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LOS DIPUTADOS ALIANCISTAS SIN CATARSIS ANTE EL PRESIDENTE
“Fue como un coitus interruptus”

Fueron convocados a Olivos. Machinea dio un discurso apocalíptico. A la hora de las preguntas, Presidente y ministro se fueron.

Alessandro, Machinea y De la Rúa, entre otros, compartieron la misma mesa en la quinta de Olivos.

Por José Natanson

La reunión fue pensada como un gesto de contención política: Fernando de la Rúa y José Luis Machinea explicarían a los diputados de la Alianza las nuevas medidas económicas, y después escucharían las dudas y planteos de los legisladores. Sin embargo, una vez que terminaron sus discursos, el Presidente y el ministro abandonaron el cónclave. Conclusión: los diputados se quedaron sin su catarsis. “Fue como un coitus interruptus”, definió anoche a Página/12 un encumbrado legislador del Frepaso.
La reunión, convocada desde hace un par de días, se había planeado como una continuación de las del fin de semana. Hubo un sutil cambio de tono por parte de un grupo importante de diputados, especialmente del Frepaso, en los últimos días. El sábado, un día después del anuncio del paquete económico, los diputados aliancistas se reunieron con el Presidente y un puñado de ministros, también en Olivos. En aquella oportunidad, el bloque dio su apoyo a De la Rúa y a las nuevas medidas.
Sin embargo, el lunes por la noche algunos legisladores del Frepaso ponían objeciones puntuales al paquete y planteaban la necesidad de incluir un aumento del gasto social en el nuevo Presupuesto. Una idea que se fue extendiendo a otros legisladores frepasistas, que repitieron el planteo ayer, antes de ingresar a Olivos.
Una vez que llegaron –algunos en sus autos, la mayoría en dos micros que partieron del Congreso–, los diputados se mezclaron en las mesas con los ministros. En la mesa principal se ubicaron De la Rúa, Machinea, Darío Alessandro, la bella diputada Beatriz Nofal y María América González, legisladora del Frepaso experta en temas previsionales, quien el Presidente ubicó a su lado para conversar sobre sus cuestionamientos a la reforma del sistema jubilatorio.
El encuentro comenzó con una breve introducción de Alessandro. Después habló Machinea. Mientras los legisladores escuchaban atentos, el funcionario dijo que el contexto internacional es “totalmente adverso” y -otra vez– habló de la pesada carga heredada del menemismo. Siguiendo la línea trazada por Chrystian Colombo, Machinea dramatizó la situación que llevó al Gobierno a apurar las nuevas reformas económicas.
El razonamiento es el siguiente: antes de los anuncios, la economía se encontraba en una situación de extrema gravedad, con una tasa que se había disparado del 13 al 16 por ciento. Según sostuvo el ministro, el paquete de medidas fue la condición para conseguir el blindaje financiero dispuesto por los organismos internacionales, lo que a su vez constituye la única seguridad para evitar un crac económico. “Si no, entrábamos en cesación de pagos. Estábamos al borde del abismo”, dijo el funcionario, según relataron a este diario tres fuentes que participaron de la reunión. Cuando el titular de Hacienda concluyó su discurso, comenzó la explicación de De la Rúa. “Estamos bajo el fuego cruzado: por un lado están los que piden recortar gastos y por otro los que nos piden más fondos”, señaló el Presidente. Finalmente, De la Rúa anticipó que el nuevo presupuesto, que terminará de definirse después del acuerdo con los gobernadores, contemplará un aumento del gasto social, algo que los frepasistas evaluaban después como un triunfo.
Los diputados esperaban que el Presidente terminara su discurso para formular preguntas y discutir algunos temas puntuales. Pero se quedaron con las ganas. Cuando concluyó su intervención, De la Rúa se excusó con el clásico “compromiso impostergable” y abandonó el encuentro. “Por lo menos queda Machinea”, dijeron algunos diputados. El ministro empezó a responder algunas preguntas, pero a los pocos minutos un asistente le alcanzó su teléfono celular. El argumento de Machinea para abandonar la reunión fue que Colombo lo había convocado a la Jefatura de Gabinete, en donde discutía con los gobernadores justicialistas. Sin embargo, al cierre de esta edición el ministro de Economía no había aparecido en el encuentro con los mandatarios peronistas. Sin De la Rúa y sin Machinea, la reunión de Olivos se fue disolviendo, lo que puso bastante nerviosos a algunos diputados. “¿Qué compromiso impostergable puede tener De la Rúa que sea más importante que discutir la situación económica?”, se lamentaba un diputado radical, enojado por la falta de contención política por parte del Gobierno. Aunque habrá una próxima reunión el jueves, las críticas aumentaban entre los frepasistas. “Sabemos que la situación es complicada, pero tampoco vamos a votar a ciegas. Por lo menos que nos expliquen de qué se trata”, se quejaba un legislador cercano a Chacho Alvarez.
A pesar de las críticas, la mayoría aseguraba que el respaldo de la bancada aliancista sigue firme. “No podemos plantear muchas demandas, ni ponernos difíciles, porque entonces el peronismo va a aprovechar para pedir cualquier cosa”, decía un diputado. Y al final, como viene ocurriendo últimamente, Alessandro tuvo que volver a hacer un esfuerzo para sintetizar las molestias de los diputados con las necesidades del Gobierno. “Las diferencias circunstanciales no ponen en riesgo la unidad política”, dijo cuando concluyó el encuentro.

