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ASI SUENA “MOMO SAMPLER”, EL NUEVO DISCO DE LOS REDONDOS
Llegó la hora del carnaval oscuro

El flamante álbum ricotero, que aparece hoy, profundiza en los conceptos algo siniestros inaugurados por �Luzbelito�, apoyándose en la guitarra de Skay y la lírica del Indio Solari, cada vez más autorreferencial.

Los Redondos aún no dieron pistas sobre cuándo y dónde será la presentación de �Momo sampler�.

Por Esteban Pintos

Bienvenidos al lado oscuro del carnaval. Todos somos impostores. La mentira es un arma de seducción pero esconde la mayor traición tolerable (y las intolerables también) y despierta los bajos instintos de seres humanos tan desesperados como vulnerables, parte de un mundo en franca descomposición. Complejidades y debilidades del alma que se develan en formato canción a lo largo de once capítulos de rock maduro, vagamente tecnológico –si se entiende por esto aquello que Carlos Solari definió como “tropiezos tecno”– y algunas veces repetitivo de tanta autorreferencialidad, definen el contenido musical–poético de Momo sampler, el nuevo disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. “Siniestro pero gentil”, canta Solari al final de “Rato molhado”, en la última canción del disco, que también es “retirada” según la imaginería carnestolenda (Momo, el rey, dios pagano de la fiesta) explicitada en los créditos del disco. Allí reza “Los parodistas LUBOLO y SE–SI–BON son los autores de los saludos, de las despedidas y retiradas contenidas en este álbum”. Traducción: todas las canciones compuestas, ejecutadas, producidas y mezcladas por el dúo Indio Solari–Skay Beilinson, los trompas. Rock siniestro pero gentil, debe entenderse también: el luzbelito, encarnación del mal, ahora juega con espuma y papel picado.
Atrás queda la anecdótica “modernización” sonora de Ultimo bondi a Finisterre, a esta altura y mal que les pese a sus autores, un paso en falso en una impecable carrera artística. Será por eso que “Templo de Momo”, apertura del CD –cuyo packaging combina buenas ideas, demagogia en un colgante para desprender y ciertas osadías gráficas, además de escueta o ¿inútil? información técnica–, tiene el pulso que dicta la guitarra de Skay, el fogonero de la máquina de hacer el rock para los dientes que ya es marca de fábrica exclusiva de la factoría Patricio Rey.
Aquí, tanto como otras veces en la historia de las canciones escritas por Solari (un hombre de 51 años, culto y de gustos burgueses que ha debido recurrir a una peluca para camuflar su identidad, venerada como deidad por las masas rockeras argentinas), aparece un fenomenal juego de acción–reacción con las palabras y las frases. Líneas como “destino armado por Bingo Tongo” (“La murga de los renegados”), “con sus gambas de polio brinca y cae levemente hacia su estribor” (“Morta punto com”) o “se aparta corriendo de mamones zoquetes y fiolos pipiolos” (“Una piba con la remera de Greenpeace”), definen a su autor tanto o más inclusive de lo que él quisiera. Nada es lo que parece, y todo puede ser como se quiera que sea. En ese juego de falso/verdadero que propone Solari se asienta buena parte del poder de atracción de sus canciones redonditas. Tanto como una recurrente aparición de personajes arquetípicos y queribles para la patria ricotera, ya desde su mención, del tipo “El morta” (que “quiere más japines”, aludiendo al sexo oral), “una piba con la remera de Greenpeace”, “el negro Burgundy” (protagonista de la cocainómana “Pool, averna y papusa”) o también “Marita” (la chica que protagoniza “La murga de la virgencita”). Antes, recuérdese, fueron inmortalizados “El negro Cañón”, “el pibe de los astilleros”, “la hija del fletero”, “la pequeña novia del carioca”, “el capitán Buscapina”, “Susanita” y otros tantos, todos descriptos dentro de situaciones marginales y extraordinarias (no ordinarias), con abundante utilización de un slang de barrios bajos que Solari dice alguna vez haber frecuentado.
La vida pública de los Redondos está inevitablemente teñida, casi un cuarto de siglo luego de su iniciación, de una épica hecha a fuerza de rock culto (rock de cultura rock, con sus reminiscencias beatniks en la forma y el contenido), misterio, declaraciones oportunas y una leyenda creciente, que exceden la rutinaria edición de un nuevo disco con nuevas canciones. Esta nueva obra será, en consecuencia, venerada y vendida por miles en las próximas semanas. Habrá una presentación multitudinaria que será un acontecimiento social cubierto en vivo y directo por Crónica TV y TN, algún comisario–jefe de “operativo” se hará tan protagonista como los músicos mismos y al final de todo, los medios –adictos que rayan en la obsecuencia unos, malintencionados ignorantes otros– hablarán del “fenómeno”. En verdad, los Redondos son un fenómeno y como tal deben ser percibidos: pero siempre será a partir de las canciones que suceda todo. Y ellos las tienen. Aquí, en este Momo sampler, hay como para seguir alimentando la voracidad del fenómeno.

 

La Murga de los Renegados

¡No da más! La Murga de los Renegados
¡No da más! la murga sin la bendición...

Entre sopores, modorras ciegas
y oscuridad de bodega sin luz
va esa murga desencantada
que lleva siglos así.

¡No da más! La Murga de los Renegados
¡No da más! la murga sin la bendición...

Putas serenas que son tan lindas
que dan miedo cuando las mirás
para vos, ellas son capaces
de herirte con su dolor.

¡No da más! La Murga de los Renegados
¡No da más! la murga sin la bendición...

Destino armado por Bingo Tongo
(¡tanta médula que envenenó!)
un bobo lava y un tonto enjuaga
y la murga nos vuelve gritar...

¡No da más! La Murga de los Renegados
Ya se va... la murga sin la bendición...

 

Templo de Momo
Un galpón de luz es el templo de Momo
pura flor chillona y pura embriaguez.
Santo fumador de allá... de La Plata
salí del letargo, vení a desfilar...

Además de tu sonrisa
además de tus dolores
vas a copiar del Templo de Momo
un amor salvaje y el pulso del trip.

También hay pastel de ponzoña salada.
Licor y baladas para embaucar...
Aquel rubio que se tragaba cien lucas
hace lo que puede para vivir...

Además de tu sonrisa
además, ¡sí!... de cómo mentir
vas a copiar desde Momo-Sampler
viejas medicinas para soñar...

Vienen tambaleando, gallos sofocados
y la “quetejedi” prepara el festín.
Le dan a la F100 a toda mostaza
(a veces funciona, otras veces no).

 

Pensando como una acelga
Volanteás, volcás
tu taxi paranormal
tan fuera de foco
meloneando el coco
parpadeando a lo Gurú-vudú.

¡Definitivamente limpio!
¡Definitivamente curado!
(así también te ves bien)

Ciego de felicidad
(¡tu cerebro es un jabón!)
con tu flor de espadas
en plan de chofer suicida
y de curabichero on-line.

Pero a veces, muy pocas veces
se te escapa un poquito el diablo
(así también te ves bien...)

Te servís, brindás
con un consejito cruel
loco por una colilla
(¡vas en carne viva!)
¡Y gracias por el trago, man!

Dicen que ya no hay huevos de oro
al final del arcoiris
¡Las reliquias huelen mal!

Abracada... ¡bla-bla!
¡Estás tan sonaja, man!
Cara de loco esqueleto
masticás la pepa de loquito ye ye

¡Definitivamente limpio!
¡Definitivamente curado!
¡Así también te ves muy bien!

 

 

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