Con el Chino fuera
de Perú, la disciplina de su gabinete parece aflojarse rápidamente.
Un día después de que el ministro de Economía, Carlos
Boloña, disparara que con la sostenida crisis se achican
las posibilidades de que Alberto Fujimori pueda cumplir su mandato acortado
hasta julio, el primer ministro Federico Salas remató ayer que
el escenario político está tan inestable que no descartaría
absolutamente nada en este momento. En el país donde todo
parece posible, la oposición podría quedarse hoy con la
presidencia del Congreso después de que el lunes lograra sacar
del medio a la autoritaria Martha Hildebrandt. En un hipotético
escenario, el elegido quedaría a cargo interinamente del Ejecutivo
si se cumplen las oscuras predicciones sobre la caída del Chino
antes de julio y si el vicepresidente, Ricardo Márquez, no logra
sostenerse como un digno reemplazante fujimorista.
Tal vez con esa remota posibilidad en vista, todos los partidos opositores
se unieron ayer alrededor de la candidatura a la presidencia del Congreso
de Valentín Paniagua, que quedó como el favorito para vencer
al oficialista Ricardo Marcenaro. A pesar de pertenecer a una de las bancadas
más chicas (del partido centro-derechista Acción Popular),
sus posibilidades se duplicaron después de que Perú 2000
decidiera presentar a Mercenaro, un ultrarradical del fujimorismo.
Es justamente en el Congreso donde podría prosperar una eventual
destitución de Fujimori en base a los pedidos para declarar vacante
la presidencia por incapacidad moral, una salida política
contemplada en la Constitución peruana. Por el momento, las solicitudes
en ese sentido fueron presentadas por un legislador opositor, por el Colegio
de Abogados de Lima y por el Foro Democrático (una organización
ligada al líder opositor Alejandro Toledo).
El vicepresidente Márquez presidente en funciones por el
sorpresivo viaje de Fujimori a Brunei y Panamá pareció
reconocer las posibilidades del triunfo opositor al asegurar que lo
importante es que haya un presidente del Congreso de consenso. Entonces,
agregó, lo que nos compete al Ejecutivo es seguir esa dirección
teniendo un primer ministro también de consenso. Las declaraciones
de Márquez, que apuntaban a dar salida a Federico Salas, se produjeron
después de que el primer ministro se sumara a las reservas sobre
la capacidad de Fujimori para mantenerse en el poder.
Entretanto, la misteriosa desaparición de Montesinos sigue dando
que hablar (y sospechar). El diario limeño La República
denunció ayer que Vladimiro estaría escondido en la residencia
reservada al comandante del Ejército ubicada dentro de un
gran complejo militar conocido como casa rosada, desde
donde mantiene fluido contacto con la cúpula (castrense).
El complejo incluye al Comando de Instrucción y Doctrina del Ejército,
a la División de Fuerzas Especiales y al desactivado Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN), manejado por Montesinos en los últimos
10 años. Allí vive aún el anterior jefe del Ejército,
general José Villanueva Ruesta (íntimo amigo del ex asesor
prófugo), sin que esté claro por qué no la entregó
a su sucesor, el general Walter Chacón. Las ventajas estratégicas
del lugar escogido no podrían ser más propicias, ya que
la residencia está rodeada de unidades de elite comandadas coincidentemente
en estos momentos por oficiales montesinistas, explica el diario.
Paralelamente, el juez Jorge Vargas Infante allanó una casa (con
especial atención al ropero) del antiguo amigo del Chino, donde
encontró 1500 camisas Christian Dior, decenas de sacos
de piel, decenas de camisas de seda, 15 pares de zapatos italianos
de piel de cocodrilo y seis relojes pulsera de oro macizo. Aún
no se sabe si encontró los recibos de sueldo de 370 dólares
mensuales por sus tareas como asesor del SIN.
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