Por Raúl
Kollmann
Con una probabilidad del 99,99999997
por ciento, el niño Ramiro es hijo del cantante Rodrigo. Esto es
lo que indica el examen de ADN realizado por los profesionales del Banco
Nacional de Datos Genéticos, encabezados por la doctora Ana María
Di Lonardo. Con este dato, el niño se convierte en el único
heredero de la fortuna se calcula que unos siete millones de dólares
del ídolo de las bailantas. Las cosas igualmente no serán
tan sencillas: la madre del cantante piensa en disputarle una parte del
dinero que Rodrigo obtuvo en los últimos años, entre los
propios familiares del niño existe una pelea sórdida y,
para colmo, el ex representante de Rodrigo, José Luis Gozalo, no
ha entregado aún ni un peso de las ganancias y las propiedades
del cantante. Los obstáculos no terminan allí: el actual
juez del juicio para determinar la verdadera identidad de Ramiro se apartó
de la causa, alegando que todo debe quedar en manos del magistrado que
está decidiendo sobre la herencia, ya que éste proceso es
más abarcativo porque resolver sobre la herencia implica resolver
sobre la identidad del niño.
Rodrigo tenía locura por Ramirito, pero todos los que lo rodeaban
cuentan que en verdad no estaba seguro de que fuera su hijo. El cantante
mantuvo una relación bastante fugaz con la madre del chico, Patricia
Pacheco, y por ello no estaba convencido de su paternidad. Es más,
nunca reconoció legalmente al niño. De todas maneras, eso
no le importaba demasiado: una y otra vez afirmó públicamente
que el niño debía ser el heredero de sus bienes, como anticipando
la conflictiva situación planteada luego del accidente en el que
perdió la vida.
Con el ADN entregado ayer a las 16 horas al juez Ricardo Sangiorgi, prácticamente
se terminan las dudas sobre la identidad de Ramiro. La madre de Rodrigo,
Beatriz Olave, espera una especie de contraprueba, pero en privado todos
reconocen que los dictámenes del equipo de Di Lonardo son palabra
santa.
Con este panorama, las cosas quedan de la siguiente manera:
uBeatriz Olave es hasta ahora la única heredera de Rodrigo.
uCon el ADN se comprueba que Ramiro es hijo del cantante y por lo tanto
pasará a ser el heredero universal.
uHasta el momento, Beatriz Olave es la administradora de la herencia.
Esa función deberá pasar tarde o temprano a
los tutores de Ramiro, o sea a su madre.
uSin embargo, Patricia Pacheco estuvo internada en un psiquiátrico
y hubo movimientos de su madre, Silvia Pacheco, para tomar las riendas
de la cuestión. En fuentes judiciales, se dice que tal vez aspire
a la custodia del niño y por lo tanto a la administración
de la herencia.
Uno de los problemas más serios que se plantearon desde la muerte
de Rodrigo es que su representante, José Luis Gozalo, prácticamente
no liquidó un peso de los derechos, cuentas y propiedades del ídolo.
El abogado Miguel Angel Pierri, que representa a Olave, le pidió
reiteradamente una liquidación y la entrega de documentos y dinero,
cosa que el manager no hizo hasta ahora. De manera que, después
del ADN, Ramiro es heredero de una herencia que no termina de aparecer,
aunque se estima que ronda los siete millones de pesos. Por otra parte,
los discos de Rodrigo se vendieron más que nunca tras la muerte
del cantante, lo que sí significan ingresos para el heredero.
Según señaló ayer Pierri ante las cámaras
de Azul Noticias, la madre de Rodrigo va a pelear una parte del dinero
sosteniendo que en los últimos años ella y su hijo formaron
una sociedad comercial de hecho. Eso -supuestamente la haría
socia de todo lo que Rodrigo tenía antes de morir.
NO
SE FUMARA EN AREAS DEL GOBIERNO
Ibarra contra el humo
Los empleados fumadores
del Gobierno de la Ciudad, desde electricistas a directoras de escuela,
recibieron ayer el anuncio de una veda que los condena; sus compañeros
no fumadores una liberación esperada: Aníbal Ibarra adelantó
en el Día del Aire Puro que elevará un proyecto
de ley para que se prohíba fumar cigarrillos en todas las dependencias
oficiales de su administración. Esta decisión implica
crear un cambio cultural. Queremos ir generando con firmeza esta obligación,
que sea internalizada, y que tenga un control asumido por todos los funcionarios,
se esperanzó el jefe de Gobierno, abierto antitabaquista
desde tiempos menos obviamente ecológicos que los que corren.
Ibarra habló en las IV Jornadas de Aire Puro realizadas ayer en
el Hospital de Pediatría Juan Garrahan de su proyecto, en el que
se lee que la restricción será en toda dependencia
pública de la Ciudad de Buenos Aires, pertenezca a la administración
centralizada o descentralizada. La medida avanza sobre la decisión
ya adoptada hace cuatro años por el entonces Concejo Deliberante
de la ciudad, que por vía de una ordenanza eliminó el humo
de las dependencias con atención al público. A nivel nacional
el cigarrillo se excluyó también en los vuelos de cabotaje
cuando corría 1998.
Ayer mientras chicas amables hacían el clásico una
flor por un cigarrillo en los shoppings y las avenidas más
paquetas de la ciudad, auspiciadas por el Ministerio de Salud y la Comisión
Nacional de Control y Prevención del Tabaquismo, el jefe de gobierno
porteño centralizaba su discurso en los ejemplos del resto del
mundo. Iniciativas de este tipo se pusieron en marcha hace muchos
años en países del Primer Mundo y está verificado
desde el inicio que descendió el consumo de cigarrillos en los
países centrales, y por otra parte se incrementó en los
países emergentes, dijo.
La medida propuesta, con apoyo casi masivo de los legisladores porteños,
se aplicará recién el año próximo, porque
entraría en vigencia después de 90 días de su sanción,
que podría ocurrir en las próximas semanas. Mientras tanto
se irán poniendo en práctica algunas alternativas para los
adictos al tabaco en las dependencias públicas, donde además
de haber jefes que tendrán la obligación de preservar puro
sus ambientes, tendrán que crearse zonas permisivas para evitar
atentados producto de la ansiedad de los empleados sin sublimaciones de
humo y bocanadas.
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