Por Pablo Vignone
desde Copenhague
El noruego Gerhard Heiberg,
cabeza del comité organizador de los Juegos Olímpicos de
Invierno de 1994 en Lillehammer, y miembro del Comité Olímpico
Internacional a partir de entonces, abogó por la profundización
de las reformas que el mismo COI se dictó hace un año, y
afirmó que lo que sucedió en los recientes Juegos de Sydney
en disciplinas como el boxeo, conmovido por el escándalo, fue
totalmente inaceptable. Heiberg defendió el liderazgo del
COI en la lucha contra el doping pero negó que el Comité
debiera participar en la profundización de los procedimientos democráticos
en los comités nacionales, en el marco de la conferencia Play
the Game que está terminando en esta ciudad.
Lo que sucedió en el boxeo en Sydney fue inaceptable -.señaló
el único miembro del COI que ha tomado parte, hasta ahora, de esta
conferencia. Nunca, o casi nunca, ganó el mejor boxeador.
Es necesario cambiar el sistema de puntuación, para que el espectador
entienda más los combates, y para que haya más transparencia
en las decisiones. Heiberg dijo querer saber qué se
hace con los cuatro millones de dólares anuales que el COI le entrega
a la Federación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) que
controla el paquistaní Chowdhry, uno de los amigos dilectos del
presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, y quién y cómo
se eligen los referís de las peleas. El noruego abogó
por una solución pronta para mantener al boxeo como una disciplina
olímpica. Heiberg fue el único miembro del COI que
realizó una protesta formal en los Juegos, y fue precisamente contra
la manera en que se desarrolló la competencia de boxeo.
El problema es que al COI no le interesa lo que sucede alrededor
.continuó, para explicar la necesidad de más reformas.
No es democrático en el sentido occidental de la palabra. El público
quiere saber qué sucede, los medios quieren publicar lo que sucede,
pero todo se mantiene en secreto, no hay comunicación ni discusiones
abiertas. No somos lo suficientemente transparentes, admitió
el noruego, quien dijo sentirse orgulloso de pertenecer al
COI. No formo parte de ninguna mafia, y no creo que ningún
integrante del Comité lo sea, aseguró.
Heiberg se refirió a las 50 reformas que decidió el organismo.
Necesitan tiempo para madurar, y vigilancia para que se cumplan.
El noruego remarcó que, luego del escándalo de corrupción
que envolvió a la elección de Salt Lake City como sede de
los Juegos de Invierno del 2002, ahora está prohibido que
los miembros del COI visiten las ciudades candidateadas. Eso disminuye
las posibilidades de corromper a los visitantes. Tampoco seaceptan más
regalos. Heiberg cree en la buena fe de las medidas: Ya se
han producido diez alejamientos en el COI. Siento que ahora estamos más
protegidos contra la chance de tener mala gente dentro del organismo.
Respecto del doping, un tema cuyo tratamiento causa escozor, Heiberg destacó
que los 25 millones de dólares invertidos en la creación
de la WADA, la Agencia Mundial contra el Doping, es símbolo suficiente
del liderazgo del COI en la lucha antidoping, aseveración que causó
más de un murmullo. De todas maneras, hay que trabajar en
más estrecho contacto con los gobiernos para tener mayores éxitos
en esta lucha, dijo.
Heiberg se negó a dar su candidato para las elecciones a presidente
del COI que se realizarán en Moscú en julio del 2001. Espero
que consigamos el mejor presidente -.dijo solamente para recuperar
la confianza del público y los medios. Preguntado sobre si
esa profundización democrática debiera tener continuidad
en los comités nacionales (CON), se excusó: Primero
tenemos que limpiar nuestra casa y después pueden venir los CON
y las federaciones deportivas internacionales. Pero creo que sería
peligroso meterse en esos procesos, y no sería totalmente justo.
Según las reformas, el nuevo presidente del COI sólo podrá
permanecer ocho años en el cargo; el presidente del Comité
Olímpico Argentino, el coronel (RE) Antonio Rodríguez lleva
más de dos décadas en su puesto. ¿Le llegará
también a él el viento reformista?.
Teledólares
Por P.V.
El principal motor de la corrupción en el
COI, según Heiberg, son los monumentales ingresos aportados
por la TV y los sponsors. Los contribuyentes de Montreal todavía
están pagando las deudas que dejaron los Juegos de 1976.
Por eso Samaranch se preocupó por la economía de los
Juegos, lo que resolvió favorablemente, pero le dejó
abierta la puerta a la corrupción, dijo Heiberg. En
Montreal, los derechos de TV costaron 13 millones de dólares;
en Barcelona 92 se pagaron 636 millones; en Atlanta 1996, unos 900
millones, y Sydney 2000 registró el récord con 1350
millones. El dinero aportado por los sponsors creció de 7
millones en Los Angeles 1984 a 450 millones en Sydney 2000. Algo
salió mal -.reflexionó Heiberg es que hay tanto
dinero involucrado....
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