Por Hilda Cabrera
Bernhard es un pensador
que se nos mete en el alma y en la cabeza. Un filósofo que nos
ayuda a seguir buscando, dice la actriz Tina Serrano, en diálogo
con Página/12, a propósito de su protagónico en La
reina de la noche, adaptación de El ignorante y el demente, del
poeta, novelista, músico y dramaturgo austríaco Thomas Bernhard
(1931-1989). La pieza -producida por la Comedia de la Provincia y estrenada
ya en el Teatro Argentino de La Plata se presenta hoy, mañana
y el 24, 25 y 26 en la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza (Corrientes
1660), dirigida por Roberto Villanueva, también a cargo de la versión.
Posteriormente irá a Mar del Plata, la capital de Córdoba
y otras ciudades del interior.
Filósofo de su propia vida, volcado sobre sus experiencias, que
desbrozó dejando al descubierto dolores y carencias, Bernhard esgrimió
un mundo literario que no obvió asuntos como la muerte, el tiempo
y sus trampas, ante los que uno de sus personajes literarios reflexiona
de modo terminante: Si mi existencia dura más que mi interés
por mi vida, en esa diferencia estaré muerto. La exhumación
de lo que algunos críticos llaman la decrepitud de la conciencia
y la rara avidez por internarse en zonas que desembocan en callejones
sin salida convierten a sus textos en puro vértigo. Ejemplo de
eso fue en 1999 el estreno local de Almuerzo en casa de Ludwig W., basada
en Ritter, Dene, Voss, donde Tina Serrano interpretó a Dene. Ahora
es una cantante de ópera que hace de Reina de la Noche en La flauta
mágica de Mozart, en un entorno diferente al que cercaba a la otra
reina que compuso magníficamente en 1995, la inca Tac Toc de La
pirámide, de Copi, también un estreno de Villanueva.
La reina... es muy de la interna del teatro. Soy una soprano que
tiene un padre (Roberto Martínez) muy sometedor, muy cruel, pero
con el que mantiene una relación de amor y odio. El otro es un
personaje bisagra, un médico (Pepe Monje) en el que confían
padre e hija y que busca escalar en lo social, puntualiza la actriz,
a quien acompañan Julia Romero en el papel de la vestidora y Josello
Bella, como el maître. Tampoco aquí el autor se despega de
sus preocupaciones más recurrentes: la enfermedad y la medicina,
el repudio a la cultura institucionalizada, el arribismo y la descalificación
de figuras conectadas al nacionalsocialismo (como, de forma contundente,
se pudo ver en Antes del retiro, montada en 1994 por Laura Yusem, en la
reapertura de un parapetado Teatro SHA, tras el atentado a la AMIA).
El ignorante..., de 1972, integra las Salzburger Stücke (Piezas de
Salzburgo) y es considerada una comedia de humor negro, acaso porque pinta
un mundo de arribistas que, como observa Serrano, serán mortalmente
desgraciados. La obra se desarrolla en dos espacios: el camarín
de la cantante durante la representación de La flauta... y el restaurante
al que acuden los personajes al terminar la función. Apasionada
por el trabajo en equipo, Serrano dice haber carecido de suficiente
narcisismo como para hacer una carrera centrada en su persona. Se
considera básicamente una actriz de teatro y, por lo tanto,
desconocida para los productores de televisión y los cineastas.
En un equipo lo importante es la obra y la conjunción de
las diferentes artes, algo que se está olvidando. Mis colegas se
han vuelto muy individualistas, opina. A esta elección
de toda la vida suma otra más reciente: la escritura. Finalizó
un libro de relatos e inició otro. En ellos registra las vivencias
propias de quienes se dedican a la actuación: Qué
nos pasa y cómo nos manejan, porque a veces parecemos marionetas.
Actores y actrices tenemos características especiales y los que
las conocen nos utilizan, a veces para su propio beneficio. Como nuestros
personajes, tenemos una existencia manejada. Le resulta en cambio
imposible escribir para el teatro: Eso sólo lo pueden hacer
los grandes como Bernhard, que tiene siempre la palabra justa y es lúcido
para hablar de lo que conoce, de la vida y el horror de la guerra, de
la infancia y la juventud que pasó en los hospitales por tuberculoso.
La musicalidad de su lenguaje es impresionante y sus repeticiones, absolutamente
necesarias, resume. Al finalizar las funciones de El ignorante...
(el contrato con la Comedia de la Provincia, que dirige Daniel Suárez
Marzal, termina el 15 de diciembre) viajará a Barcelona, donde
dictará seminarios de composición del actor. Para entonces
espera haber recibido el pasaje que se ganó meses atrás,
cuando se le otorgó el Premio María Guerrero por Almuerzo...
Tenemos una burocracia impresionante. Ya hablé con dieciocho
personas y no me lo entregan. Cuando reclamo me miran extrañados,
como si no supieran que el premio existe, apunta Serrano, que tiene
dos hijos varones y una hija, todos artistas: Mucho espíritu
y poca plata, sintetiza. No me conformo. Puteo, pero es lo
que elegimos.
Fishbone & Divididos
El grupo estadounidense Fishbone concretó el jueves en
Cemento su primera visita a la Argentina, en una noche caliente
que contó con la activa participación de los locales
Divididos. El trío argentino trabó relación
con Angelo Moore y Norwood Fisher, líderes de Fishbone, durante
su reciente participación en el festival mexicano Vive Latino:
así, Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Jorge Araujo hicieron
un breve set antes del show de los estadounidenses, quienes durante
más de dos horas atronaron el lugar con un funk rock contracturado,
apoyado fundamentalmente en una salvaje sección de vientos,
que en más de una oportunidad recordó a los experimentos
de Frank Zappa. Para el final, el grupo sumó a los músicos
argentinos para una zapada de altaísima potencia, que agotó
todas las energías.
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