 


 

EL SILENCIO DE CHACHO DESPUES DE SUS VACACIONES
Sin palabras ni movimiento

Por Eduardo Tagliaferro

Aunque algunos frepasistas afirman que se debe “respetar el silencio al que se llamó Chacho”, la gran mayoría frentista espera con más ansiedad que realismo una opinión de su líder. A dos días de haber retornado al país luego de sus minivacaciones en la playa brasileña de Buzios, Carlos Alvarez mantiene el bajo perfil que asumió luego de su renuncia a la vicepresidencia.
El lunes, Chacho pasó fugazmente por la Casa del Frente y mantuvo una breve reunión con tres de sus principales laderos en la Cámara de Diputados, Darío Alessandro, Juan Pablo Cafiero y José Vitar. Las críticas del Frepaso a las últimas medidas económicas y al Presupuesto 2001 están llamadas a ser la nueva interna que deberá enfrentar la Alianza.
El camino que Chacho pensaba transitar con el Movimiento Participación Ciudadana se fue desdibujando de la mano de su largo silencio y de sus indefiniciones sobre el conflicto económico, político y social que sobrelleva el Gobierno. Previsto originalmente para el 25 de este mes, el lanzamiento público del movimiento chachista se postergó sin fecha.
“Hasta ahora, Chacho eligió el silencio para que sus dichos no generen una movida económica que dañe al Gobierno”, comentan sus allegados, que igualmente afirman que esa estrategia no se sostiene más. “Está obligado a romper su silencio porque luego de las últimas medidas económicas su actitud puede ser malinterpretada”, afirman.
Antes de ingresar en la quinta presidencial de Olivos, Rafael Flores y Eduardo Macalusse, dos de los diputados frentistas que iban a entrevistarse con Fernando de la Rúa (ver aparte), sostuvieron su negativa a votar el presupuesto del año que viene. “Este no va a ser el último ajuste”, afirmó Macalusse a Página/12. “Chacho nos pidió prudencia y vamos a ser prudentes aunque contundentes”, sostuvo. El Frepaso reclama 400 millones para la ayuda social. Básicamente para programas de empleo y nutricionales. El “blindaje financiero” que el FMI otorgaría al Gobierno, afirman los frepasistas, permitiría ser más flexibles con el déficit fiscal y, por lo tanto, destinar los 400 millones para programas sociales.

 

 

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