Por David Cufré
La crisis social se tiene
que distender con la reactivación. Si para abril la economía
sigue estancada, van a estar realmente mal. La sombría advertencia
fue confesada a Página/12 por una alta fuente del Fondo Monetario
Internacional. El crédito de blindaje es la última
participación (del organismo) en auxilio de la Argentina. La economía
reacciona con el préstamo o no tendrán más alternativa
que hacer cosas realmente difíciles, como bajar el déficit
fiscal a cualquier costo para tranquilizar a los mercados, agregó.
Las máximas autoridades del FMI observan con marcada preocupación
la situación económica y social argentina. Confían
en que los 14 mil millones de dólares que aportarán al paquete
de salvataje que alcanzará los 25 mil millones serán
suficientes para que la crisis financiera quede superada. Pero las certezas
desaparecen a la hora de pronosticar el final de la recesión. Y
los tecnócratas del Fondo no se anima a opinar sobre cómo
evolucionará el conflicto social.
El director gerente del organismo, Horst Koehler, se interesó especialmente
en el caso argentino. Se trata del primer desafío que
afronta desde que llegó a la conducción del FMI luego de
reemplazar a Michel Camdessus. Su responsabilidad es evitar que la economía
convertible estalle en mil pedazos. De lo contrario, teme que el descalabro
pueda extenderse a otros países emergentes de la región,
como Brasil, y detonar una crisis internacional. De allí que el
organismo esté dispuesto a participar con 14 mil millones de dólares
en el préstamo de rescate financiero, que con la participación
de otros actores alcanzará a 25 mil millones. Claro que el FMI
lo hará a condición de que el Gobierno cumpla con una serie
de condicionalidades, expresadas en el paquete de medidas anunciada el
viernes por Fernando de la Rúa. Entre las iniciativas más
importantes se encuentra la desaparición del régimen previsional
estatal y el congelamiento del gasto público nacional y provincial
por cinco años.
Además del Fondo, se sumarán a la operación rescate
las siguientes instituciones:
El Banco Mundial, que aportaría
4 mil millones de dólares.
El Banco Interamericano de
Desarrollo, que ya acordó un préstamo de mil millones, pero
el Gobierno procura llevarlo a dos mil millones.
Un grupo de doce bancos, entre
ellos el Citibank, Merrill Lynch, Chase Manhattan y los españoles
Santander-Central Hispano y Bilbao Vizcaya Argentaria, que en total prestarían
4500 millones.
Las AFJP, que se anotarían
con 2500 millones.
En total, sumaría entre 25 y 27 mil millones de dólares.
En el FMI no hay antecedentes de semejante auxilio financiero para un
país que no entró en crisis abierta, como sería la
cesación de pagos de la deuda o la devaluación, como fueron
los casos de México, Corea, Rusia y Corea. El organismo resolvió
otorgar el crédito para adelantarse a los acontecimientos y porque
considera que el Gobierno perdió la confianza entre los inversores
extranjeros, lo que llevaba al estrangulamiento financiero. Pero también
decidió salir en ayuda para que el país pueda superar una
recesión de dos años y medio, que todos los esfuerzos fiscales
de José Luis Machinea no lograron revertir. Sin embargo, en el
organismo persisten las dudas sobre si la reactivación finalmente
llegará. Más que a Machinea, diría que al país
le quedan cinco o seis meses para salir del estancamiento. Si las tasas
de interés no bajan con el crédito de blindaje, la situación
se pondrá muy mal, alertó un alto ejecutivo del Fondo
en diálogo con este diario. Acá todos creen que el
préstamo será suficiente, pero el temor no desapareció,
reveló.
Al igual que Machinea, en el FMI no alcanzan a comprender cómo
todas las señales de disciplina fiscal que envió el Gobierno
fracasaron para ganar la confianza de los mercados. Y en esa lógica,
no se produjo el ingreso de capitales que debía acelerar el crecimiento.
Pero lejos de admitir que la receta fracasó, tanto Machinea como
el Fondo insisten en redoblar laapuesta, con medidas como el congelamiento
del gasto público y la supresión de la PBU (Prestación
Básica Universal).
