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El Gobierno especula con acorralar a los rebeldes

El alto endeudamiento de la mayoría de las provincias les dejaría poco o ningún
margen para resistirse al pacto que les propone la Nación.

El gobernador de Chaco, el aliancista Angel Rozas, se sinceró.

Por Cledis Candelaresi

Si en forma aislada algún gobernador se negara a suscribir el acuerdo que anhela el poder central, igualmente estaría obligado a acatar lo que sí firmarán otros colegas. Esta presunción del gobierno nacional se funda en el hecho de que cualquier pacto tendrá el alcance general de una ley, ya que deberá ser ratificado por el Congreso con una mayoría especial. Con esta especulación, los funcionarios de la Nación abrieron ayer la ronda negociadora con los mandatarios justicialistas, a quienes intentaron persuadir con una salomónica fórmula para prorratear los 225 millones de pesos adicionales prometidos para gasto social. Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe estarían entre las principales beneficiadas.
A través del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, el Gobierno tiró sobre la mesa un mecanismo para repartir el dinero para planes alimentarios y de trabajo que, al menos en principio, ganó consenso. La mitad de los 225 millones se dividirían por la cantidad de provincias que existen, con lo cual a cada una le tocaría lo mismo. En tanto que la otra mitad se prorratearía sobre la base del índice de coparticipación de impuestos, que asigna a la provincia administrada por Carlos Ruckauf el 22 por ciento, secundada por las de José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann con un distante 8 por ciento cada una. De ahí en más, a todas les corresponde un índice menor.
Según explicó Colombo frente a los corresponsales extranjeros, también habría principio de acuerdo respecto del único resquicio admitido por la Nación para eludir el congelamiento del gasto primario hasta el 2005: éste podría aumentar en Educación, para acompañar el crecimiento vegetativo de la población. Los gobernadores, propios y opositores, admitirían armonizar las políticas tributarias, con el objetivo de que un municipio o provincia no pueda gravar con un impuesto lo que la Nación libera suprimiendo otro.
La estrategia oficial es nítida. Se trata de conquistar la voluntad de los gobernadores para allanar el camino en el Congreso, llave para concretar el paquetazo y conseguir el respaldo financiero del Fondo Monetario Internacional. Economía necesita dos aprobaciones inminentes. Una es la de las modificaciones al proyecto de Presupuesto Nacional, a tono con los últimos anuncios. Otra está referida al propio acuerdo a suscribir con los gobernadores, que tendrá el carácter de “ley convenio” y que también deberá ser avalada por las legislaturas provinciales.
Para esto es necesario reunir en el Parlamento dos tercios de las Cámaras, con lo cual la Nación se garantiza el apoyo íntegro de la oposición o la quiebra para que, eventualmente, el gobernador que se resista quede aislado y no pueda torcer la votación en el recinto. El gobierno especulaba con que la asfixia financiera de muchas provincias las induciría a firmar el pacto, desentendiéndose de la letra chica.
Según la información que bien maneja Jefatura de Gabinete, sólo Santa Cruz y San Luis –administradas por el PJ– tienen superávit fiscal y son financieramente independientes de la Nación. El resto tiene obligaciones millonarias, que no le permiten dar la espalda a José Luis Machinea. El gobernador del Chaco, el radical Angel Rozas, destacó públicamente esta situación. “Al menos 17 provincias no podríamos respirar sin el respaldo del gobierno nacional”, advirtió, para rematar con una fuerte acusación contra su colega santacruceño Néstor Kirchner. “Tiene despósitos en negro fuera del país. Es dinero recaudado por las regalías petroleras”, sentenció.

