Por Suzanne Goldenberg
*
Desde Neguhot, Cisjordania
Las tropas israelíes
desplegaron barricadas de concreto y de alambres de púa en Cisjordania
ayer, iniciando la batalla con los palestinos por el control de los caminos
principales. Un días después de que cuatro judíos
fueran muertos por disparos mientras pasaban por la ruta, Israel teme
que sus rutas de alta seguridad se conviertan en una zona de matanza para
las tropas y los colonos judíos en Cisjordania y Gaza. El viceprimer
ministro de Israel, Binyamin Ben Eliezer, la llamó ayer la campaña
del camino de la muerte de los palestinos. En toda Cisjordania
se erigieron o se fortificaron nuevas barricadas, cerrando el círculo
de acero impuesto a las ciudades palestinas desde que comenzó el
conflicto hace siete semanas. El jefe del ejército de Israel, Shaul
Mofaz, admitió ayer que Cisjordania no podía sellarse herméticamente.
En cambio, el cierre está destinado a afectar la economía
palestina y podría resultar más penoso si el ejército
pone en práctica una propuesta para un toque de queda parcial contra
los automóviles con placas palestinas.
Cuatro palestinos murieron ayer por disparos de soldados israelíes,
un número de muertes casi rutinario durante estas semanas de derramamiento
de sangre. Pero hoy podría haber una brusca escalada en la violencia.
Los palestinos están preparados a confrontar el cierre después
de que la organización Fatah de Yasser Arafat instó al pueblo
a echar a los soldados y colonos israelíes fuera de Cisjordania
en el 12º aniversario de una simbólica declaración
de independencia. Fatah apeló a todo el pueblo para que evitara
que las fuerzas de ocupación y los colonos entraran a áreas
palestinas, decía una declaración publicada ayer en
los diarios palestinos. Será un día de desafío
entre la voluntad del pueblo y la voluntad de la ocupación fuertemente
armada.
En Neguhot, un asentamiento de la línea dura al oeste de Hebrón
lleno de soldados israelíes detrás de alambres de púa
y portones eléctricos amarillos, 13 familias judías han
estado acorraladas durante meses por la hostilidad palestina local. Con
anterioridad a este año, un trecho de cinco kilómetros del
camino principal hacia el asentamiento fue transferido al control palestino
total, bajo el ahora comatoso proceso de paz. Cuando surgió la
violencia hace siete semanas, el camino ya una ruta riesgosa para
los colonos por las esporádicas pedradas se convirtió
en área de acceso prohibido. Desde lo alto de esta colina a 770
metros, los colonos pueden ver las luces de Tel Aviv. Pero si quieren
viajar a los asentamientos judíos más cercanos, a unas pocas
millas, deben ir por un circuito que les lleva casi dos horas. El
problema con el camino es que el ejército no gobierna ahí.
Está en manos de los palestinos, y el ejército dice que
si pasamos por ahí nos pueden disparar, señala el
secretario de Neguhot, Yigael Leibner.
Un ex teniente del ejército, Leibner, era uno de los colonos fundadores
de Neguhot hace aproximadamente tres años y cree fervientemente
que los puestos ocupados por unos 200.000 judíos en Cisjordania
y Gaza son vitales para los intereses de Israel. Donde hay asentamientos,
hay seguridad dice. El ejército se ocupa más
y los colonos ayudan a mantener los caminos viables.
Esto no es como lo ven los palestinos, que consideran que los asentamientos
son un símbolo de la ocupación; ni es la interpretación
de los israelíes liberales, que creen que son el mayor obstáculo
para la paz. El lunes, el movimiento israelí Paz Ahora lanzó
una campaña de alto perfil, exhortando al primer ministro Ehud
Barak a parar la expansión de los asentamientos en Cisjordania.
La construcción de asentamientos y la apertura de caminos
que llevan a ellos es un acto provocativo... que llama a una innecesaria
respuesta violenta, dijo Paz Ahora.
Muchos colonos consideran su presencia en Cisjordania como un derecho
de nacimiento bíblico; aquellos que se oponen a ellos se han apartado
de la verdadera misión sionista. Leibner cree que los palestinos
deberían irse,que su emigración debe ser alentada, y que
los colonos deben permanecer aunque la situación sea difícil.
Cada ataque árabe debería contestarse con la formación
de un nuevo asentamiento judío, otra casa judía, y otro
chico judío, dijo. No creo que podamos ganar esta batalla.
La solución a largo plazo no es el ejército, es enterrar
nuestro pies más profundamente en la tierra.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
CUATRO
MUERTOS POR QUERER VOTAR
Democracia a la egipcia
Cuatro personas murieron el
martes en Egipto en el transcurso de unos incidentes registrados entre
las fuerzas de seguridad y electores islamistas que pretendían
participar en la última ronda de las elecciones legislativas. Con
éstas se eleva ya a 14 el número de muertos en estos comicios
que se iniciaron el pasado 18 de octubre y que se han desarrollado en
tres sucesivas fases a lo largo de las cuatro últimas semanas.
Los incidentes de ayer se produjeron en dos diferentes zonas del norte
de El Cairo cuando un grupo de electores islamistas trató de acercarse
a las oficinas de voto, desafiando de esta manera las maniobras del gobierno,
que en las últimas semanas ha impedido por la fuerza a la oposición
fundamentalista participar en los comicios y había dado a la policía
órdenes tajantes al respecto. En el tiroteo se murieron tres adultos
y un muchacho de 14 años y resultaron asimismo heridas cinco personas.
La represión policial ejercida por las fuerzas de seguridad contra
los militantes y dirigentes islamistas de la oposición permitirá
al partido gubernamental de Hosni Mubarak, Partido Nacional Democrático,
convertirse en el triunfador en solitario de estas elecciones. En las
tres primeras fases de las votaciones, el PND había copando ya
las cuatro quintas partes de los escaños, es decir 256 diputados
sobre los 319 puestos en juego. El partido de Mubarak redondeará
sin ninguna duda el triunfo con las votaciones de ayer en las que se encontraban
en liza los puestos restantes, hasta configurar una cámara de 444
elegidos, a los que se suman otros diez diputados designados por el presidente.
A pesar de las presiones policiales los islamistas confiaban ayer en lograr
más de 20 escaños en el futuro parlamento, al que vuelven
después de una década de ausencia. Los islamistas se han
visto obligados a presentarse a estos comicios con la etiqueta de independientes,
tras la cual se esconde en la mayoría de las ocasiones miembros
de la organización Hermanos Musulmanes, cuyas actividades se encuentran
toleradas aunque el partido está prohibido.
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