El préstamo cierra el riesgo de default (cesación
de pagos de la deuda), pero no el riesgo político y social. Hay
que ver qué pasa en la Alianza y, más importante, si los
empresarios y ciudadanos se animan a invertir y consumir, analizó
el informante del FMI. No estamos hablando del largo plazo. Diría
que después del verano, para abril, tiene que haber signos fuertes
de reactivación, porque si no la economía puede estallar
por el pesimismo social, completó.
Mientras se espera para ver qué ocurre con esas cuestiones estructurales,
el Gobierno recibe constantes gestos de apoyo. El presidente del BID,
Enrique Iglesias, emitió ayer un comunicado en el que expresó
que la Argentina está dando los pasos necesarios para fortalecer
la confianza en su economía, al demostrar gran madurez
política. Por todo ello, se ganó el respaldo del organismo
(ver aparte). En tanto, el canciller alemán, Gerhard Schroeder,
se comunicó ayer con Fernando de la Rúa para manifestarle
su satisfacción por el paquete de medidas anunciado el último
viernes. Como si fuera una muletilla diplomática, la máxima
autoridad política de Alemania dijo que la Argentina está
en el camino correcto y que puede contar con el apoyo de Alemania
en las gestiones ante los organismos financieros internacionales.
Desde el viernes, De la Rúa recibió manifestaciones de confianza
de Bill Clinton, José María Aznar, Fernando Henrique Cardoso
y Massimo DAlema. El subdirector gerente del FMI, Stanley Fischer,
también se refirió ayer a la negociación con Argentina.
Señaló que el acuerdo financiero con el organismo estará
cerrado hacia fines de mes. Sin embargo, el paquete dependerá
de que el presidente De la Rúa alcance un acuerdo con las provincias
para la implementación de las reformas anunciadas la semana pasada,
advirtió. En el contexto de las duras negociaciones con los gobernadores,
esa declaración le sirve al gobierno nacional para presionar con
más fuerza a las provincias.
La hermana Teresa
Mañana llegará a Buenos Aires la auditora del FMI para
Argentina, Teresa Ter Minassian. Los puntos que quedan por resolver son
esencialmente técnicos, ya que las condicionalidades importantes
del convenio están cerradas. Las conforman los últimos anuncios
del Gobierno. Pero entre los aspectos técnicos aún restan
varios puntos. Uno de ellos es qué porcentaje de los 14 mil millones
será una ampliación del stand-by vigente y qué parte
llegará mediante las Facilidades de Reserva Suplementarias. Desde
su creación, esta última línea se utilizó
sólo en dos oportunidades: ante las crisis de Corea y Brasil. Es
un crédito que se dispuso para situaciones de máxima gravedad
y que no tiene límites. Su tasa de interés es del 9 por
ciento anual y la exigencia de repago es de dos años. En cambio,
por el stand-by se debe asumir una tasa del 5,8 por ciento y se repaga
en cinco años. Pero el máximo de desembolsos está
atado a la cuota que el país aporta el FMI. Como es obvio, la Argentina
pretende estirar al máximo su acceso al stand-by. Esto es lo que
habrá que negociar.
Otro punto que exigirá el FMI es que haya desembolsos en efectivo.
En el acuerdo vigente, el Gobierno decidió dejar el préstamo
como contingente, para ser utilizado ante una crisis. Pero ahora que la
crisis llegó, el Gobierno no puede disponer de los 2000 millones
de dólares que tiene habilitados porque los inversores creerían
que el país está totalmente asfixiado. Para evitar que esa
situación se repita, el FMI quiere que el Gobierno use ya mismo
parte del nuevo préstamo. Toda la estrategia busca salvar a la
economía argentina de sucumbir ante una violenta crisis financiera.
El BID también
da su apoyo
El titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique
Iglesias, sostuvo que la Argentina está dando los pasos
necesarios para fortalecer la confianza en su economía,
y solicitó a los otros organismos multilaterales de crédito
hacerse presentes para apoyar al Gobierno con la asistencia
financiera necesaria. En un comunicado difundido ayer en Washington,
el uruguayo Iglesias destacó la gran madurez política
de los gobernadores provinciales, que entablan un diálogo
constructivo con las autoridades nacionales, en referencia
a las negociaciones por un acuerdo fiscal de congelamiento de gastos
por los próximos cinco años. Según el titular
del BID, Argentina continúa siendo consistente y persistente
en la austeridad fiscal, en tanto que argumenta que la economía
se ha visto perturbada por factores externos fuera de su control.