 


 

NEGOCIOS OCULTOS CON EL ANSES
La Rioja pone condiciones

La pugna entre el Poder Ejecutivo y los gobernadores tuvo ecos violentos en la ANSES. Sólo la intervención de Leonardo Aiello, secretario privado de Fernando de la Rúa, pudo evitar que un asesor de Rodolfo Campero, flamante titular del organismo, se trabara en lucha cuerpo a cuerpo con el tesorero del comité provincial del radicalismo. El motivo: la certeza del tesorero de que la ANSES se encuentra a punto de sucumbir a las presiones del gobernador riojano Angel Maza, quien sostiene que no rubricará el ansiado acuerdo propuesto por De la Rúa si se concreta la suspensión de las casi 8 mil jubilaciones que la ANSES considera “truchas”.
Los gritos destemplados rebotaron en el piso 5 de Córdoba al 700, donde está instalado el despacho del director ejecutivo de la ANSES. “Quieren seguir haciendo lo mismo que los otros”, escucharon bramar al tesorero Juan José Laxagueborde. El destinatario de la protesta era Mariano de los Heros, asesor de Campero. De los Heros respondió: “¿Y qué quiere? ¿Que no cumpla las órdenes?”. Laxagueborde, exasperado, se oponía a la continuidad del pago de las jubilaciones “truchas” detectadas en La Rioja y que Maza intenta canjear por su apoyo al paquete de medidas anunciadas por el Gobierno. El oportuno break de Aiello impidió las trompadas. Es que desde 1996, La Rioja ha sufrido un incremento sideral en el número de jubilados. La fecha no es casual: desde ese año, la nación se hizo cargo del pago de las jubilaciones que, sin embargo, continuó otorgando la caja provincial. Según los cálculos oficiales, serían 160 millones los que en ese período el Estado pagó indebidamente porque “era Tierra Santa”.

 

OPINION
Por Juan Carlos Dante Gullo *

Pasaporte a la ilusión

En todos estos años me dediqué a reivindicar con mucho ahínco el 17 de noviembre. Y en mérito a esta lucha, la militancia y el “Día de la Militancia”. Jornada, fecha, palabra que quizás dividía opiniones. Algunos por ideología, otros por razones políticas. En un gran segmento sonaba a “nostalgia”; a algunos les parecía extraño, como acaecido vaya a saber dónde. Muchos se fueron sumando a su recordación (algunos por oportunismo). El retorno de Perón y la instauración del “Día de la Militancia” hoy significa una fecha importantísima dentro del glosario peronista y esto es extensivo a otras prácticas políticas.
Para muchos de nosotros remarcar “la militancia” era, valga la redundancia, un pequeño acto militante. Pues significaba un rechazo y diferenciación al pensamiento único, al individualismo, al neoliberalismo, a las políticas de achicamiento y subordinación de la Patria y obviamente al comportamiento de la mayoría de una “dirigencia política” de espaldas al pueblo. Esta necesidad de ser distintos apoyados en valores inalterables nos permitía avanzar sin “pesos” hacia el futuro. Marcábamos nuestras presencias sin olvidar el pasado (reivindicando y preservando la memoria) y esto nos permitía seguir acariciando nuestra pertenencia: a la Argentina real, a las mayorías.
La Argentina del nuevo milenio abre su crisis a tantos interrogantes que impone un cambio vertiginoso y de hecho más a tono con la gravedad de la crisis. Se demuestra lo que significaron prácticas políticas colectivas y de luchas consecuentes; con el patrón predominante (en descenso y acelerado desgaste) “del vale todo”. Hay una manera de hacer política de ocasión que no sólo no tiene historia, sino que además lesiona y pone en crisis esta deformada actividad. El descreimiento acelerado hacia una dirigencia vacilante y mediocre es de tal magnitud que las enseñanzas del “actuar con convicción, ideas, conducta y correctamente –más allá del pasado y de la identidad– se nos hacen una referencia y un pasaporte a la ilusión.
La realidad está cambiando. Muchos buscan alternativas. La palabra militancia, sus prácticas, no son simples diferencias. Expresan profundas divisiones con respecto de la idea de Argentina, de país, de pueblo y sociedad. Es tan sólo por esto que machacamos con este tema y miramos hacia adelante recordando a los miles de chicas y chicos que hoy no están y ofrendaron sus vidas por una Argentina liberada. Ellos nos permiten seguir creyendo en la “política” o, mejor dicho, en la “militancia”.

* Dirigente peronista.

 

 

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