.
Ingeniería. La Universidad de Palermo ofrece una nueva carrera en Ingeniería Informática. Informes: Mario Bravo 1302, 4963-1397/1178.
Masters. La UCES dicta charlas informativas sobre su oferta de masters. Informes: Paraguay

 

OPINION

Por José Luis Coraggio*

Libertad, educación y economía

Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y difusión del pensamiento sin censura previa. Pero esa libertad queda seriamente restringida bajo una amenaza continua, cuando nos dan a elegir entre hiperinflación o desempleo, cuando se nos pide que, en aras del “orden”, renunciemos a luchar por derechos fundamentales a la vez que se garantiza la seguridad jurídica de unos pocos.
Una causa de la involución argentina es el “pensamiento único”, que comenzó con la política económica de la dictadura y se prolonga hasta hoy día, subordinándonos a los representantes del gran capital financiero, que agota la capacidad de inversión del país, y pugna por exprimirlo al máximo en los plazos más cortos posibles, antes de que esto se vuelva ingobernable, volviéndolo así ingobernable.
Ya traspasamos límites vitales y morales, pero nos acercamos al límite de la viabilidad económica, pues no se puede crecer sin otra distribución del ingreso, sin otros límites al monopolio. Pero nos exigen empecinadamente que la sociedad siga degradándose para alimentar al capital financiero. Y como la evasión fiscal sigue impune, para cubrir el déficit y pagar la deuda se pretende reducir al mínimo el gasto social. FIEL ha iniciado otra ofensiva para arancelar la educación universitaria, pretendiendo reducir el presupuesto universitario en 800 millones de dólares. Afirma que hay inequidad en el país porque el 40 por ciento de los estudiantes sería de clase media y no paga. Así se oculta que la inequidad está en un sistema fiscal regresivo, en la impunidad de la evasión de los más ricos. Se niega el papel de integrador social de una universidad pública en la que deben encontrarse las diversas clases sociales, evitando profundizar la fragmentación social. Lo que pretenden es una universidad pública pobre para los pobres. Nada dicen de nuestros bajos indicadores de inversión en educación con respecto del Norte y otros países del Sur.
Los gobernantes están solos o mal acompañados y eso los vuelve extremadamente vulnerables a las presiones, aunque sea en contra de sus mejores intenciones. Es preciso fortalecer la relación democrática entre representantes y representados. Y eso exige una esfera pública donde sea posible discutir todo.
Pensemos cómo salimos de esta situación en que se ha puesto a la sociedad y al sistema político argentino. Discutamos libremente. Superemos la vertiginosidad de la noticia y el anuncio y demos lugar al diálogo razonado. La amenaza de otra crisis futura no puede preocupar a la mayoría de los argentinos que ya viven en una crisis permanente y profunda. La fuga de muchos científicos, profesionales, empresarios y trabajadores con espíritu de emprendimiento ya se está dando y será permanente. El acceso libre a la educación pública en un país que activa sus capacidades productivas es condición para entrar con eficiencia y equidad en la tan mentada sociedad del conocimiento.
Sin disposición al riesgo no hay desarrollo posible. Recuperemos el derecho a imaginar otro futuro. Opinemos responsable y públicamente. Recursos hay, pero están mal distribuidos. ¿Falta la disposición a aceptar el desafío? Entonces esperemos pragmáticamente más de lo mismo, o peor. ¡Y sálvese quien pueda!

* Rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

 

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