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El maquillaje
provincial
El diputado de Acción por la República Jorge Baldrich,
uno de los hombres de confianza de Domingo Cavallo cuando estaba
al frente del Ministerio de Economía, aseguró que
el blindaje financiero carece de motor para impulsar la economía
a superar la actual pendiente recesiva. Según Baldrich,
ex subsecretario de Relaciones Fiscales con las Provincias cuando
Cavallo era ministro, existen contradicciones dentro del propio
oficialismo a la hora de encarar los lineamientos del Presupuesto
2001. En cuanto al acuerdo Nación-Provincias, el diputados
de Acción por la República afirma que se pretende
acordar límites a los niveles de gasto primario de las provincias
cuando, en realidad, no existen estadísticas confiables para
el seguimiento de esta meta. Es más, varias provincias han
comenzado a maquillar sus déficit mediante la exclusión
de los gastos de capital de las cuentas presupuestarias bajo el
pretexto de canalizar la inversión a través de fondos
fiduciarios de obras públicas, explica Baldrich. Curiosamente,
este mecanismo de crear fondos extrapresupuestarios fue inventado
a nivel nacional por el propio Cavallo, cuando en sus épocas
de ministro se las ingeniaba para burlar la estricta marca del Fondo
Monetario, siempre exigente para que el Gobierno realizara un mayor
ajuste fiscal.
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PARA
BRODA, CON BLINDAJE EXITOSO HAY REACTIVACION
Con armadura se puede salir
El consultor Miguel
Angel Broda pronosticó que si el blindaje financiero tiene
éxito y vuelven a tranquilizarse los mercados para Argentina,
en el segundo trimestre del año próximo la economía
comenzará a reactivarse. Por el momento, lo único
que se puede hacer es evitar que la actividad productiva siga cayendo
más, afirmó. Las previsiones de Broda van en línea
con la demanda de los bancos inversores y tenedores de títulos
de la deuda: primero garantizar el pago de los compromisos financieros,
y después esperar que la recuperación de la economía
real llegue por el efecto confianza en los mercados.
Aquí no hay magia, el problema básico es que para
crecer hay que restaurar la credibilidad e invertir. Vivimos un momento
de alto riesgo, con dudas sobre los anuncios que se hicieron hace pocos
días y entonces es evidente que no hay un marco adecuado para empezar
a crecer, aseguró Broda, reiterando una fórmula vastamente
conocida.
Para el consultor de la city, si el blindaje financiero que
recibirá el Gobierno tiene éxito, y podemos volver
a colocar deuda en los mercados internacionales en menos de dos o tres
meses, a partir del segundo trimestre de 2001 empezará la reactivación.
Según Broda, el Presidente podría haber tomado medidas
más audaces para ganar credibilidad, siempre tendiendo a
satisfacer el interés de los mercados especulativos, según
su óptica. Recién entre el miércoles y el jueves
de la semana pasada, (De la Rúa) tomó conciencia de que
el riesgo país subió 300 puntos, que no tenemos crédito
y que caminábamos hacia un desenlace gravísimo, señaló.
Para la economía real, en cambio, los síntomas favorables
están aún lejos de percibirse. La encuesta cualitativa que
realizó el Indec entre empresarios, cuyos resultados acompañaron
la difusión de los resultados del Estimador Mensual Industrial,
evidencia que todavía no surgen señales claras de recuperación.
Los resultados son los siguientes:
El 64 por ciento de los consultados
no espera cambios en las ventas al mercado interno en los próximos
meses, mientras que el 18,7 por ciento consideró que subirá
y el 17,2 por ciento prevé una disminución.
El 71,7 por ciento supone que
no variarán sus exportaciones, el 11,7 por ciento espera una caída
de sus ventas externas, al tiempo que sólo el 16,6 por ciento augura
un aumento.
Respecto al nivel de importaciones,
sólo el 5 por ciento dijo que crecerán sus compras en el
exterior, el 81,7 por ciento indicó que se mantendrán en
los mismos niveles de octubre y el 13,3 por ciento señaló
que bajarán.
En el Ministerio de Economía atribuyen los pésimos resultados
de la actividad industrial en octubre al ruido político
derivado de la crisis de la Alianza. Sin embargo, los datos de ese mes
no reflejaron el impacto de la suba de las tasas de interés sobre
la economía real. Así las cosas, las cifras de noviembre
no deberían ser mejores.
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