El mercado financiero envía
señales contradictorias para el humor de José Luis Machinea.
Las acciones bajaron ayer 1,2 por ciento, pero una calificadora de riesgo
afirmó que, por ahora, no hay razones para disminuir la nota a
Argentina. Los bancos pidieron una tasa alta para refinanciar deuda en
una jornada que los títulos públicos siguieron recuperando
terreno hasta 1,1 por ciento. La evaluadora Standard & Poors
redujo la calificación de cinco bancos, al tiempo que la Reserva
Federal mantuvo sin modificaciones la tasa de interés en el 6,5
por ciento anual dando un respiro a los denominados mercados emergentes,
entre ellos el argentino. En ese mundo de opuestos, con una nueva baja
del riesgo país de 34 puntos básicos (PB) para concluir
en 829, Machinea recibió otra vez el respaldo del ex ministro menemista
Domingo Cavallo, quien descalificó a S&P.
Las calificadoras de riesgo nunca entendieron cómo funciona
la economía argentina y por eso las más de las veces se
han equivocado, dijo Cavallo, descartando así la trascendencia
del informe sobre la Argentina realizado por Standard & Poors.
Lo que sucede es que las agencias tienen una visión muy crítica
de la rigidez que implica un sistema cambiario como la Convertibilidad,
destacando en sus evaluaciones la dificultad que tiene una economía
para crecer con un tipo de cambio fijo. Esas observaciones también
fueron padecidas por Cavallo cuando estaba al frente del Palacio de Hacienda,
lo que explica su reacción actual.
Pero los apoyos de Cavallo como de varios bancos de inversión que
consigue el equipo económico los rifa rápidamente convalidando
tasas de interés elevadísimas al renovar deuda. Pese a que
ya está casi cerrado el rescate financiero que asegurará
el repago de la deuda, los bancos reclamaron una tasa en línea
con la pagada por Economía en la última licitación
de Letes, en el peor momento de la crisis. Y Economía la aceptó:
Hacienda tomó 100 millones de dólares de la plaza local
mediante la colocación de un Pagaré-Bono, a 21 meses, a
una tasa del 13,4 por ciento anual.
Más sorprendente es que Daniel Marx, el secretario de Finanzas,
definiera ese costo luego de pactarlo con varias entidades extranjeras.
Como no podía ser de otra manera, se empinó la tasa del
call, al pactarse en el 11 por ciento en pesos y hasta el 8 por ciento
en dólares.
Entre tantos tropiezos financieros, Machinea pudo mostrar ayer que otras
calificadoras no son tan drásticas como S&P. La agencia de
riesgo internacional Fitch-Ibca aseguró que por ahora no cambiará
sus notas de BB para las obligaciones argentinas en moneda extranjera,
y de BB+ a los pasivos en pesos. La Argentina puede evitar una reducción
de sus calificaciones soberanas, que recibieron un panorama negativo el
20 de setiembre último, si las recientes medidas económicas
y el paquete del Fondo Monetario restauran la confianza, indicó
la calificadora. A modo de justificación, Fitch-Ibca sostuvo que
teniendo en cuenta el éxito que ha tenido hasta la fecha
el programa financiero del gobierno, con un financiamiento anticipado
de 1800 millones de dólares, el país ya no necesita este
año más fondos. Sin embargo, advierte que la Argentina
enfrenta en el primer trimestre del año próximo amortizaciones
de la deuda por 4600 millones de dólares y un déficit probable
de entre 1,5 y 2 mil millones. Si su acceso a los mercados de capital
no se normaliza en los próximos meses, el valor del crédito
soberano puede sufrir, estimó, dejando abierta la duda sobre
la suerte del reciente paquete lanzado por Machinea.
ENRIQUE
MARTINEZ PRESENTA EL PLAN PARA EL SECTOR
Un ombudsman para las pymes
El secretario de Pequeña
y Mediana Empresa, Enrique Martínez, anunciará hoy su plan
para el sector, que incluye medidas de protección ante las importaciones
ilegales, créditos para capacitación y políticas
de reinserción en el circuito formal para las que operan en negro,
entre otras. En sus propias palabras, piensa en convertirse en un ombudsman
de las pequeñas y medianas empresas, incluso frente a los abusos
de los organismos estatales, las grandes empresas y los bancos.
Martínez promueve, además, la aprobación en el Congreso
de un proyecto de contribuyente eventual, para que los trabajadores
autónomos paguen impuestos y aportes previsionales sólo
cuando facturen. Y espera poder coordinar en las próximas semanas
con los ministerios de Trabajo, Interior y Desarrollo Social un componente
productivo a los planes de asistencia orientadas a las regiones
del país al borde del estallido social.
El frepasista Enrique Martínez era hasta la semana pasada uno de
los diputados de la Alianza más críticos de la política
económica del ministro José Luis Machinea. Alineado en la
Cámara con diputadas contestatarias como Elisa Carrió y
Alicia Castro, rechazó cada una de las medidas de ajuste fiscal
implementadas durante este año. Sin embargo, aceptó ingresar
al equipo económico justo en el peor momento, cuando muchos de
los colaboradores de Machinea se piensan más cerca de volver al
sector privado que otra cosa. En momentos como éstos hay
que poner el hombro, asegura. Y dice que llega a Economía
para aportar las ideas productivas que estuvieron ausentes durante
todo este tiempo.
Después de las idas y venidas del Gobierno en materia de anuncios
para PyMEs, Martínez promete que esta vez va en serio.
E incluyó en la agenda de medidas que dará a conocer hoy
las siguientes:
Desarrollo de proveedores:
En la actualidad hay un solo programa, que es el del desarrollo
de proveedores de Siderar. Nosotros vamos a desarrollar nuevos en sectores
como maíz, textiles, aluminio y línea blanca, entre otros,
afirmó Martínez.
Protección PyMEs: Crearemos
el área de protección de PyMEs, que es el que va a recibir
denuncias sobre situaciones que legalmente debieran estar cubiertas y
que no se cumplen, desde ilícitos aduaneros hasta violaciones al
compre nacional o abusos crediticios.
Trámites: Habrá
ventanilla única para las PyMEs para simplificar todo
tipo de trámites, ya sean fiscales, comerciales o crediticios.
Martínez asegura que será interlocutor de las
empresas que están en la economía informal, es decir,
en negro, para que puedan articularse al sistema productivo.
Contribuyente eventual: La
idea es que pagarán un impuesto único que incluye el aporte
previsional los trabajadores autónomos sólo cuando facturen.
Así, deberán comprar la factura en la DGI, pagando un 12%
por ciento de su valor, que será tomado como pago del impuesto.
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